HC355 - horticultura

FRUTA DE HUESO Figura 2. A (izquierda) combinaciones de alelos encontradas en las familias segregantes. Las combinaciones 1 y 3 producen frutos con coloración antociánica en dominancia, mientras que los alelos 2, 4, 5 y 6 son recesivos y producen frutos de color amarillo o verde. B (derecha) ejemplo de segregación esperada tras cruzar dos parentales rojos, cada uno portador de un alelo dominante que produce frutos rojos y de otro recesivo que produce frutos amarillos. Únicamente cuando se combinen los dos alelos recesivos se observarán frutos amarillos 54 tonalidad y patrones de coloración a la vez que con mayor calidad nutricional. Este interés se ha visto acompañado por un interés científico creciente por entender el mecanismo de regulación de la síntesis y acumulación de las antocianinas (García-Gómez y col., 2021). ¿Cómo se regula la síntesis de antocianinas? Se sabe que la síntesis de este com- puesto en especies de la familia de las rosáceas, a las que pertenece el ciruelo juntamente con la fresa, melocotón, cereza, albaricoque, manzana o pera (entre otros frutales), está regulada por genes de la familia MYB10, y que cambios en algunos de estos genes son responsables de cambios en el color del fruto. Sin embargo, los genes MYB10 no son los que sintetizan estos pigmentos, aunque sí intervienen en el proceso. Para ello, las proteínas pro- ducidas por genes MYB10 se unen a las producidas por otros dos genes (bHLH y WDR), formando un complejo que activará el funcionamiento de otros genes implicados en la síntesis del pigmento (Gonzalez y col., 2008). Además de regularse por los propios procesos metabólicos del órgano (como lamaduración), los genes MYB10 también pueden activarse por señales externas como la luz, el frío o la tem- peratura en general. Eso explica que algunas variedades adquieran más o menos color en diferentes condiciones climáticas, en función de su exposición a la luz o tras conservarse en cámaras frigoríficas. ¿Qué se sabe de la síntesis de antocianinas en el ciruelo japonés? Las variedades de ciruelo presentan gran variabilidad en el color del fruto, tanto en la piel como en la carne (Figura 1). Incluso, si se cruzan con otras especies como el albaricoquero, también pueden presentar diferentes niveles en el grado de cobertura del color de la piel, como es el caso de las variedades de piel moteada. Este patrón moteado en la piel se debe a que áreas pequeñas de piel son transparentes y dejan ver el color rojo de la carne, mientras que el resto de la piel es opaca sin antocianinas, es decir amarilla o verde. Por lo tanto, esta diversidad y complejidad hace del ciruelo un gran modelo para estu- diar qué genes son responsables de la variabilidad en el color de los frutos. En un estudio que hemos publicado recientemente en la revista científica Frontiers in Plant Science (Fiol y col. 2021) hemos encontrado que una o varias copias de este gen también determinan el color en la piel del ciruelo. Esta investigación es relevante desde el punto de vista científico, ya que ayuda a entender la regulación de la síntesis de antocianinas en ciruelo, pero sobretodo aporta una herramienta excepcional para la mejora de este frutal, ya que se ha podido desarrollar un marcador de PCR sencillo y económico mediante el cual, en una única reacción utilizando ADN de las hojas, se puede determinar el color del fruto. Este marcador se puede utilizar para analizar los des- cendientes de un cruzamiento, de forma que pocas semanas después de su germinación, y por lo tanto tres o cuatro años antes de observarse el primer fruto en el árbol, podemos saber de qué color será el fruto que proporcionará. El genoma del ciruelo japonés El ciruelo japonés es una especie diploide obtenida tras varios cruza- mientos de Prunus salicina con otras especies del género Prunus. Pese a su importancia comercial y aunque se han secuenciado un par de variedades asiáticas, todavía no se dispone de un genoma de referencia de calidad para las variedades europeas, es decir,

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