A fondo: Análisis 2020 | In depth: 2020 Analysis www.futurenergyweb.es FuturEnergy | Diciembre 2020-Enero 2021 December 2020-January 2021 34 la puerta abierta, precisamente, a que las instalaciones insostenibles puedan recibir per se la financiación destinada a actividades que realmente sí lo son. El nuevo Reglamento concede la cualificación de “ambientalmente sostenible” a una inversión que “contribuya sustancialmente” y “no cause ningún perjuicio significativo”, incorporando una nueva taxonomía y asumiendo una interpretación laxa del principio de neutralidad tecnológica, algo, a todas luces, fuera de las líneas de planificación y de acción de la transición energética, ya que es otra vía ventajista para las tecnologías contaminantes que aporten una mejora, por mínima que sea, frente a la situación anterior. Durante todo el 2020, se puede considerar que la evolución de las renovables ha sido positiva, tanto en el mantenimiento de la actividad de instalación de nueva potencia, como en las señales que la promoción y la ingeniería aportan, como elementos avanzados a la realidad del futuro cercano del sector. A todo esto, se ha unido que las medidas puestas en marcha por los diferentes gobiernos han definido la idoneidad y la elegibilidad de las inversiones renovables, incitando a pensar que esta crisis va a suponer el inicio, ya asumido, de un cambio de modelo con un proceso de transición energética sin vuelta atrás. Las energías renovables han alcanzado el grado de desarrollo y madurez suficiente para convertirse en las fuentes de energía primaria más baratas para generar electricidad en muchas partes del mundo, y los compromisos adquiridos por la mayoría de los países las han situado como la alternativamás lógica, rentable y deseada para configurar el mix energético del futuro. La transición energética está asumida a todos los niveles, tanto económicos como sociales, y, de forma generalizada, la apuesta por la eficiencia, las energías renovables, y la sustitución y disminución de la dependencia de los combustibles fósiles. La evolución tecnológica e industrial de las energías renovables para generar electricidad, sus características intrínsecas como inversiones con muy bajo coste operativo y su generación de tesorería o de EBITDA, las configuran como iniciativas de alto interés para inversores financieros con una gran capacidad de recursos económicos. Por todo ello, no se pueden comparar con las plantas que utilizan combustibles fósiles y que, además, tienen costes operativos que introducen elementos de riesgo. Conjuntamente, este gran apetito inversor, que está empezando a despertar por todas las tecnologías renovables, está siendo uno de los elementos estratégicos, de cara al futuro, que se han iniciado durante en este año 2020. De hecho, España figura como el sexto mercadomás atractivo para invertir en energías renovables en el informe Climatescope 2020 que, desde hace diez años realiza BloombergNEF. Sin duda, hemos podido observar como a las tecnologías de generación de electricidad ya maduras y competitivas, como son la eólica y la fotovoltaica, se están uniendo, dentro de los criterios que establece el reglamento de la CE, los gases renovables o el hidrógeno y el almacenamiento. Curiosamente, en todos los casos, se está apostando por invertir en tecnologías y en procesos dando por seguro que su implantación reúne las condiciones de seguridad, inclusión, sostenibilidad, resiliencia, etc., cuando, en muchas de ellas, el principal atributo es que consolidan las líneas de actuación y de negocio, amparados en el modelo energético tradicional que, precisamente, se quieremodificar con la transición energética. Este pragmatismo de negocio a favor de las renovables, al margen de la apuesta por un futuro distinto, tiene una importante comand drawn up to facilitate sustainable investments, has resulted in the door being left open to unsustainable installations receiving funding per se that should be destined for activities that really are sustainable. The new Regulation defines as “environmentally sustainable” an installation that “substantially contributes to” and “does not significantly harm”, incorporating a new taxonomy and offering a loose interpretation of the principle of technological neutrality, something clearly outside the planning and action lines of the energy transition. It creates one more advantageous route for those contaminant technologies that demonstrate an improvement, no matter how minimal, compared to their previous situation. Renewables could be said to have enjoyed a positive evolution during 2020, both in maintaining the activity in terms of new capacity installation, and in the signals given by developers and engineering firms, as entities well familiar with the imminent reality of the sector. This is in addition to the measures put into place by the different governments that have defined the suitability and the eligibility of the renewable investments, prompting thoughts that this crisis is going to represent the start of a change in model, through an irreversible energy transition process that has already begun. Renewables have achieved the degree of development and sufficient maturity to become the cheapest primary energy sources for generating electricity in many parts of the world and the commitments acquired by most countries have positioned them as the most logical, cost-effective and desirable alternative to shape the energy mix of the future. The energy transition is already being undertaken at every economic and social level, and more widespread is the commitment to efficiency, renewable energies and the replacement and reduction of dependence on fossil fuels. The technological and industrial evolution of renewables to generate electricity, their inherent characteristics as investments with very low operating costs and generators of liquidity and EBITDA, establish them as highly attractive initiatives for financial investors with extensive economic resources. As a result, they cannot be compared with the plants that use fossil fuels and which, in addition, have operating costs that incorporate elements of risk. In conjunction, this huge investor appetite, which is starting to be awoken by all renewable technologies, is becoming one of the strategic elements of a future that started during 2020. Indeed, Spain ranks as the sixth most attractive market for renewable energy investment according to the Climatescope 2020 report that BloombergNEF has been publishing for ten years.We have been able to see how already mature and competitive power generation technologies, such as wind and PV power are, within the criteria established by the EC Regulation, being joined by renewable gases or hydrogen and by storage. Strangely, in every case, commitment is being made to investing in technologies and processes with the certainty that their implementation meets the conditions of security, inclusion, sustainability, resilience, etc., when, in many cases, the main attribute is that they consolidate lines of activity and business, covered by the traditional energy model that in fact needs to be amended because of the energy transition.
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