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TRIBUNA DE OPINIÓN geno “verde” y bajo en carbono, además de aportar información detallada para los consumidores. El esquema se basa en el enfoque de reserva y reclamo*, que considera solo las emisiones generadas en la producción. El umbral de emisiones para el hidrógeno sostenible es 36,4 gCO2eq/ MJH2. Los certificados CertifHy permiten a las empresas promover la producción de energía a partir de fuentes renovables, mejorando, así, su compromiso con un desarrollo sostenible. El esquema cubre dos tipos de certificados. El primero es ‘Hidrógeno Ecológico CertifHy’, para hidrógeno producido con energía procedente de fuentes renovables como la biomasa, la energía hidroeléctrica, la eólica o la solar. El segundo es ‘Hidrógeno de Bajo Carbono CertifHy’, para hidrógeno producido con energía convencional de bajas emisiones o captura y almacenamiento de carbono (CAC). Los productores pueden registrar sus volúmenes de hidrógeno certificados por CertifHy en el sistema del mismo nombre financiado por la UE. El proyecto CertifHy “Designing the 1st EU-wide Guarantee of Origin for Green Hydrogen” fue iniciado por HINICIO, GREXEL, Ludwig Bölkow Systemtechnik (LBST), el Commissariat à l'énergie atomique et aux énergies alternatives, la Association of Issuing Bodies (AIB), AISBL y TÜV SÜD. Está financiado por Fuel Cell and Hydrogen Joint Undertaking (ahora Clean Hydrogen Joint Undertaking), una asociación público-privada con sede en la UE que apoya actividades de investigación y desarrollo de pilas de combustible e hidrógeno. CERTIFICACIÓN EN HIDRÓGENO “VERDE” Desde 2011, los productores y distribuidores utilizan la certificación de hidrógeno “verde” conforme a la norma CMS 70 de TÜV SÜD, para demostrar la sostenibilidad medioambiental de su hidrógeno. Esta norma, reconocida en todo el mundo, incluye requisitos sobre materias primas, energía de entrada y potencial de reducción de gases de efecto invernadero. Aunque se basa en la legislación alemana y de la UE, la norma de certificación es aplicable en todo el mundo. Entre los procesos de producción de hidrógeno que pueden certificarse figuran la electrólisis con electricidad procedente de fuentes renovables, el reformado por vapor de biogás (biometano) y la pirólisis o gasificación de biomasa sostenible. Para que la auditoría tenga éxito, el producto de hidrógeno “verde” debe tener un potencial de reducción de gases de efecto invernadero de al menos el 70 % en relación con el comparador de biocombustibles definido en la RED II. En este caso, el umbral de emisiones es 28,2 gCO2eq/MJH2. A diferencia del esquema CertifHy, la certificación CMS 70 en hidrógeno “verde” también tiene en cuenta las emisiones producidas durante el transporte y la distribución en su evaluación del potencial de reducción de gases de efecto invernadero. El enfoque de balance de masas* permite la coproducción y el transporte de hidrógeno sostenible y no sostenible sin riesgo de doble contabilidad. CASO DE ESTUDIO: ELECTROLIZADOR PEM El operador de una planta de hidrógeno encargó a TÜV SÜD la certificación conforme a su norma de hidrógeno “verde”. La planta producía hidrógeno empleando electrólisis de membrana de intercambio de protones (PEM). Las pilas están diseñadas para uso industrial a gran escala y tienen una capacidad de hasta 6 MW. Funcionan con electricidad de energía hidráulica y eólica. Los compresores posteriores comprimen el hidrógeno a dos niveles de presión diferentes: primero a 8 MPa, para su almacenamiento y posterior alimentación a la red de gas natural, y después a 22,5 MPa, para el llenado de hidrógeno en tubos de remolque. Además de examinar los niveles de presión requeridos y la pureza del hidrógeno, los expertos en certificación de hidrógeno analizaron las emisiones desde la producción hasta el procesamiento y el transporte al consumidor final. La cantidad total de emisiones fue 15 gCO2eq/MJH2, por lo que quedaban por debajo del umbral máximo requerido de 28,2 gCO2eq/MJH2. Así pues, el operador de las instalaciones de electrólisis pudo demostrar una reducción del 82 % en sus emisiones en comparación con el hidrógeno convencional. Los titulares del certificado (un proveedor de hidrógeno y una empresa de servicios públicos) entregan el hidrógeno a estaciones de servicio y lo usan para sustituir al gas natural en la red de calefacción. CONCLUSIÓN Y PERSPECTIVA Al optar por sistemas voluntarios de certificación, las empresas no solo documentan su compromiso con un suministro energético sostenible y preparado para el futuro, sino que también reducen sus emisiones desde la fase de producción hasta la distribución. Al mismo tiempo, dan a conocer sus procesos y pueden recurrir a su contabilidad certificada de emisiones de carbono para adquirir una valiosa experiencia sobre cómo gestionar las posibles fuentes de emisión y las medidas de ahorro. Estas empresas ya se han posicionado en el mercado y están perfectamente preparadas para la introducción de criterios y requisitos normalizados a escala de la UE.  54

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