El proceso de cambio en esta dirección ya es una realidad. El Acuerdo de París aplicable en 2020 da continuidad a los compromisos acordados en el Protocolo de Kioto, y pone de manifiesto el fuerte compromiso político de cara a limitar las emisiones de CO2. Adicionalmente, la creciente preocupación por el impacto de la globalización, el aumento de la población mundial (8.500 y 9.700 millones para los años 2030 y 2050 según la ONU) y el acelerado crecimiento de la clase social media en países en vías de desarrollo, ponen de manifiesto la necesidad de incluir cambios en los modelos energéticos actuales, diversificar el uso de recursos energéticos, y optimizar la inversión y uso de los activos. En este contexto, la digitalización aparece como un importante catalizador de la transformación. Aun cuando su despegue es incipiente, las oportunidades que puede generar son determinantes de cara a gestionar la diversidad de recursos energéticos, su predictibilidad, las transacciones entre los diferentes agentes del nuevo mercado energético, los millones de datos que se derivan del estado de los activos del sector, y la seguridad de la información que se intercambia entre los diferentes sistemas de control. Un elemento fundamental que caracteriza la transición energética es la transformación de las redes eléctricas y sus modelos de gestión, dotándolas de más flexibilidad y permitiendo una participación activa del consumidor. Este artículo se centra en describir algunos de los retos en las futuras redes de distribución, y cómo la digitalización puede ayudar a superarlos. La transformación de las redes Hoy en día, cuando hablamos de flexibilidad tendemos a pensar directamente en las nuevas soluciones que están muy vinculadas al nuevo rol que tendrá el consumidor dentro del sector energético, con nuevas capacidades y responsabilidades, así como a los nuevos modelos energéticos de generación y su gestión. Sin embargo, tradicionalmente la flexibilidad ha sido proporcionada por las plantas de generación despachables, centrales de bombeo y los grandes consumidores. Estos agentes, han sido y son clave para la correcta operación del sistema, permitiendo el ajuste de los desequilibrios entre generación-demanda y contribuyendo al mantenimiento de la seguridad de la red. Sin ir más lejos, algunos de los principales grandes consumidores españoles interrumpieron parte de su proceso productivo para contribuir a la correcta operación del sistema durante 2018, reduciendo su demanda agregada en 24 GWh. El mix de generación está evolucionando de forma general hacia escenarios de alta penetración renovable, principalmente de eólica y solar fotovoltaica. Esta generación, caracterizada por su alta variabilidad y depenThe process of change in this direction is already a reality. The Paris Agreement, which takes effect in 2020, gives continuity to the commitments agreed under the Kyoto Protocol and demonstrates the strong political undertaking to limiting CO2 emissions. In addition, the growing concern over the impact of globalisation, the increasing world population (8.5 and 9.7 billion for 2030 and 2050 respectively, according to the UN) and the accelerated growth in the social middle class in developing countries, all point to the need to incorporate changes in current energy models, to diversify energy resource usage and optimise investment and asset use. Within this context, digitalisation emerges as a major catalyst of the transformation. Although its deployment is in its infancy, the opportunities that it can generate are a determining factor with a view to managing the diversity of energy resources, their predictability, the transactions between the different agents in the new energy market, the millions of data emanating from the status of sector assets and the security of the information that is exchanged between the different control systems. A fundamental element that characterises the energy transition is the transformation of the power grids and their management models, equipping them with more flexibility and facilitating the active involvement of the consumer. This article sets out some of the challenges facing the distribution networks of the future and how digitalisation can help overcome them. DIGITALIZACIÓN. UN CATALIZADOR CLAVE EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA Durante las últimas décadas son muchos los estudios que han ido avanzando la necesidad de una transformación en el sector energético, para dar respuesta a los cambios socioeconómicos y medioambientales que estamos viviendo. A nivel mundial se han desarrollado numerosos proyectos piloto dentro del área de las ciudades inteligentes, con el objetivo de analizar las capacidades de las tecnologías existentes, su interrelación con dichos aspectos socioeconómicos, y con especial foco en transformar nuestras sociedades en comunidades sostenibles energéticamente. DIGITALISATION. A KEY CATALYST IN THE ENERGY TRANSITION Many studies over the past decades have been promoting the need for a transformation in the energy sector to respond to the socio-economic and environmental changes that we are experiencing. Numerous pilot projects in the field of smart cities have been implemented at global level with the aim of analysing the capabilities of existing technologies, their interrelation with these socio-economic aspects and with special focus on transforming our societies into energy-sustainable communities. Energía 4.0 | Energy 4.0 FuturEnergy | Julio July 2019 www.futurenergyweb.es 75
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