TROPICALES 26 aumentan; otro pico de producción menor en otoño y una recolección de frutos más escalonada durante el invierno debido a las bajas temperaturas. En nuestras condiciones la producción no es continua ya que durante el invierno el crecimiento de la planta se ralentiza o casi se detiene y el cuajado de frutos es mínimo; esto provoca que haya un hueco de producción seis meses más tarde durante el siguiente verano ( julioagosto). También se puede observar otro hueco de producción en marzoabril debido a la falta de cuajado que tiene lugar durante el verano previo, si las condiciones no son favorables, por exceso de temperatura y baja humedad relativa. Para el mercado es importante conseguir un abastecimiento continuo en el tiempo con el menor número posible de altibajos y una calidad uniforme. Se ha comprobado que esto no es posible combinando fechas de trasplante en una misma zona. Sin embargo, optimizando las condiciones climáticas se pueden minimizar dichos huecos de producción. Con calefacción durante el invierno es posible mantener el crecimiento y cuajado, minimizando el hueco productivo del verano. Además, la maduración de los frutos durante el invierno es más rápida y la cantidad cosechada mayor, lo que permite una mejor distribución de la producción en el tiempo, con frutos más dulces a la salida del invierno. También se ha corroborado que técnicas que reducen la temperatura y mantienen niveles de humedad relativa aceptables durante el verano, como la nebulización o el blanqueo, aumentan los rendimientos y la calidad de la cosecha (Salinas et al., 2021). Por último, también se puede ampliar el calendario de producción combinando la cosecha de distintas ubicaciones en Canarias y la Península. Hasta ahora se ha detectado una baja presión de plagas y enfermedades en el SE de España, por lo que el cultivo ecológico de papaya se plantea como una opción interesante. El mayor problema de plagas que se presenta es la araña roja (Tetranychus urticae), controlada con éxito mediante lucha biológica y un adecuado control del clima (Figura 7). La presencia del enemigo natural Stethorus puntillum y el control biológico por inundación, con la suelta de fitoseidos ( A. swirki y A. californicus ) y de Phytosiulus persimilis, y el control biológico por conservación, con la instalación de las islas de biodiversidad, compuestas por albardines, margaritas playeras, santolina, sedum, lotus creticus, perejil de mar, jarilla, lavanda, lobularia, tomillo y romero, han mostrado ser herramientas eficaces para el control de la araña roja y otras plagas (Figura 8). En cuanto a las enfermedades, el oidio ( Oidium caricae) es un grave problema de difícil control. Las plantaciones sufren durante el invierno y tardan en recuperarse, lo que merma notablemente los rendimientos y la calidad de la fruta (Figura 7). La ubicación de nuestra plantación, la estructura del invernadero y la gestión adecuada del clima (ventilación, nebulización) son claves para prevenir y minimizar estos problemas fitosanitarios. El Virus de la Mancha Anular (PRSV) no se ha detectado hasta la fecha en nuestras condiciones y el cultivo en invernadero puede contribuir a minimizar su incidencia, al limitar la entrada de los vectores de transmisión. Por último, entre las fisiopatías destaca la mancha fisiológica (“Skin freckles”), también llamada mancha térmica, que aparece sobre todo a la salida del invierno, y que, aunque no afecta negativamente a la calidad interna del fruto, deriva en fruta peor valorada en el mercado. Se ha observado diferente comportamiento entre variedades y que, en general, los frutos más expuestos a la radiación y a una elevada amplitud térmica son más afectados. RETOS PARA EL FUTURO España tiene la exclusividad para la producción de frutos tropicales y exóticos en la UE y esta circunstancia nos confiere una ventaja competitiva
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