HC358 - horticultura

ENTREVISTA 41 ¿Qué balance general puede hacer de 2021 en cuanto a la evolución de las cooperativas agro-alimentarias en España? Para contextualizar, la situación económica y de los mercados en 2021 se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas. Una primera de optimismo y salida de la crisis COVID, y una segunda marcada por el aumento histórico de los costes de producción, problemas logísticos y de falta de rentabilidad de muchos sectores productivos para poder trasladar el aumento de costes al consumidor final y, por tanto, pérdida de rentabilidad. En este contexto, el cooperativismo sigue mostrándose como la fórmula empresarial más sólida para afrontar los retos de agricultores y ganaderos. En estos momentos de crisis el cooperativismo es el único movimiento que piensa no sólo en afrontar los problemas actuales, también en el futuro y en cómo construirlo. Por tanto, podemos decir que 2021 ha sido un año positivo para que el cooperativismo siga desarrollándose y evolucionando en un contexto complejo. ¿Cuáles son los principales retos que, a su juicio, encara el sector agrario en 2022? El cooperativismo se enfrenta a los mismos retos que el sector productor y agroalimentario en general, pero sabiendo que son empresas con una responsabilidad mayor que otro tipo de empresas por su compromiso ineludible con sus propietarios, agricultores y ganaderos, y con el entorno donde están emplazados. Para las cooperativas no todo vale. Existen muchos retos, pero creo que el más importante, una vez cerrada la negociación de la PAC, será el debate en torno al cambio de modelo productivo de acuerdo con lo marcado por las estrategias de sostenibilidad del Pacto Verde de la UE, las estrategias de la Granja a la Mesa y para la Biodiversidad 2030. Hay unas expectativas medioambientales muy altas puestas en el sector y, por lo que vemos, en vez de contar con él parece que se le achacan todos los problemas. No partimos de una buena posición en cuanto a la imagen que se está dando a la sociedad por parte de las instituciones. Preocupa especialmente cómo invertir en mayores obligaciones medioambientales, siendo eficientes desde el punto de vista económico y en un entorno comercial abierto y competitivo. A ello se añade la mala situación del relevo generacional en el sector, que es muy grave, especialmente si estamos hablando de un cambio de modelo productivo que se dará como mínimo en 10 años, es decir, que una gran parte de los productores actuales ya no estarán. Por tanto, el relevo debe ser un reto que se trabaje intensamente todos los años y que el coope- "La efectividad de la nueva Ley de Cadena Alimentaria dependerá de la labor de control que realice la AICA y de cierto grado de ejemplaridad en las sanciones" rativismo haga cantera, si queremos que el campo siga produciendo y contando con agricultores y ganaderos. Respecto a la reforma de la PAC, ¿qué aspectos de la aplicación de esta política en España preocupanmás a Cooperativas Agro-alimentarias y qué oportunidades ven en este escenario que se propone hasta 2027? La PAC ha pasado en los últimos 40 años de ser una política económica que gestionaba los mercados agrarios, a otra claramente medioambiental en manos de los productores. De hecho, el 43% del presupuesto en la futura PAC se dedicará a medidas en favor del medioambiente y de acción por el clima. Por eso decimos que abre la puerta a un nuevo modelo productivo, porque habrá más condicionantes medioambientales que intentan seguir las estrategias de la sostenibilidad y, como dije anteriormente, las explotaciones siguen siendo empresas que viven de su rentabilidad, y ésta lleva siendo muy escasa o negativa en los últimos años. Lo que nos preocupa de la nueva PAC es que se pretende afrontar un cambio de modelo productivo con medidas que no incentivan al cambio, más bien introducen más obligaciones y costes. El 75% del presupuesto se destina a las ayudas directas desacopladas, con el consecuente debate de cómo se reparte y cómo se aplica la convergencia, y no tanto en su funcionalidad, que se da por hecho. Por otro lado, existe poco presupuesto e intervenciones que persigan la estructuración del sector en el mercado para que mejore su débil posición en la cadena, su rentabilidad e inversión en innovación y en el asesoramiento necesario que le acompañen en los retos de futuro. Para nosotros una medida ideal para los sectores que necesitan estructurarse son las intervenciones sectoriales. Es como aplicar el modelo de frutas y hortalizas basado en Organizaciones de Productores (OP), que en España sólo se ha previsto para el olivar tradicional y por un montante reducido de 30 millones de euros. Creo que esta medida tendrá su importancia en los próximos años y a medida que se vaya aplicando la nueva PAC.

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