Una serie de factores a corto plazo contribuyeron a la desaceleración de la mejora de la intensidad energética a nivel global. Por el lado de la demanda, las industrias intensivas en energía de China y EE.UU. (entre otras) aumentaron su participación en la producción industrial y aumentaron la demanda de todos los combustibles de energía primaria. El clima también jugó un papel importante: en EE.UU., un invierno más frío y un verano más cálido impulsaron el consumo de energía para calefacción y refrigeración. En Europa, un invierno más suave redujo la demanda de gas para calefacción, un factor importante detrás de la mejora del 2% en la intensidad energética, en comparación con el 1,4% en 2017. Por el lado de la oferta, después de tres años de crecimiento plano o disminución, la generación de energía a partir de carbón aumentó en 2017 (3%) y 2018 (2,5%) para hacer frente al mayor crecimiento de la demanda de electricidad. Una mayor generación de electricidad basada en combustibles fósiles aumenta la intensidad primaria, porque la energía se pierde cuando estos combustibles se convierten de energía primaria a energía final. Los factores estructurales a más largo plazo también están jugando un papel en la desaceleración. Si bien las tecnologías y los procesos se están volviendo más eficientes, los factores estructurales están amortiguando el impacto de estas ganancias de eficiencia técnica en la demanda de energía y ralentizando las mejoras de la intensidad energética a nivel global. En la industria, el impacto del cambio estructural para dejar de ser industrias intensivas en energía se ha debilitado gradualmente desde 2013. En 2018, el cambio estructural en la industria en realidad aumentó la demanda de energía. En el transporte, a pesar de las mejoras de eficiencia de los vehículos, la intensidad energética está empeorando debido a que las ventas de vehículos nuevos y más eficientes se han desacelerado, los consumidores prefieren autos más grandes y las tasas típicas de ocupación de los vehículos han disminuido. En los edificios residenciales, los cambios estructurales, como el aumento de la propiedad y el uso de dispositivos, y un crecimiento significativo del área per cápita promedio de suelo residencial en todas las economías, han igualado o superado las ganancias de eficiencia desde 2014. Si estas tendencias estructurales continúan, las eficiencias técnicas deberán aumentar mucho más rápidamente para lograr un nivel de mejora de la intensidad energética consistente con el cumplimiento de los objetivos globales de cambio climático y sostenibilidad. A range of short-term factors have contributed to the slowdown in global energy intensity improvement. On the demand side, energy-intensive industries in China and the US (among others) increased their share of industrial production and pushed up demand for all primary energy fuels.Weather also played a role: in the US, a cooler winter and a warmer summer drove up energy use for both heating and cooling. In Europe, a milder winter cut gas demand for heating, a major factor behind a 2% improvement in energy intensity, up from 1.4% in 2017. On the supply side, after three years of flat growth or decline, coal power generation increased in 2017 (3%) and 2018 (2.5%) to meet a stronger growth in electricity demand. More fossil fuel-based electricity generation increases primary intensity because energy is lost when these fuels are converted from primary to final energy. Longer-term structural factors are also playing a part in the slowdown.While technologies and processes are becoming more efficient, structural factors are dampening the impact of these technical efficiency gains in energy demand and are slowing global energy intensity improvements. In industry, the impact of the structural change away from energy-intensive industries has gradually weakened since 2013. In 2018, the structural change in industry actually added to energy demand. In transport, despite improvements in vehicle efficiency, energy intensity is worsening because sales of new, more efficient vehicles have slowed, consumers still prefer larger cars and LAS MEJORAS EN EFICIENCIA ENERGÉTICA CONTINUARON BAJANDO EN 2018 En 2018, la intensidad de la energía primaria, un indicador importante de la cantidad de energía utilizada por la economía global, mejoró en un 1,2%, la tasa más lenta desde 2010, según Energy Efficiency 2019, el informe anual de la AIE sobre eficiencia energética. Esto fue más lento que la mejora del 1,7% de 2017 y marcó el tercer año consecutivo de disminución de la tasa. También se quedómuy por debajo de la mejora promedio del 3% consistente con la EstrategiaMundial de Eficiencia de la AIE. La desaceleración representa una oportunidad perdida: por ejemplo, aunque la mejora del 1,2% en la intensidad energética significó que el mundo generó 1,6 b$ más de PIB con la cantidad de energía utilizada en comparación con 2017, esta cifra habría sido de 4 b$, una cantidad cercana al tamaño de la economía alemana, si la intensidad energética hubiera mejorado un 3% cada año desde 2015. ENERGY EFFICIENCY IMPROVEMENTS CONTINUED TO SLOW IN 2018 In 2018, primary energy intensity, an important indicator of how much energy is used by the global economy, improved by 1.2%, the slowest rate since 2010 according to “Energy Efficiency 2019”, the annual report from the IEA on energy efficiency. This was slower than the 1.7% improvement of 2017 and marked the third year in a row that the rate has declined. It was also well below the 3% average improvement consistent with the IEA Efficient World Strategy. The slowdown represents a lost opportunity: although the 1.2% improvement in energy intensity meant that the world generated US$1.6 trillion more GDP for the amount of energy used compared to 2017, had energy intensity improved at 3% every year since 2015, this figure would have been US$4 trillion, an amount close to the size of the German economy. Eficiencia Energética | Energy Efficiency FuturEnergy | Octubre October 2019 www.futurenergyweb.es 13
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