RIEGO 57 datos de manera compacta y de fácil interpretación para los agricultores, incluye protocolos de riego validados con rigurosidad científica en las principales zonas edafoclimáticas de la Región de Murcia. La incorporación de esta herramienta ha permitido alcanzar ahorros significativos de agua de riego en gran parte de los cultivos hortofrutícolas característicos de la zona. INCREMENTO DE LA EFICIENCIA DEL USO DE AGUA DE RIEGO A NIVEL DE PARCELA Se estima que debido al cambio climático, 2.400 millones de personas viven en cuencas con escasez hídrica y las proyecciones indican que esta situación se agravará en gran parte del planeta debido a la alta sensibilidad de la escasez de agua al patrón climático [1,2]. El sector agrícola en España requiere anualmente 18.409 hm3 de agua y junto con la industria abarcan casi un 90%de la demanda [3]. Por este motivo, para reducir la presión sobre este recurso limitado, en el caso de la agricultura es esencial incrementar la eficiencia en el uso del agua de riego (EUAr), no solo para reducir costes sino para asegurar la sostenibilidad económica y ambiental del sector. Existen varias opciones que nos permitirían incrementar EUAr a nivel de parcela, tales como: • La selección de especies y cultivares/ portainjertos resistentes o tolerantes al déficit hídrico. • El uso de sistemas de riego de alta eficiencia diseñados en base a las características edafoclimáticas de la superficie regable y con una idónea uniformidad de descarga y distribución del agua. • El uso de sistemas de conducción y marcos de plantación que maximicen el uso del agua por superficie. • El control minucioso de la fenología del cultivo para aplicar estrategias de riego deficitario, como el riego deficitario controlado, desecación parcial del sistema radicular o riego deficitario sostenido. • La incorporación de tecnologías para la toma de decisiones que permitan dar respuesta a la pregunta de ¿cuánto y cuándo regar?, basándose en valores objetivos. Los avances de la tecnología en las últimas décadas han permitido el desarrollo de herramientas tecnológicas que permiten monitorizar el estado hídrico del suelo y la planta, en tiempo real, de forma continua, remota y, en algunos casos, a gran escala. Sin embargo, la interpretación y el manejo adecuado de datos es una labor que requiere considerar distintos factores para utilizarlos de manera correcta y simplificar la toma de decisiones. Por ello, es necesario diseñar herramientas que permitan a los agricultores acceder de manera sencilla y en un entorno útil a la información [4,5]. En condiciones de clima mediterráneo semiárido como el sudeste de España, la estimación del requerimiento hídrico del cultivo a partir del balance hídrico de FAO tiende a sobreestimar la demanda, tal como se ha observado en diversos cultivos hortícolas y leñosos [6–15]. Asimismo, este balance hídrico no permite determinar con precisión la frecuencia y tiempo de riego que minimicen la lixiviación de agua y
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