PRL EN TRANSFORMACIÓN DIGITAL 30 Como contrapartida, los datos según la encuesta OSH Pulse de 2022 de la EU-OSHA realizada entre el personal, las personas encuestadas afirman que: • Con las tecnologías digitales trabajan en soledad (44%), se sienten más vigilados en el trabajo (37%), se reduce su autonomía en el trabajo (19%), la velocidad o el ritmo de trabajo les viene impuesto (52%) y su carga de trabajo aumenta (33%). • Cuando trabajan a distancia manifestaron haber experimentado: un aumento de la carga de trabajo (33,2%), de la velocidad o el ritmo de trabajo determinado por las tecnologías digitales (61,2%), aislamiento social (56,8%), y presión de tiempo o la sobrecarga de trabajo (46,9%), con mayor frecuencia que la población activa total. A la vista de la bibliografía y estudios consultados, podría resumirse que los retos y riesgos para la salud y la seguridad en el trabajo derivados de la aplicación de tecnologías digitales en el lugar de trabajo se concretan en: • Pérdida de autonomía derivada del seguimiento digital, aumento de la carga de trabajo y presión para lograr un determinado nivel de rendimiento. • Sustitución de puestos de mando intermedios, por algoritmos que asignan tareas al personal y supervisan su rendimiento. • Pérdida del control del trabajo, fragmentación de los puestos de trabajo en tareas muy sencillas que deben ejecutarse de manera uniforme, reducción del contenido del puesto de trabajo y descualificación de los puestos de trabajo. • Aislamiento del personal, aumento de las interacciones virtuales y pérdida de apoyo entre iguales. • Decisiones incorrectas o injustas sobre el personal derivadas de procesos automatizados o semiautomatizados que utilizan datos o programas informáticos que contienen errores. • Aplicación de sistemas de incentivos y penalizaciones, y calificación del rendimiento de las personas trabajadoras. Los datos de la encuesta OSH Pulse de 2022 de la EU-OSHA, las personas que trabajan a distancia manifestaron haber experimentado: un aumento de la carga de trabajo (33,2%), de la velocidad o el ritmo de trabajo determinado por las tecnologías digitales (61,2%), aislamiento social (56,8%), y presión de tiempo o la sobrecarga de trabajo (46,9%), con mayor frecuencia que la población activa total.
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