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Ubicado en plena Sierra del Espadán (Castellón), Mar de Fulles se encuentra en un enclave privilegiado entre el mar y las montañas. El sueño de sus creadores era ofrecer una experiencia 100% sostenible en plena naturaleza. Para ello construyeron este hotel de acuerdo a criterios bioclimáticos en cal, madera y termoarcilla, utilizando únicamente energía del sol y con un circuito cerrado de agua que les llega desde un pozo propio con depuradora de filtros verdes. FACHADA NORTE Hicieron un estudio climático de la zona. El mar está a apenas diez kilómetros, justodetrás de lamontaña. Enel Levante, cuando sale el sol calientamuchomás rápido la tierra que el agua, y cuando hay una diferencia térmica entre el mar y la tierra, se produce el viento. Como el viento viene del mar, siempre que hace calor se produce esa diferencia térmica, por lo tanto, el aire siempre es fresco. Siguiendo esta premisa, la orientación norte les sirve para protegerse del sol y, además, para captar el aire. La idea era crear un edificio totalmente autosuficiente energéticamente. Y para ello la orientación del hotel fue fundamental, como explica Juanma Urbán: “Lo habitual era una construcción con la fachada principal orientada al sur y en el norte las pequeñas ventanas, pues es por donde se escapa el calor de la casa.” Pues ellos decidieron hacer justo lo contrario: la fachada principal del edificio está orientada al norte absoluto. “Es como un “reloj solar” que origina sombras siempre paralelas, perfectas”, nos comenta. En esta fachada norte están los grandes ventanales del edificio, protegiendo la fachada principal del sol, ya que el objetivo de sus diseñadores fue “hacer el edificio más frío posible”. Lo explica: “Una estancia aislada es muy fácil calentarla y se mantiene la temperatura durante horas”. Ahora bien, si hay que refrigerar esa misma estancia, en cuanto se apaga el equipo de climatización, rápidamente vuelve a hacer calor”. El edificio funciona con algo tan sencillo como la ventilación natural. Para que se produzca la ventilación constante hace falta un punto de entrada y otro de salida. “Lo que hicimos en las habitaciones fue hacer ventanas en ambos lados -norte y sur- y simplemente con abrirlas tenemos la temperatura que necesitamos de forma constante”. No obstante, este sistema de ventilación norte-sur no era el más indicado para el restaurante, el espacio que más se utiliza. Por eso, separaron el edificio -alojamientos y zona común- creando un “pasillo” que recoge todo el viento que golpea la fachada. Y con la apertura de una puerta en el lateral del pasillo y otra exactamente igual al otro lado del restaurante, tienen ventilación cruzada este-oeste en verano. Con este sistema prácticamente no es necesario el uso de equipos mecánicos para climatizar las instalaciones, tan solo en la época estival, en las horas del mediodía, precisamente, en el momento que cuentan con mayores excedentes de energía solar, por lo que el consumo procede directamente de los paneles fotovoltaicos. “Durante seis meses al año no utilizamos ni equipos de producción de frío ni de calor”, asegura Juanma. LA CARA SUR Lamáxima dificultad en la Comunidad Valenciana es climatizar la cara sur. Juanma Urbán nos detalla cómo lo han resuelto: "En invierno el sol está La fachada principal está orientada al norte absoluto con el objetivo de hacer el edificio más frío posible. 49 REPORTAJE

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