HC363 - horticultura

Recolección manual del cultivo. 34 AGRICULTURA ECOLÓGICA dían en el mercado” destaca Juan. Es entonces, cuando en sus ojos y en su voz, se percibe que vuelven esas memorias que mantienen intactas de la huerta vieja de 1,5 hectáreas que tomaron de las manos de sus abuelos. “Ese limón dulce, como la naranja de Malta que conservamos con 5 árboles y que tanto gusta a nuestros clientes”, se escucha con nostalgia decir a César. “La expansión es una de las ideas que actualmente barajan”, afirma César, “para ampliar la oferta a una demanda de productos que cada año va siendo mayor”. Su campaña ha comenzado el 12 de diciembre, conNavelina, y la seguirán Salustiana y Cadenera, terminando con Barberina. “Buscamos completar la producción con unas variedades de ‘navelinas’ tardías como Navel Powel y Lane Late”, comparte César. La clave del éxito, en su ya afianzado camino de producción y venta de cítricos ecológicos, se basa en “la mentalidad”, afirma Juan. “El cambio de mentalidad es fundamental para cambiar la forma de producir. No se puede producir ecológico y no querer la hierba, ese abono orgánico que es vida, energía”. En cuanto al manejo del cultivo, Juan es firme, “la tierra debe ser la que sostenga tu plantación”. Aunque la fertilización orgánica es más difícil, sobre todo durante los primeros años, es lo más importante. La agricultura ecológica hace que sea la tierra la que sostenga esos cultivos, alimentados de materia orgánica con una riqueza, una biodiversidad, unos microorganismos que van trabajando día a día y que son excepcionales. La estructura de la tierra que se alimenta con micronutrientes y que favorece la lucha biológica, la sanidad vegetal, el descubrimiento de nuevos nutrientes, ayudan a la fijación del nitrógeno. Para ellos, el compost peletizado ayuda a que el nitrógeno, desde el primer año, forme parte del suelo durante meses. “Tener una buena cubierta vegetal es fundamental. Las hierbas son como las placas solares, porque son las que introducen la energía del sol en tu tierra y va transformando el producto”, asegura Juan. “Gracias a estas cubiertas vegetales, ahora mismo, a pesar de las lluvias caídas, podemos vender las variedades más tempranas, la Navelina. En cambio, otros agricultores no pueden vender porque no pueden recolectar con un suelo completamente anegado de agua”. La pendiente del suelo, cuando hay una lluvia de unos 30 litros por metro cuadrado, sufre erosión. “Nuestro suelo infiltra el agua, y toda esa agua caída, en una hora, ha desaparecido repartida entre todas las plantas y el ecosistema de la finca; siendo las diferentes plantas con sus raíces a diferentes profundidades, las que bombean gran cantidad de nutrientes a la superficie”. Viven de una ecología que consiste en cuidar y nutrir el suelo para ofrecer lo mejor a sus cítricos. Pocas plagas tienen que

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