HC356 - horticultura

DOSIER ALMENDRO Y PISTACHO 40 es similar a las necesidades obteni- das en las plantaciones intensivas de California donde los requerimien- tos pueden superar los 1.300 mm (Goldhamer and Fereres 2017). Esta cifra de 1.200 mm correspondería a la cantidad de riego necesaria para satisfacer completamente la demanda del cultivo bajo unas condiciones de cultivo sin lluvias y suelos con muy baja o nula capacidad de retención de agua. Afortunadamente, muchas de las zonas de la Península Ibérica reciben moderadas lluvias invernales y primaverales que son almacenadas en los suelos profundos y retentivos, haciendo de almacén para el cultivo. Esto permite que en un año climatoló- gico medio en el Valle del Guadalquivir y con un suelo franco arcilloso de más de un metro de profundidad las necesidades hídricas de 1.200 mm se puedan cubrir con 750-900 mm de riego, lo que equivale a dotaciones máximas en torno 7.500 y 9.000 m 3 por ha y año. Por consiguiente, si el objetivo es alcanzar la producción máxima de almendro en plantaciones intensivas, entre 2.000 y 2.500 kg/ha, hay que disponer de una dotación de al menos 7.500 m 3 /ha en los regadíos del Valle del Guadalquivir en un año normal. RIEGO DEFICITARIO La escasez de agua es una situación generalizada en lamayoría de las zonas productoras de almendro en todo el mundo. Esta situación afecta especial- mente a España, donde la granmayoría del territorio sufre de escasez de agua y donde los organismos de cuenca suelen estar forzados a suministrar dotaciones de riego inferiores a las necesidades hídricas de las plantaciones totalmente desarrolladas de almendro. Por tanto, los agricultores suelen tener que adoptar el uso de estrategias de riego deficitario (RD). El riego deficitario consiste en la aplicación deliberada de una cantidad inferior de agua de la que sería nece- saria para cubrir las necesidades de ET c de los árboles. Esta reducción en la aplicación de riego provoca estrés hídrico que afecta a procesos tan importantes para los árboles como la asimilación de CO 2 y al crecimiento, entre otros. Dependiendo de la dis- tribución temporal del agua de riego se pueden distinguir dos estrategias: riego deficitario sostenido (RDS) el cual reparte el déficit de agua de forma uni- forme a lo largo de toda la temporada de riego; y el riego deficitario controlado (RDC), el cual concentra el déficit en las fases menos sensibles al estrés hídrico. Aunque el estrés hídrico siempre afecta negativamente a la produc- ción, los trabajos realizados en zonas productoras distintas a Andalucía parecen mostrar que el llenado de grano es la fase fenológica donde la producción del almendro es menos sensible al estrés hídrico. Esta fase ocurre cuando el fruto ya ha alcan- zado su tamaño máximo y la semilla empieza a acumular peso seco. En las zonas cálidas del Valle del Guadalquivir esto suele ir desde mediados de junio a cosecha, lo cual coincide con los momentos de mayor demanda eva- porativa. Por el contrario, las fases fenológicas anteriores al llenado de grano y posteriores a la cosecha han sido señaladas como críticas para la producción del almendro. FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN La respuesta productiva al consumo de agua (riego, transpiración, evapo- transpiración) se denomina función de producción. Para analizar la res- puesta al riego del almendro este grupo de investigación comenzó en 2014 un experimento, que se pro- longó hasta 2019, para determinar las funciones de producción de una plantación intensiva y madura de almendro en el suroeste de España (Moldero et al. 2021). Este experimento se desarrolló en una plantación experimental localizada en el IFAPA de Alameda del Obispo (Córdoba) formada por almendros ‘Guara’ sobre GF-677 que se estable- ció en 2009 con un marco de 6x7 m. Desde el año 2014 se establecieron cuatro tratamientos de riego: uno control, donde se aplicó la totalidad del agua necesaria para no limitar la ET c de los árboles; dos tratamientos deficitarios moderados, en torno al 65% del riego control (uno de ellos sostenido y el otro controlado); más un tratamiento deficitario severo controlado, al 35% del control. Las funciones de producción de 6 años resultantes de nuestro experimento han mostrado una respuesta produc- tiva curvilínea tal y como semuestra en la Figura 1 . Para el tratamiento control, en el cual se cubrieron las necesidades totales de ET c , se alcanzaron produc- ciones medias por encima de los 2.500 kg/ha, necesitando para ello cantida- des anuales de riego medias en torno a los 800 mm. Estos valores deberían ser representativos de zonas de vega en el Valle medio del Guadalquivir. Sin embargo, cuando el riego no satisface las necesidades máximas, la producción se reduce. Así, la pro- ducción correspondiente a los dos tratamientos deficitarios modera- dos (~550 mm) bajó hasta los 2.300 kg/ha y el impacto fue mayor en el tratamiento más deficitario, con una producción de 1.430 kg/ha obtenida con un riego medio anual de 243 mm. Por otro lado, resulta destacable que las dos estrategias de riego deficitario moderado (RDS y RDC) mostraron un comportamiento productivo simi- lar. Algo que podría generalizarse a La diferencia de producciones entre el tratamiento control y el del riego deficitario más severo fue muy importante (2.660 frente a 1.430 kg/ha anuales de pepita)

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