FY60 - FuturEnergy

Eficiencia Energética: Sector Industrial | Energy Efficiency: Industrial Sector FuturEnergy | Mayo May 2019 www.futurenergyweb.es 19 sidad de garantía de suministro y de preservar la competitividad, entre otros. Existe un desfase entre el precio que tiene la energía en cualquier punto de transacción y el coste del impacto global -esto es, económico, ambiental y social - que su disponibilidad en este punto ha generado. Que los consumidores compremos más barato está muy bien, pero no es suficiente. ¿Cómo plantearse la gestión energética? La gestión industrial de recursos humanos, financieros y de producción busca obtener los costes mínimos admisibles contra las máximas prestaciones y garantías: el salario vs la cualificación del personal; el interés vs el esquema de financiación; las unidades de proceso vs el producto final. ¿Cómo podemos integrar la energía en la cadena de valor del proceso industrial? De forma similar a cualquier gestión de recursos: si entendemos la energía como otra materia prima, ¿cuánta necesitamos para el producto final y cuánta hemos desaprovechado por el camino?; si conocemos que toda transformación de energía conlleva pérdidas, ¿sabemos dónde transformamos energía y cuánta se pierde? Por lo general, no contrataremos a nadie para no hacer nada que nos sea de utilidad; ni pediremos crédito para invertir en no sabemos qué; tampoco compraremos una máquina que desconocemos para qué (¡y cómo!) utilizarla. Si esto es tan obvio, ¿por qué nos empeñamos en comprar una energía que vamos a desperdiciar? La primera tarea es identificar la energía realmente necesaria, determinar cuánta se ha consumido en vano y trasladar ambos valores de energía a precio de compra. El coste de compra de toda la energía (la útil y la desperdiciada) es conocido con un simple análisis de facturas. Ahora bien, para saber cómo usamos la energía debemos conocer los procesos, es decir, las instalaciones y equipos, cómo y cuándo funcionan y qué consumo conllevan. A raíz de este análisis, se modificarán las instalaciones existentes, incluyendo su uso y condiciones de trabajo, con el fin de reducir el consumo y el coste energético. Posteriormente, se plantearán inversiones, analizando la rentabilidad de las mismas y, si cabe, mecanismos de financiación o de externalización a terceros. Finalmente, y tal como se habrá previsto, la gestión energética incluye siempre realizar un seguimiento de los resultados de las decisiones tomadas, tanto las de modificar el uso de lo que ya se tenía como las de incorporar y/o renovar nuevos equipos. ¿Quién puede realizar la gestión energética? Como la energía no es materialmente visible, y menos lo es el ahorro, el gestor energético debe ser una persona suficientemente capacitada para recoger y trasladar toda la información de campo a un balance energético, con las entradas en las compras de energía y las salidas a procesos y pérdidas. Realizado este balance, deberá atribuir el reparto de costes asociado: el precio sigue un recorrido proporcional en el término de energía; en el de potencia y otros (reactiva), habrá que valorar caso por caso si es trasladable y en qué medida, en función de otros criterios según convenga. Para realizar el análisis del uso de la energía hay mucha información en el propio sitio industrial: características de equipos; diagramas de There is a mismatch between the price of energy at any transaction point and the cost of the overall impact - i.e. economic, environmental and social – generated by its availability at that point. That we as consumers buy cheaper is all very well, but it is not enough. How should energy management be approached? The industrial management of human, financial and production resources aims to obtain minimum admissible costs with maximum performance and guarantees: salary vs. the qualifications of the personnel; interest vs. the financing framework; process units vs. the final product. How can we integrate energy into the value chain of the industrial process? In the same way as any other resource is managed: if we consider energy as another raw material, how much do we need for the final product and how much have we wasted along the way? If we know that all energy transformation involves losses, do we know where we transform energy and how much is lost? As a rule, we do not hire people to do something for which we have no use; nor do we ask for credit to invest in who knows what; nor do we buy a machine without knowing what it is used for (and how to use it!). If this is so obvious, why do we insist on purchasing energy that is going to be wasted? The first task is to identify the energy that is really needed, determine how much has been consumed for nothing and transfer both energy values to the purchase price. The purchase cost of all the energy (that used and that wasted) is known as a simple billing analysis. However, to find out how we use this energy, we must understand the processes, in other words, the installations and equipment, how and when they operate and the resultant consumption. Based on this analysis, existing installations should be modified, including their use and working conditions, with the aim of reducing consumption and the energy cost. Next, investments will be proposed, analysing their profitability and, if possible, financing mechanisms or outsourcing to third parties. Finally, as should have been anticipated, energy management always includes a follow-up of the results of the decisions taken, both those to modify the use of existing elements and those to retrofit and/or incorporate new equipment. Who carries out the energy management? As energy is not physically visible, and the saving even less so, the energymanager has to be someone with enough training to collect and transfer all the field information to an energy balance,with energy purchases as entries and processes and losses as outgoings. Once completed, the distribution of the associated costs must be assigned: the price is partially proportional to the commodity charge cost,while the capacity charge and other charges (reactive energy),must be evaluated case by case, if it is transferable and to what extent, depending on other criteria as appropriate. To analyse energy use, the industrial site itself offers much information: equipment specifications; process and single-line diagrams; operating programmes; energy bills;

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