La estrategia energética europea fue diseñada a partir de tres objetivos fundamentales: seguridad de suministro, competitividad y precios asequibles, y sostenibilidad. Si bien durante años se han priorizado claramente los dos primeros puntos, los objetivos de descarbonización cada vez más exigentes que han sido fijados para 2030 y 2050 han convertido el objetivo de la sostenibilidad en la prioridad absoluta a día de hoy. La Unión Europea aspira a ser neutral desde el punto de vista climático para el año 2050, a convertirse en una economía con cero emisiones de gases de efecto invernadero. Este fin es el núcleo del PactoVerde Europeo y está en consonancia con el compromiso de la UE respecto a la propuesta de acción climática mundial en el marco del Acuerdo de París. En la práctica este objetivo implica la incorporación de forma masiva y generalizada de las energías renovables en el sistema, así como una electrificación de todos los sectores productores de emisiones. Se trata de un nuevo escenario en el que el almacenamiento energético en todas sus vertientes va a jugar un papel relevante y decisivo. La UE quiere seguir liderando el impulso hacia la sostenibilidad a nivel mundial, tal y como ha venido haciendo en las últimas décadas, lo cual estratégicamente supone posicionarse en primera línea ante la transformación tecnológica que ello conlleva, por lo que los centros tecnológicos y de investigación y las empresas europeas deben ser actores relevantes de esta transición. Sería un grave error no aprovechar la oportunidad de desarrollo tecnológico que se presenta. Por poner un ejemplo del sector del almacenamiento, la gran mayoría de las celdas de baterías de litio se fabrican actualmente en países asiáticos. Por tanto, si bien dicha tecnología puede servir para cubrir aplicaciones interesantes, tanto dentro como fuera de la red eléctrica, conlleva que el impacto económico en empresas europeas y, por lo tanto, en la creación de empleo derivado, se vea claramente reducido. Afortunadamente el almacenamiento de energía ha ido ganando terreno en las políticas de apoyo europeas. Mientras que tradicionalmente ni siquiera existía el concepto de tecnologías de almacenamiento expresadas como tal, actualmente se les ha dotado de gran protagonismo para alcanzar los objetivos de sostenibilidad, avanzando en la creación de incentivos y de una estructura de mercado favorable para su desarrollo. Como apunte, el Paquete Europe’s energy strategy was designed based on three fundamental objectives: supply security, competitiveness and affordable prices, and sustainability. Although the first two points have clearly been prioritised over the years, the increasingly more demanding decarbonisation objectives that have been set for 2030 and 2050 have become today’s sustainability target a priori. The European Union aspires to be neutral from a climate standpoint by 2050, converting itself into an economy with zero greenhouse gas emissions. This aim is the core of Europe’s Green Deal and is in line with the commitment of the EU as regards the global climate action proposed within the framework of the Paris Agreement. In practice, this target implies the massive and widespread incorporation of renewable energies into the system, as well as an electrification of every emissions-producing sector. This involves a new scenario in which every type of energy storage will play a significant and decisive role. The EU would like to continue spearheading the drive towards sustainability at global level, just as it has been doing for the past decades. In strategic terms, this involves positioning the region at the forefront of the technological transformation, meaning that technology and research centres, along with European companies, must be the key agents of this transition. It would be a serious mistake not to take advantage of the technological development opportunity offered. To take one example from the storage sector, the vast majority of lithium battery cells are currently manufactured in Asian countries. As a result, although this technology can cover interesting ENERGY STORAGE IN THE ENERGY TRANSITION Every day the media contains news about energy storage. From promising developments of new technologies at laboratory level, to gigantic plants to support the grid. As a result, much hope has been placed on this sector, which must provide increased grid flexibility, enabling the integration of prodigious quantities of new renewable generation. EL ALMACENAMIENTO DE ENERGÍA ANTE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA Todos los días podemos encontrar noticias en los medios de comunicación relacionadas con el almacenamiento de energía. Desde desarrollos prometedores de nuevas tecnologías a nivel de laboratorio, hasta plantas gigantescas para dar apoyo a la red. Hay por tanto muchas esperanzas puestas en este sector, que debe servir para incrementar la flexibilidad de la red, posibilitando la integración de ingentes cantidades de nueva generación renovable. Batería de flujo de vanadio 50 kW, 4 horas, instalada en la microrred Atenea | 50 kW, 4-hour, vanadiumflow battery, installed in the Atenea microgrid. Almacenamiento de energía | Energy storage FuturEnergy | Noviembre/Diciembre November/December 2020 www.futurenergyweb.es 61
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