HC354 - horticultura

DOSSIER: FRUTA DE HUESO a) Aumento del consumo, y esto es lento y requiere de esfuerzos en inversión organizada. b) Aumento de los destinos exportadores, también en línea a ampliar la demanda, pero debemos tener en cuenta el radio máximo de distribución comercial de nuestro producto “muy perecedero” y mal amigo de las cámaras de frio largas, c) Reducción de la oferta. Rigurosa medida, pero la más rápida en conseguir el objetivo. Sin duda no es fácil poner esta opción sobre la mesa, pero los agriculto- res y empresarios si pierden dinero no se lo piensan y arrancan. En concreto, en Cataluña ya apostamos, sector y adminis- tración, por un plan de arrancadas programado que ha supuesto, junto con la fuerte deceleración de las nuevas plantaciones, una reducción en nuestra superficie produc- tiva. Evidentemente el plan ha sido enfocado a variedades más obsoletas, menos productivas y no rentables en la nueva situación comercial actual. Estos planes deberían haberse impulsado en todos los países, y al no hacerlo se ha impuesto una decisión lógica-empresarial de los mismos productores. El resultado es una reducción de plantaciones en el resto de España, especialmente en Extremadura, y también en Italia. ¿Se puede decir que al sector de la fruta de hueso le quedanmás deberes a hacer que a la fruta de pepita? Por supuesto que no. En todos los subsectores y secto- res hay deberes y retos por delante ante una situación climática, productiva y comercial cambiantes. La fruta de pepita (manzanas y peras) tiene por delante retos importantes de reestructuración productiva para ser más competitivos. Retos en la conservación y de reposi- cionamiento comercial, entre otros destinos, en nuestro país. La batalla contra las importaciones en España viene de lejos y harán falta años aún para poder darle la vuelta, pero estamos en ello. En cambio, en fruta de hueso no tenemos competencia en nuestro país. La importación no entra, y entre otras cosas, por que somos tremendamente competitivos en costes y también en calidad. En cambio, la fuerte esta- cionalidad de nuestros melocotones y nectarinas (debes vender en verano sí o sí) aporta connotaciones singulares y de flujo tenso que no se encuentran en la “pepita” por su larga conservación. Pero estamos trabajando en ello, la información clara y fluida de las situaciones de mer- cado deben ayudarnos a ser aún más rápidos en tomar decisiones, a veces duras, pero no podemos seguir per- diendo dinero. Hace falta reequilibrar ya. Por otro lado, tenemos una situación edafoclimática óptima para la fruta de hueso. Dicho de otra forma, no hace falta forzar la naturaleza, el producto de calidad se adapta muy bien a nuestra zona y esto será la base para fidelizar, con cali- dad, a nuestros clientes y consumidores, por delante de otras zonas productivas no tan óptimas. ¿Cómo ha afectado la pandemia a la exportación de la fruta de hueso española? La pandemia nos afectó, sin duda, en la comercialización del verano de 2020. Inversiones en prevención, nervios, falta de personal, más nervios. Pero podemos decir que el balance fue positivo. La pandemia confinó amuchas personas, cerró ciertos canales, pero potenció el consumo saludable y nuestras vías ordinarias de comercialización, como por ejemplo los supermercados. El verano 2020 estuvo mar- cado por una fuerte reducción de la oferta debido también a las heladas y el granizo, y junto a la fuerte demanda de los mercados se propició una situación de mucha fluidez, y como consecuencia unos precios de venta correctos. En general una buena campaña comercialmente hablando, evidentemente si tenías suficiente producción. ¿Se ha normalizado el intercambio comercial con Gran Bretaña tras el Brexit? Digamos que no se perdió nunca la normalidad. Del 100% de las importaciones de melocotones y nectarinas que se realizan desde Gran Bretaña, el 93% son españolas. Es decir, partíamos de un fuerte posicionamiento en Inglaterra a golpe de calidad, garantía y capacidad de suministro y alta competitividad de nuestro sistema productivo. Éste era un gran punto de partida, freno de cualquier espe- culación comercial o arancelaria, pues, sin duda, éramos, somos y seremos el principal socio comercial. Tras el Brexit, sin aranceles por medio (hasta el momento), sin ‘extrarequisitios’ sanitarios (también hasta el momento), lo único que ha supuesto es más burocracia y el miedo a posibles devaluaciones de la libra, que sí que nos afectarían en los intercambios de moneda. Por lo tanto, normalidad hasta la próxima etapa. Esto no ha aca- bado, parece. 12

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