SEGURIDAD EN LA PRODUCCIÓN DE H2 54 Figura 4: Perspectiva de la normativa de seguridad necesaria para la producción, manipulación, transporte, distribución y consumo de hidrógeno, en sus diversas modalidades, cuyo detalle se describe en el texto. Figura 5: Fotografía con la situación de las diversas tecnologías de detección de fugas de hidrógeno que se precisan para dotar de seguridad una instalación típica que lo utiliza como fuente de energía. La infraestructura existente, como los gasoductos y las redes de gas natural, deberían adaptarse antes de poder distribuir hidrógeno desde los centros de producción a los centros de distribución, estaciones de servicio y lugares de uso. De manera similar, el hidrógeno puede almacenarse en estaciones de abastecimiento de combustible para abastecer el transporte marítimo. El hidrógeno también puede degradar ciertos materiales, como metales y plásticos de uso común, y puede hacerlos frágiles y más propensos a tener fugas. Por este motivo, los tanques de almacenamiento de hidrógeno suelen estar construidos de acero inoxidable o, cada vez más, para aplicaciones de transporte, de tanques compuestos que ahorran peso. NORMATIVA PARA CONTROLAR RIESGOS EN EL MANEJO DEL H2 (FIGURA 4) En el Reino Unido, la normativa sobre sustancias peligrosas y atmósferas explosivas de 2002 (DSEAR) de la Dirección de Seguridad y Salud (HSE) impone a los empleadores la obligación de eliminar o controlar todos los riesgos de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo. Dos directivas europeas ATEX (‘Appareils destinés à être utilisés en ATmosphères EXplosibles’) describen los requisitos mínimos de seguridad para los lugares de trabajo y los equipos utilizados en atmósferas explosivas. Las directrices ATEX se centran en el peligro de que se produzcan atmósferas explosivas en el lugar de trabajo debido a la presencia de gases inflamables o polvo combustible mezclado con el aire y en minimizar el riesgo de explosión. La primera, la Directiva 99/92/CE (‘ATEX 153’ o ‘Directiva ATEX para el lugar de trabajo’) cubre los requisitos para mejorar la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores potencialmente expuestos a atmósferas explosivas. La segunda, la Directiva 2014/34/UE (‘ATEX 114’ o ‘Directiva sobre equipos ATEX’), se refiere a los equipos y sistemas de protección destinados a utilizarse en atmósferas potencialmente explosivas. En el caso de los gases, las zonas peligrosas se clasifican en tres categorías. Este es el método principal utilizado en todo el mundo para indicar la probabilidad de que exista un peligro de explosión. • Zona 0: un área peligrosa en la que una atmósfera inflamable está presente de forma continua o durante períodos prolongados. • Zona 1: Un área peligrosa en la que es probable que se produzca una atmósfera inflamable durante el funcionamiento normal. • Zona 2: área peligrosa en la que no es probable que se produzca una atmósfera inflamable durante el funcionamiento normal y, si se produce, existirá durante un breve período. Las áreas que quedan fuera de estas categorías, donde no se esperan atmósferas inflamables, se consideran no peligrosas. Además, el equipo eléctrico para estas atmósferas explosivas se divide en grupos: • Grupo I: reservado para la industria minera. • Grupo II: reservado para industrias de superficie con riesgos de gas y se subdivide en IIA, IIB y IIC. La subdivisión de los gases en los grupos de gases se basa en la energía mínima de ignición con la que una chispa eléctrica puede encender la mezcla de gases. Los gases del grupo IIC, donde se encuentra el hidrógeno, requieren la energía de ignición más baja para encenderse, lo que lo convierte en uno de los gases más peligrosos en este sistema de clasificación. SEGURIDAD DEL HIDRÓGENO A medida que cada vez más industrias adoptan el uso del hidrógeno, es importante que se comprendan los riesgos de trabajar con este
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