FY70 - FY71 - Futurenergy

El Gobierno de España presentaba recientemente el Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción, un conjunto de medidas que, con una dotación de 3.750 M€, pretende respaldar a un sector clave para nuestra economía desde cinco puntos de vista: la renovación del parque de vehículos primando los menos contaminantes, las inversiones para impulsar la competitividad y la sostenibilidad, la investigación y el desarrollo, una fiscalidad acorde con estos objetivos y la formación y cualificación de las personas para poder alcanzarlos. Sin duda se trata de un plan ambicioso por su alcance y cuantía económica, pero también, y es aquí donde me gustaría incidir, por su enfoque integral. Y muy especialmente, porque puede ser útil para dinamizar el sector industrial y propiciar su reconversión hacia un horizonte de bajas o nulas emisiones, que es al que las principales instituciones como la Unión Europea y sobre todo el sentido común nos dicen que debemos caminar, siempre garantizando la seguridad industrial, así como la de todos los usuarios. Parece recomendable optar por una visión más amplia que la que a veces tenemos sobre todo lo relacionado con la movilidad sostenible y respetuosa con el entorno, con frecuencia restringida al ámbito de las personas y, más en concreto, al automóvil. La apuesta por la movilidad sostenible no puede quedar circunscrita al ámbito personal, sobre todo si tenemos en cuenta que nuestro país contaba con 490.000 vehículos autorizados para el transporte de mercancías por carretera a 1 de enero de 2020 según el Observatorio del Transporte de Mercancías por Carretera del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, o que el número de toneladas transportadas por estos mismos vehículos ha crecido un 80% en los últimos 10 años. Asimismo, más de 400 millones de viajeros son transportados mensualmente en España por medios de transporte terrestres, marítimos, ferroviarios o aéreos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es lógico plantearse que, además de la de los automóviles y motocicletas, la incorporación de camiones, trenes y autobuses a la movilidad sostenible favorecerá la reconversión industrial en el campo de las infraestructuras, porque será necesario construir redes de hidrogeneras, electrolineras y gasineras que a su vez llevarán un sinfín de elementos industriales de suministro, medición, presión, control… En lo tocante al hidrógeno, también conviene ampliar el campo de visión radicalmente, tanto en su enfoque de aplicaciones como en el estratégico. No debemos perder las dinámicas que rigen los mercados, entre las cuales se encuentra la competitividad. Debemos fomentar alcanzar la competitividad en las tecnologías del hidrogeno y para ello tenemos que ir más allá de las oportunidades energéticas que nos ofrecen. No deberíamos limitarnos a buscar soluciones tecnológicas que nos resuelvan problemas medioambientales o de sostenibilidad, sino aspirar a producirlas en nuestro territorio. Y esto implica, evidentemente, preparar y crear mercado que tire de nuestra industria. Y de nuevo debemos “salir de la caja” y analizar los dos lados de la ecuación que nos ofrecen estas tecnologías disruptivas. The Government of Spain recently presented its Plan to stimulate the value chain of the automotive industry, a series of measures that, with a provision of €3.75bn, aims to support a key sector for our economy from five standpoints: the renewal of the vehicle stock, prioritising the least pollutant; investments to stimulate competitiveness and sustainability; research and development; taxation in line with these objectives; and the training and qualification of people so that these goals can be achieved. This is undoubtedly an ambitious plan due to its scope and economic value, but also, and this is the point I would like to emphasise, due to its integrated approach. And particularly, because it could be useful to stimulate the industrial sector and foster its conversion to a low- or zero-emissions future which is the aim of every major institution such as the European Union. Above all, common sense tells us that this is the direction in which we must travel, while safeguarding industrial security and well as that of every user. Opting for a wider vision than usual seems appropriate, above all as regards sustainable mobility and care for the environment, which is frequently limited to the field of the individual, specifically, the car. The commitment to sustainable mobility cannot be solely confined to the personal level, particularly if we take into account that Spain had 490,000 vehicles authorised to transport goods by road as of 1 January 2020, according to the Observatory of Goods Transport by Road of the Ministry of Transport, Mobility and Urban Agenda. In terms of the number of tonnes transported by those same vehicles, this figure has grown by 80% in the last 10 years. Similarly, over 400 million passengers are carried every month in Spain via land, sea, rail and air, according to data from the National Statistics Institute (INE). In addition to cars and motorbikes, it makes complete sense to include trucks, trains and buses in the sustainable mobility plans in order to foster industrial conversion in the field of infrastructures, because it will be necessary to construct networks of hydrogen stations, charging stations and natural gas refuelling stations, which in turn will lead to an endless number of industrial elements to cover supply, metering, pressure, control… With respect to hydrogen, it is also useful to radically extend the field of vision, both regarding its focus on applications and in terms of strategy.We must not lose sight of the dynamics that govern the markets, which include competitiveness.We must promote the achievement of competitiveness in the hydrogen technologies and for this, we have to go beyond the energy opportunities they offer.We must not restrict ourselves to seeking technological solutions that resolve environmental and sustainability issues, but also aspire to producing them at home. And this evidently involves preparing and creating a market that is lead by Spanish industry. Once again, we must “think outside the box” and analyse both sides of the equation these disruptive technologies bring. ARAGÓN APUESTA POR EL HIDRÓGENO COMO OPORTUNIDAD PARA LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA E INDUSTRIAL Arturo Aliaga López Vicepresidente y Consejero de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial del Gobierno de Aragón. Presidente de la Fundación Hidrógeno Aragón ARAGÓN COMMITS TO HYDROGEN AS AN OPPORTUNITY FOR THE INDUSTRIAL AND ENERGY TRANSITION Arturo Aliaga López Vice President and Regional Minister of Industry, Competitiveness and Business Development of the Aragón Government. Chair of the Aragón Hydrogen Foundation Movilidad Sostenible. Hidrógeno | Sustainable Mobility. Hydrogen FuturEnergy | Mayo-Junio/May-June 2020 www.futurenergyweb.es 55

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