AGUACATE 42 Esta cepa bacteriana es móvil (Vida y col., 2017), característica relevante para un agente de control biológico, y además presenta atracción hacia exudados del hongo R. necatrix y de raíces de aguacate (Fig. 2E) (Polonio y col., 2017). Esta atracción hacia ambos exudados revela que P. chlororaphis PCL1606 es capaz de detectar la cercanía de la raíz o del micelio del hongo, y puede moverse demanera activa hacia ambos nichos cuando lo necesite. Si semueve hacia la raíz, lleva a cabo un proceso de colonización de la superficie radicular, protegiéndola del ataque de otros organismos, pero si se mueve hacia el micelio del hongo, promueve un ataque directo sobre el mismo. Por otro lado, la capacidad de formar biopelículas estables promueve un proceso de colonización efectiva, y es una de las características más importantes para un agente de control biológico (Pandin y col., 2017). En este sentido, el HPR ha mostrado ser crucial para la formación de la biopelícula de P. chlororaphis PCL1606 (Fig. 2F), actuando, así como molécula señal de otras actividades beneficiosas para la planta, independientemente del antagonismo que provoca (Calderón y col., 2019). P. chlororaphis PCL1606 es una rizobacteria aislada de rizosfera (porción de suelo íntimamente unido a la raíz) de aguacate. Es un estudio reciente, se ha formulado la cepa P. chlororaphis PCL1606 y se ha aplicado como tratamiento experimental directamente al suelo, y se ha observado el efecto sobre las comunidades microbianas del aguacate. En este trabajo se ha puesto de manifiesto que una aplicación de P. chlororaphis PCL1606 no tiene un impacto sobre las comunidades microbianas autóctonas (Fig. 2G), ni bacterias ni hongos, cuando R. necatrix no está presente. Sin embargo, cuando R. necatrix está presente, esta aplicación de la bacteria P. chlororaphis PCL1606 tiene un impacto en comunidades microbianas específicas, principalmente de hongos de la familia Xylariaceae, que es la familia a la que pertenece R. necatrix, mostrando una actividad selectiva de control frente a este patógeno (Tienda et al., 2020). Finalmente, en un último estudio llevado a cabo por nuestro grupo sobre esta cepa bacteriana, se han analizado que componentes estructurales forman parte de la biopelícula de PCL1606 y que participarían de aspectos como la colonización y el control biológico, y se ha identificado cuales son los componentes relevantes para mantener la arquitectura de la biopelícula (Heredia-Ponce y col., 2021). Un exopolisacárido tipo Psl, y una proteína amiloide tipo fap, presentan papeles AGRADECIMIENTOS Estos trabajos sobre la cepa Pseudomonas chlororaphis PCL1606 han sido financiados por distintos proyectos obtenidos en el Plan Nacional de Investigación l+D+i del Ministerio de Economía, destacando los Proyectos AGL2011-30354-C02-1, AGL2014-52518-C2-1-R, AGL2017-83368-C2-1-R, además del Proyecto UMA18-FEDERJA-046 de la Junta de Andalucía, y todos ellos cofinanciados con fondos FEDER (UE). relevantes tanto en adhesión temprana como en la formación biopelículas. Además, mediante la generación de mutantes en ambos componentes, se ha observado como ambos juegan un papel relevante en la actividad de control biológico de P. chlororaphis PCL1606 (Fig. 2H). En la actualidad, está trabajando en analizar otros modos de acción complementarios que P. chlororaphis PCL1606 podría presentar para luchar contra R. necatrix, y que, junto a los anteriormente descritos, no hace más que validar el interés de P. chlororaphis PCL1606 como agente de control biológico de la podredumbre blanca radicular del aguacate.n REFERENCIAS • Arjona-López y col., 2020. Crop Protection, Vol. 131, 105100. • Arrebola y col., 2019. Frontiers in Microbiology. Vol. 10, article 719. • ASAJA Málaga, 14-05-2021. https://www.asajamalaga.com • Calderón y col., 2013. Molecular Plant-Microbe Interactions. Vol. 26, 554-565. • Calderón y col., 2014. FEMS Microbiology Ecology. Vol. 89, 20-31. • Calderón y col., 2019. Frontiers in Microbiology. Vol. 10, article 396. • Cazorla y col., 2006. Molecular Plant-Microbe Interactions. Vol. 19, 418-428. • Heredia-Ponce y col., 2021. Environmental Microbiology. Vol. 23, 2086-2101. • López-Herrera y col., 1998. Plant Disease. Vol. 82, 1088-1092. • López-Herrera y Zea Bonilla, 2007. Crop Protection. Vol. 26, 1186-1192. • Nowak-Thompson y col., 2003. Journal of Bacteriology. Vol. 185, 860-869. • Pandin y col., 2017. Microbial Biotechnology. Vol. 10, 719-734. • Pliego y col. 2007. Research in Microbiology. Vol. 158, 463-470. • Pliego y col., 2012. Molecular Plant Pathology. Vol. 13, 226-239. • Polonio y col., 2017. International Microbiology. Vol. 20, 95-104. • Ruano-Rosa y López-Herrera, 2009. Biological Control. Vol. 51, 66-71. • ten Hoopen y Krauss, 2006. Crop Protection. Vol. 25, 89-107. • Tienda y col., 2020. Frontiers in Microbiology. Vol. 11, article 1874. • Vida y col., 2017. PHYTOMA España. Nº 287, Marzo.
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