FRUTICULTURA 18 Las autoridades españolas responsables del registro de productos fitosanitarios, juntamente con las empresas del sector, deberían actuar a la menor brevedad, adaptando las dosis del registro y las etiquetas a la norma EPPO DOSIS EN FRUTICULTURA: ACTUALIZACIÓN DEL SISTEMA DE DECISIÓN DOSA3D Santiago Planas de Martí1, Carla Román Rochina2 1Grupo de Investigación en Protección de Cultivos. Agrotecnio CERCA Center. Lleida (ES) 2Department of Food Agricultural and Biological Engineering (FABE). The Ohio State University, Wooster (US). Correspondencia: santiago.planas@udl.cat El ajuste de la dosis constituye un eslabón más del proceso de reducción en el uso de los productos fitosanitarios en el que Europa se encuentra inmersa. En este artículo, se critican por obsoletas las formas aún vigentes de expresión de la dosis en España y se comentan las nuevas formas propuestas por EPPO y los sistemas de ayuda a la decisión disponibles. Se describe el sistema DOSA3D, desarrollado en España, para el establecimiento del volumen de caldo y la dosis en base al recubrimiento óptimo del objetivo a tratar. Se describe también el método denominado “vía verde” para decidir la dosis a partir de la información del registro o la etiqueta y se propone una forma simplificada para anotar la dosis en el cuaderno de explotación. Finalmente se informa sobre los resultados de la segunda fase de validación del sistema DOSA3D y se establecen recomendaciones de uso. La fruticultura europea (pepita y hueso) ocupa 1,25 Mha, lo que equivale al 10% de la superficie destinada a los cultivos arbóreos, denominados también cultivos 3D. El primer país en superficie es Polonia (18%), seguido de Italia (16%), España (16%), Rumanía (11%) y Francia (8%) (Eurostat, 2021). España dispone de una superficie próxima a 0,2 Mha de frutales ubicadas mayoritariamente en Aragón, Cataluña, Murcia, Extremadura y la Comunidad Valenciana (MAPA, 2017). En conjunto, nuestra producción se caracteriza por sus estándares de calidad, conformando un sector competitivo y con elevada vocación exportadora hacia el mercado europeo. La protección frente a las plagas y enfermedades continúa sustentándose en granmedida en los productos f itosanitarios. Prescindir de ellos supondría un enorme impacto en la productividad, no asumible por las empresas del sector. Los fitosanitarios en fruticultura son pues utilizados de forma altamente intensiva, equiparable únicamente a la de la horticultura de invernadero. Es habitual la práctica de 10-15 tratamientos químicos anuales, pudiendo verse superadas estas intervenciones en años de mayor problemática sanitaria. Las actuaciones que se realizan durante una campaña para controlar las enfermedades y plagas representan entre el 10% y el 30% de los costes de producción. Los riesgos sobre la salud humana y el medio ambiente, la aparición de residuos químicos en cosecha y unos costes económicos excesivos, constituyen pues los principales hándicaps de este uso intensivo. Por ello, la limitación del uso de los plaguicidas químicos viene siendo uno de los pilares de la política europea desde la promulgación de la Directiva 2009/128/CE sobre Uso Sostenible de los Plaguicidas (DUS). Dicho objetivo ha sido recientemente reforzado mediante la estrategia 'Farm to Fork'
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