DOSIER AGUACATE 15 de Sicilia y Creta es prácticamente el único país europeo con una producción comercial significativa de este frutal, representando más del 90% de la producción europea. No obstante, Europa importa más del 90% de aguacate consumido, fundamentalmente desde Perú, Chile, Colombia y México. Tradicionalmente, el grueso de la producción española se ha localizado en la costa Mediterránea andaluza, sobre todo en las provincias de Málaga y Granada, y en las islas Canarias, fundamentalmente en Tenerife y La Palma. En los últimos años estamos asistiendo a una expansión del cultivo principalmente hacia las provincias de Cádiz y Huelva y la Comunidad Valenciana. Igualmente se está aumentando la producción en otras islas del archipiélago canario y a zonas concretas de las costas del norte peninsular, desde Galicia hasta el País Vasco. La superficie cultivada de aguacate en España se acerca a las 20.000 hectáreas. De ellas, unas 14.000 se encuentran en Andalucía, 3.000 en la Comunidad Valenciana y 2.500 en Canarias. La expansión del cultivo del aguacate se ve favorecida por su capacidad de adaptación a diferentes zonas edafoclimáticas, la existencia de un mercado consolidado, una demanda creciente a nivel mundial junto a unos precios atractivos o la disponibilidad de un paquete tecnológico contrastado. España, además, cuenta con ventajas propias como la existencia de pocas plagas y enfermedades de importancia y la cercanía al mercado europeo. FACTORES LIMITANTES No obstante, aunque en los últimos años hemos asistido a una expansión del cultivo del aguacate, el mantenimiento de la rentabilidad y sostenibilidad de este cultivo en España requiere de una visión a largo plazo que tenga en cuenta los principales limitantes del cultivo y las dinámicas de los mercados internacionales. A continuación, se repasan algunos de esos limitantes que pueden amenazar esta sostenibilidad y rentabilidad del cultivo en nuestro país: 1. Disponibilidad de agua de buena calidad El aguacate es un cultivo que requiere de aporte de agua prácticamente durante todo el año para una correcta producción. En el caso de España se calcula que se debe aportar un mínimo de 5000-7000 m3 por hectárea y año, según las zonas. Pero, además, esta agua ha de tener baja conductividad por la sensibilidad del aguacate a las sales, especialmente en el caso de los portainjertos de raza mexicana, que son los más utilizados en zonas de clima mediterráneo. En los últimos años, como consecuencia del cambio climático, los periodos de sequía prolongados, de temperaturas extremas y de precipitaciones concentradas en el tiempo son cada vez más frecuentes en la cuenca mediterránea por lo que este suministro no está, a día de hoy, completamente garantizado en la principal zona productora de aguacate de España. La tendencia futura indica que esta situación va a ser crónica y, probablemente, en el futuro implicará el uso de aguas de peor calidad que las actualmente disponibles. Urge, por tanto, tomar decisiones que aseguren la viabilidad del cultivo del aguacate en esta nueva coyuntura. Ello pasa, en primer lugar, por optimizar la gestión del agua disponible, realizando un manejo adecuado de las diferentes fuentes de agua (agua superficial, subterránea, regenerada de depuración y, en zonas costeras, procedentes de la desalinización de agua marina). En segundo lugar, por continuar optimizando los sistemas de riego, de forma que se potencie la monitorización de los aportes de agua en función del estado hídrico del suelo y de la planta mediante las nuevas tecnologías de agricultura de precisión así como continuar con los avances en riego localizado y de bajo caudal. Finalmente, va a ser muy necesario disponer a medio plazo de portainjertos que muestren cierta tolerancia a condiciones de salinidad y/o alto contenido en caliza así como a menores dotaciones de agua. Todo ello, combinado con un aumento de la productividad por hectárea que permita reducir la huella hídrica del aguacate por kilogramo de fruta producido. 2. La baja productividad del aguacate La baja productividad es un problema general en este cultivo a nivel mundial y tiene relación con el bajo porcentaje de flores que da lugar a fruto, que suele ser inferior al 0,15%. Los trabajos que hemos realizado en los últimos años en el IHSM La Mayora, instituto mixto de investigación entre el CSIC y la Universidad de Málaga, indican que ese bajo porcentaje de cuajado se debe tanto a factores intrínsecos como extrínsecos al cultivo. Entre los factores intrínsecos, el principal está relacionado con una baja calidad de flor, definida por un bajo contenido en diferentes compuestos como carbohidratos o boro en las flores en el momento de la polinización
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