HC356 - horticultura
LILIÁCEAS 54 2. METODOLOGÍA Instrumentación empleada Un punto de control tipo ( Figura 3 ), está formado por tres sensores de humedad de suelo situados a diferentes profundidades y un plu- viómetro para detectar los aportes de agua (lluvia o riego). Estos sensores están midiendo de forma continua y van conectados a un registrador de datos ( datalogger ), que almacena y envía la información a un servidor, de forma que se puede conocer el contenido de humedad del suelo desde cualquier dispositivo con conexión a internet. En función del suelo se determina la profundidad de instalación de los tres sensores de humedad, aunque por experiencia, una muy buena refe- rencia para la mayoría de los casos es 15, 30 y 40 centímetros (cm). Los dos primeros, situados a 15 y 30 cm de profundidad, miden el con- tenido volumétrico de agua en la zona de mayor actividad radicular. El tercer sensor, colocado a mayor profundidad, mide el contenido de humedad fuera de la zona de influencia de las raíces. Si este sensor detecta un aumento de humedad, se puede actuar sobre la programación de riego, reduciendo la dosis apor- tada, con lo cual se evitará la pérdida de agua por drenaje y con ello se evita también la contaminación por lixiviado de nutrientes. Ubicación del punto de monitorización Es importante la elección de la ubi- cación de los sensores. Para obtener la información más adecuada para el manejo del riego, se debe elegir un punto representativo, es decir, cuyas características sean las que predominen en el sector de riego. Para hacer esta elección, hay que basarse principalmente en el cono- cimiento de la parcela del propio agricultor, en la observación visual, y de forma más precisa, esta deci- sión se puede apoyar en tecnologías como las imágenes de satélite, obteniendo un mapa de zonas de la parcela, como el que se muestra en la Figura 4 . Instalación en campo A la hora de instalar los equipos en campo, lo más importante es que los sensores estén en íntimo contacto con el suelo. Hay que evitar que que- den bolsas de aire o que entren en contacto con piedras, tratando de alterar lo menos posible el terreno. Tras realizar la instalación de los sensores, el manejo del riego se debe realizar de la forma habitual. Generalmente, después de uno o dos riegos, se pueden establecer los valores de referencia para determinar el porcentaje de agua disponible para la planta en cada momento. Interpretación de las medidas Debido a la heterogeneidad del suelo, es útil pasar los valores de contenido volumétrico de agua, que toman diferente significado dependiendo de la textura y estructura, a valores de Agua Disponible para la Planta (ADP). A partir del análisis de la informa- ción recogida por los sensores, se determina el valor de capacidad de campo (máxima cantidad de agua que el suelo puede almacenar) para cada profundidad y se establece tam- bién para cada profundidad, un valor de contenido de humedad para el Punto de Marchitez. Esto permite determinar el Agua Disponible para la Planta (ADP), como la diferencia entre Capacidad de Campo y Punto de Marchitez. Para que el cultivo se desarrolle en las condiciones idóneas, se establece un Nivel de Agotamiento Permisible (NAP), que corresponderá al por- centaje de Agua Disponible para la Planta (ADP) que se permitirá que se agote del suelo. Un contenido de humedad supe- rior al 100% del ADP significaría un exceso de agua que se pierde por escorrentía o drenaje, o incluso satu- ración del suelo, ocupando el agua los poros del suelo que deben estar Figura 3. Esquema de un punto de control de humedad del suelo, con sensores distribuidos a tres profundidades. Figura 4. Mapa de zonas de manejo donde se muestra el potencial productivo relativo de la parcela (Fuente: AgriSat Iberia S.L.).
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