Redes Urbanas de Frio y Calor | DHC Networks FuturEnergy | Junio June 2019 www.futurenergyweb.es 62 to la industria como los políticos tienen un papel que desempeñar para permitir esto. En la generación y distribución, la siguiente gran novedad es la llamada calefacción urbana de cuarta generación (4GDH), que trabajan con calor a temperaturas que coinciden con los menores requisitos energéticos de los edificios más eficientes. La reducción de las temperaturas de suministro conlleva una reducción de las pérdidas en la distribución del calor y permite a los proveedores utilizar fuentes de calor adicionales disponibles a esas temperaturas, especialmente el exceso de calor industrial, energía solar y geotérmica. El desarrollo de 4GDH requiere una nueva infraestructura para producción, distribución y consumo de calor. Del lado del mercado, los proveedores de calefacción urbana necesitarán desarrollar modelos de negocio más flexibles. Por ejemplo, en lugar de vender calor como una unidad de energía, pueden vender calor como servicio y garantizar un cierto nivel de confort interior. Esto les permitiría optimizar sus operaciones para encontrar la manera más productiva y rentable de brindar ese servicio. También se pueden introducir nuevos modelos de mercado en el lado de la oferta, donde el acceso de terceros a las redes de calefacción urbana puede permitir un mayor uso del exceso de calor industrial. Algunas empresas ya están desarrollando nuevos modelos de negocio para la fijación de precios y el suministro de calor, especialmente en los mercados no regulados. En Estocolmo, por ejemplo, el proveedor de calefacción urbana ha introducido un mercado de calefacción llamado Open District Heating que permite a los centros de datos, supermercados e industrias vender su exceso de calor a la red. Los formuladores de políticas deben alentar el desarrollo de tales iniciativas basadas en el mercado y eliminar las barreras para una mayor innovación en el mercado. El acoplamiento de los sectores de calefacción y electricidad es otra área importante para el desarrollo. La calefacción urbana puede vincularse a los sistemas eléctricos mediante la cogeneración y la conversión de energía en calor mediante bombas de calor a gran escala. En un sistema energético bien integrado, un proveedor de calefacción urbana puede responder a las fluctuaciones de precios del mercado eléctrico y ayudar a equilibrar la red produciendo o consumiendo más electricidad. Las empresas de calefacción urbana también pueden usar el almacenamiento de energía térmica, que generalmente es más económico que el almacenamiento de electricidad, para dar mayor flexibilidad en un sistema energético integrado. A medida que la generación de electricidad se basa cada vez más en fuentes renovables variables, la flexibilidad proporcionada a través del acoplamiento del sector se vuelve más valiosa. Dinamarca, en particular, tiene un caso sólido para el acoplamiento del sector, gracias a la combinación de grandes redes de calefacción urbana y altas cuotas de eólica (aunque los altos impuestos a la electricidad han impuesto una barrera). En la revisión en profundidad más reciente de Dinamarca, la AIE recomendó que el gobierno adapte sus impuestos a la energía para permitir una mejor integración de los sistemas de calefacción y energía, sobre los que el gobierno decidió en su Acuerdo de Energía de 2018. Las condiciones del mercado de calefacción urbana están cambiando y el sector debe modernizarse para seguir siendo una parte relevante de la transición energética. El calor a baja temperatura y la mayor integración con otros sectores energéticos ofrecen oportunidades interesantes, pero esto requerirá inversiones adicionales y un marco de mercado más adaptable, respaldado por políticas adecuadas. La regulación debe promover la innovación y la flexibilidad, y los responsables políticos deben adoptar un enfoque basado en sistemas para apoyar la transición energética. Esto puede incluir una mayor financiación para la I+D en tecnologías de calefacción eficientes y bajas en carbono. other parts of the energy sector. Industry and policymakers both have a role to play in enabling this. In generation and distribution, the next big thing is the so-called fourth generation district heating (4GDH), which refers to district heat at temperatures that match the lower energy requirements of more efficient buildings. Lowering supply temperatures leads to reduced losses in heat distribution and enables suppliers to use additional heat sources available at those temperatures, notably industrial excess heat, solar and geothermal energy. Developing 4GDH requires a new infrastructure in heat production, distribution and consumption. On the market side, district heat suppliers will need to develop more flexible business models. For example, instead of selling heat as an energy unit, they can sell heat as a service, and guarantee a certain level of indoor comfort. This would allow them to optimise their operations to find the most productive and cost-effective way of providing that service. New market models can also be introduced on the supply side, where third party access to district heat networks can allow for greater use of industrial excess heat. There are some companies already developing new business models for pricing and heat supply, especially in deregulated markets. In Stockholm for example, the district heat supplier has introduced a heat market called Open District Heating that allows data centres, supermarkets and industries to sell excess heat into the network. Policymakers should encourage the development of such market-based initiatives and remove barriers for further market innovation. Sector coupling between heat and electricity systems is another important area for development. District heating can be linked to electricity systems through cogenerating electricity and heat, and through power-to-heat production in large-scale heat pumps. In a well-integrated energy system, a district heat supplier can respond to price fluctuations in the electricity market and help balance the grid by producing or consuming more electricity. District heating companies can also use thermal energy storage, which is generally less expensive than electricity storage, to provide further flexibility in an integrated energy system. As electricity generation increasingly relies on variable renewable energy sources, flexibility provided through sector coupling becomes more valuable. Denmark in particular has a strong case for sector coupling, thanks to the combination of large district heating networks and high shares of wind power (though high electricity taxes have posed a barrier). In the IEA’s most recent in-depth review of Denmark, the IEA recommended the government adapt its energy taxation to allow for better integration of the heat and power systems, on which the government decided in its 2018 Energy Agreement. District heating market conditions are changing, and the sector must modernise to remain a relevant part of the clean energy transition. Low-temperature heat and increased integration with other energy sectors offer interesting opportunities, but this will require additional investments and a more adaptive market framework, supported by appropriate policy packages. Regulation should promote innovation and flexibility, and policymakers should take a systems-based approach when supporting the clean energy transition. This can include increased funding for R&D in efficient and low-carbon heating technologies.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx