FY64 - FuturEnergy

Eficiencia Energética | Energy Efficiency www.futurenergyweb.es 16 FuturEnergy | Octubre October 2019 Los niveles de inversión orientada a eficiencia se han mantenido en gran medida sin cambios desde 2014. Situándose en 240.000 M$, las inversiones en eficiencia en los sectores de edificación, transporte e industria fueron aproximadamente un 1,6% más altas en 2018 que en 2017, pero aún muy por debajo de los niveles necesarios para capturar las oportunidades efectivas en coste disponibles. La digitalización puede desbloquear más eficiencia si se eliminan las barreras La digitalización está modernizando la eficiencia energética y aumentando su valor. Al aumentar la conectividad de los edificios, electrodomésticos, equipos y sistemas de transporte del mundo, la digitalización proporciona ganancias de eficiencia energética más allá de lo que es posible cuando los usos finales de energía permanecen desconectados. En un momento de cambios profundos en el sistema energético, con una mayor proporción de generación intermitente agregándose a los sistemas eléctricos, la digitalización también está haciendo que la eficiencia energética en la demanda sea un recurso más valioso que en el pasado. Esto se debe a que, además de proporcionar ganancias en la eficiencia del uso final,muchas tecnologías digitales también brindan otros servicios, como la carga flexible, que aumentan la eficiencia de todo el sistema. Si bien la eficiencia del uso final siempre ha tenido beneficios para el sistema, la digitalización permite que estos beneficios se midan y valoren de manera más rápida y precisa. Las tecnologías digitales podrían beneficiar a todos los sectores y usos finales, pero persiste la incertidumbre sobre la escala de los beneficios. La digitalización podría reducir la demanda global del sector edificios hasta en un 10% entre 2017 y 2040. La digitalización también podría aumentar la capacidad de respuesta de la demanda más de diez veces, al desbloquear nuevas fuentes de carga flexible en los sectores de edificios y transporte. Sin embargo, la escala exacta de estos impactos es incierta y depende de las respuestas políticas, que también deben considerar el riesgo de una mayor demanda de energía por el crecimiento de los dispositivos digitales. Se necesita más evidencia sobre cómo las tecnologías digitales podrían combinarse para ofrecer mejoras en todo el sistema, y cómo el efecto rebote podrían reducir sus beneficios si la difusión de dispositivos digitales hace aumentar el consumo de energía. La política podría acelerar la adopción de tecnologías digitales para la eficiencia energética, pero la política centrada en las tecnologías digitales para la eficiencia sigue siendo rara. Las políticas dirigidas a las tecnologías digitales para la eficiencia apenas están comenzando a surgir. La AIE ha identificado un conjunto de consideraciones políticas críticas dentro de su nuevo marco de políticas de Preparación para la Eficiencia Energética Digital. El marco está diseñado para garantizar que los beneficios de la eficiencia energética digital se realicen a través de políticas que aborden una variedad de problemas: desde equilibrar la accesibilidad de los datos con la privacidad de los mismos, hasta ayudar a eliminar las barreras regulatorias a la innovación. La desaceleración en la mejora de la eficiencia energética global, a pesar del potencial de ahorro rentable, subraya la necesidad de una acción política urgente. Se requieren nuevas formas de pensamiento político que vayan más allá de los enfoques tradicionales, particularmente para maximizar las ganancias potenciales de la digitalización de la eficiencia. Digitalisation can unlock greater efficiency if barriers are removed Digitalisation is modernising energy efficiency and increasing its value. By increasing the connectivity of the world’s buildings, appliances and equipment and transport systems, digitalisation provides energy efficiency gains beyond those possible when energy end-uses remained disconnected. At a time of deep change in the energy system, with larger shares of intermittent generation being added to electricity systems, digitalisation is also making demand side energy efficiency a more valuable resource than in the past. This is because in addition to providing gains in end-use efficiency, many digital technologies also provide other services such as the flexible load, which increase the efficiency of the entire system.While end-use efficiency has always had system benefits, digitalisation allows for these benefits to be measured and valued more quickly and more accurately. Digital technologies could benefit all sectors and end-uses, but uncertainty about the scale of the benefits persists. Digitalisation could reduce the global buildings sector demand by up to 10% between 2017 and 2040. Digitalisation could also increase demand response capacity more than ten-fold, by unlocking new sources of flexible load in the buildings and transport sectors. However, the exact scale of these impacts is uncertain and depends on policy responses, which also need to consider the risk of increased energy demand from the growth of digital devices. More evidence is needed on how digital technologies could combine to deliver system-wide improvements, and how rebound effects might curtail their benefits if the spread of digital devices increases energy use. Policy could accelerate the adoption of digital technologies for energy efficiency, but policy focused on digital technologies for efficiency is still rare. Policies targeting digital technologies for efficiency are only just starting to emerge. The IEA has identified a set of critical policy considerations within its new Readiness for Digital Energy Efficiency policy framework, which is designed to ensure that the benefits of digital energy efficiency are realised through policies that address a range of issues: from balancing data accessibility with data privacy, to helping remove regulatory barriers to innovation. The slowdown in global energy efficiency improvement, despite the potential for cost-effective savings, underscores the need for urgent policy action. New ways of policy thinking that move beyond traditional approaches are required, particularly to maximise the potential efficiency gains from digitalisation.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx