Movilidad Eléctrica | E-Mobility www.futurenergyweb.es 82 FuturEnergy | Abril-Mayo April-May 2020 Sin políticas locales, como ocurre con el autoconsumo, el ritmo del avance del vehículo eléctrico seguirá sujeto a fuertes barreras de acceso. La exigencia de neutralidad tecnológica en las ayudas a la adquisición de vehículos por los mismos que aún no han pedido perdón ni compensado el fraude del “dieselgate” es condenar la economía española al atraso. El estudio que elabora la consultora JATO refleja el poco esfuerzo de la industria del automóvil por reducir las emisiones: en 2019 crecieron las emisiones de CO2 de la mayoría de las marcas y ninguna, excepto Tesla, cumple el límite establecido por la UE de 95 gramos en 2020, por lo que a partir de 2021 los fabricantes se enfrentarán a multas millonarias. Según Hacienda, en España la media de contaminación de los fabricantes se situó en 122 gramos de CO2 por kilómetro y las sanciones serán de 95 euros por gramo de más y coche vendido. La UE ha aprobado para 2030 una reducción del 37,5% de las emisiones de los automóviles respecto a 2021. España está a la cola de Europa en la venta de vehículos eléctricos y los fabricantes están a una enorme distancia de cumplir los objetivos de emisiones. La alternativa no es pedir ayudas al Estado para seguir contaminando; ese es un modelo de negocio condenado al fracaso, que perjudica la salud de todo el país. La alternativa es incluir el vehículo eléctrico en el tejido industrial cuanto antes. El año 2030 marca la fecha del ocaso del motor de combustión y muchos países han prohibido su venta entre 2030 y 2040. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) plantea objetivos exigentes para el sector del transporte: 28% de renovables, reducción del 33% de sus emisiones, cero gramos de CO2 en 2040, con solo cinco millones de vehículos eléctricos y sin objetivos de puntos de recarga. La crisis de demanda no debería rebajar esos objetivos, aunque sin estrategias públicas de infraestructuras de recarga será improbable su consecución. El vehículo eléctrico es un instrumento de recuperación de la crisis del coronavirus porque reúne la principal alternativa del sector del automóvil, la reducción de emisiones y una nueva mentalidad social sobre la salud y el medioambiente, una nueva productividad vinculada a la electrificación del transporte y un nuevo tejido industrial, innovador y sostenible. Coronavirus sets the date for the end of the combustion engine era Without municipal policies, the MOVES Plan for the EV, announced by the Institute for Energy Diversification and Saving, will only be good for fleets and will fail to connect to the new social thinking postcoronavirus. Without local policies, as in the case of selfconsumption, the pace the EV progresses will remain subject to strong access barriers. The requirement of technological neutrality in the funding for the purchase of vehicles by the very entities that have still not apologised or compensated for the Dieselgate scandal, is condemning the Spanish economy to delay. The study drawn up by consultants JATO reflects the little effort made by the automotive industry to reduce emissions: in 2019, the CO2 emissions of most makes grew and none of them, expect for Tesla, met the limit established by the EU of 95 g by 2020. This means that as from 2021, automakers will be facing multi-million fines. According to the Spanish Tax Authority, in Spain the average pollution by automakers stood at 122 gCO2 per kilometre and penalties will be €95 per additional gram and car sold. For 2030, the EU has approved a reduction of 37.5% of car emissions compared to 2021. Spain is at the tail end of Europe in EV sales and automakers are a long way away frommeeting emissions targets. The alternative is not to ask for State funding to continue polluting; that is a business model condemned to fail and one which jeopardises the nation’s health. The alternative is to include the EV in the industrial fabric as soon as possible. 2030 will be the year the sun sets on the combustion engine and many countries have already banned its sale between 2030 and 2040. The Spanish National Integrated Energy and Climate Plan 20212030 sets out demanding objectives for the transport sector: 28% from renewables, a 33% reduction in its emissions, zero grams of CO2 by 2040, with just five million EVs and no targets as regards charging points. The demand crisis should not reduce these targets, although with no public charging infrastructure strategies in place, their achievement will be unlikely. The electric vehicle is means of recovering from the coronavirus crisis because it brings together the primary alternative for the automotive sector, emissions reduction and a new social thinking as regards health and the environment, a new productivity linked to the electrification of transport and a new, innovative and sustainable industrial framework. Javier García Breva Asesor en Modelos de Negocio Energético Energy Business Models Consultant
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