INVESTIGACIÓN 56 Descubierto un gen crucial para mejorar el calibre del tomate Investigadores de la Universidad de Almería han logrado identificar un nuevo gen cuya función resulta crucial para mejorar el tamaño del fruto de tomate y publican nuevos datos sobre el proceso de domesticación del principal cultivo hortícola. El tomate originario de regiones andinas de América del Sur y que se domesticó hace casi 10.000 años (Solanum pimpinelli- folium), apenas alcanzaba 1 cm de diámetro. Mucho ha llovido desde entonces, y los frutos comercializados hoy en día son mucho más grandes que su ancestro silvestre. Los investigadores de la Universidad de Almería, en colaboración con el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) de la Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto Nacional de Investigación Agronómica (INRA) de Francia, han demostrado que ENO jugó un papel importante en el aumento de tamaño del fruto durante la domesticación del tomate y en la formación de frutos multiloculares más grandes. Esta proteína está codificada por un nuevo gen descubierto en el genoma de tomate, y cuya función ha sido bien establecida por el grupo de investigación que lidera el pro- fesor Rafael Lozano, catedrático de Genética. A través de técnicas de análisis genético, secuenciación masiva y CRISPR-Cas9 han logrado aislar el gen ENO y la proteína corres- pondiente, para su posterior estudio. Así, han comprobado que ENO desempeña un papel esencial en la regulación del tamaño del fruto, pero que esta función tiene su inicio durante el desarrollo del meris- temo floral, el tejido de una planta que alberga las células madre que darán lugar a las flores. Aumento del meristemo floral Los investigadores señalan que el gran tamaño de fruto que tienen algunas variedades actuales de tomate que nos comemos está determinado por el número final de cavidades o lóculos (comparti- mentos donde se ubican las semillas) que se forman en un fruto, y que se corresponde con el número de carpelos que se desarrollan en el ovario de una flor. En este sentido, el estudio revela que una mutación de la proteína ENO conduce a un aumento del tamaño del meristemo floral, y ello debido a que se extienden los dominios celulares donde se expresa el gen que determina la identidad de las células madre de la flor. El resultado final es un aumento del número de carpelos y finalmente la producción de frutos de gran tamaño, multiloculados y de forma acostillada. Los ensayos in vitro también indican que ENO regula directamente los dominios de expresión del gen de identidad meristemática, jugando un papel crucial en el man- tenimiento de la homeostasis de células madre del meristemo floral. Esta investigación demuestra que en el ancestro salvaje del tomate (S. pimpinellifolium) existen diferentes variantes genéticas de ENO, una de las cuales representa una deleción en la región promotora del gen, la cual fue seleccionada durante la domesticación, estable- ciendo así el fondo genético propicio para aumentar el tamaño del fruto en los tomates modernos. A juicio de los científicos de la UAL, los resultados de esta investi- gación, publicada en una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial, no solo permitirá conocer los mecanismos genéti- cos y moleculares que gobiernan la diferenciación de las células madre de las plantas (células meristemáticas), sino que este estudio aporta herramientas que pueden ser ya utilizadas en el desarrollo de nuevas variedades con un tamaño adecuado a las demandas de agricultores y consumidores, lo que sin duda tendrá implicaciones de largo alcance para mejorar la productividad de la agricultura.•