HC352 - horticultura

FRUTICULTURA 15 en el material cultivado, para lo que generalmente son necesarias varias generaciones, ya que junto con el gen de interés suelen introducirse muchos otros no deseados de los que hay que deshacerse. En este artículo explicaremos una estrategia basada en marcadores moleculares que permite minimizar el número de generaciones necesarias para incorporar un gen de interés a partir de germoplasma exótico: la introgresión asistida por marcado- res (MAI; del inglés Marker Assisted Introgression). Para iniciar un proyecto de MAI necesitamos una variedad elite a la que queremos incorporar un carácter de interés procedente de germoplasma exótico que sea sexual- mente compatible, y un conjunto de marcadores moleculares que cubran todo el genoma y que permitan dis- tinguir los alelos de la variedad elite de la variedad exótica. ORIGEN Y DOMESTICACIÓN A lo largo de la historia de la domes- ticación de las plantas y de la mejora genética, en muchas especies se han introducido caracteres de interés agronómico a partir de otras espe- cies cercanas genéticamente y a las que aquí nos referimos como germo- plasma exótico. Al inicio se pensaba que la mayoría de las variedades que producimos y consumimos hoy de un cultivo determinado procedían de una única especie y que solo en algunos casos había varias especies implicadas, pero cada día hay más evidencias que indican que la parti- cipación de más de una especie ha sido un patrón frecuente. Es decir, que el proceso de domestica- ción empezó en uno o varios lugares y a partir de ahí el hombre fue disper- sando estas especies por el planeta a través de las diferentes rutas comer- ciales. Durante su expansión, algunos cultivos se cruzaron ocasionalmente con especies próximas adaptadas a los diferentes ambientes, aportando nueva variabilidad genética útil. A partir de principios del siglo pasado, junto con el descubrimiento de la genética y el inicio de los programas de mejora modernos, la introducción de genes de interés a partir del germoplasma exótico ha continuado realizándose, aunque de una manera limitada y con objetivos concretos, como por ejemplo la introducción de genes de resistencia a plagas y enfermedades en diversas especies. A pesar de que en el germoplasma exótico puede haber muchos de los genes necesarios para conseguir supe- rar los retos del futuro, su uso ha sido restringido por la complejidad que supone la identificación e incorpora- ción de estos genes a las variedades modernas. En primer lugar, la tarea de encontrar alelos valiosos es ardua en algunos casos, como en los caracteres de productividad, rusticidad y calidad del fruto o la semilla. Esto ocurre por- que muchas veces los efectos de los genes que determinan estos carac- teres son difícilmente apreciables en las primeras generaciones después de la hibridación y solo manifiestan su auténtico interés hasta que pueden evaluarse en materiales muy próxi- mos a las variedades comerciales. Esto último obliga a una gran inver- sión de tiempo, particularmente en el caso de especies de ciclos largos como la mayoría de las leñosas, lo que desanima su aplicación en muchos programas de mejora que tienen que basar sus ganancias en proyectos a más corto plazo. Figura 1. Esquema del genotipo gráfico de una colección de NILs. Las filas corresponden a los diferentes individuos y las columnas a los diferentes cromosomas. En verde oscuro se representan los fragmentos cromosómicos procedentes de la variedad exótica y en verde claro aquellos del parental comercial. Figura 2. Esquema de los diferentes pasos necesarios para llevar a cabo un proyecto de MAI.

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