Cierto es que, en esta fase inicial, el mercado en la región es todavía es pequeño. La flota de vehículos eléctricos enchufables de la mayoría de los países latinoamericanos no alcanza los cuatro dígitos, pero el encuentro profesional de febrero, que tendrá réplica en Medellín en el mes de junio, puso de relieve el enorme potencial de desarrollo y la capacidad de los diferentes gobiernos para asumir de forma coordinada proyectos de Estado que impulsen una transformación que no solo pretende actuar sobre los efectos nocivos del cambio climático, fruto de las emisiones del transporte rodado, sino también sobre las oportunidades de desarrollo industrial, tecnológico, empresarial, laboral y de servicios asociados a una nueva movilidad urbana electrificada. Curiosamente, quienes allí acudimos para aleccionar y trasladar las experiencias y buenas prácticas de regiones como Europa, donde la movilidad eléctrica tiene un desarrollo comparativamente mayor y cuantitativamente más avanzado, nos convertimos a su vez en alumnos de cómo afrontar un desafío que exige no solo altura de miras para solucionar los graves problemas para la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, sino también la generosidad y la visión de Estado por parte de los gobiernos a la hora de convertir los retos en oportunidades y hacerlo de forma coordinada y en colaboración con todos los agentes involucrados, eliminando de la ecuación las diferencias políticas o la politización de las decisiones a adoptar, más allá de proyectos programáticos sujetos a la arbitrariedad de los comicios generales en cada país. A nivel nacional, los gobiernos de cada país trabajan para establecer programas que ofrezcan incentivos, infraestructura y cambios culturales, para ayudar a reducir el precio inicial de los vehículos eléctricos, acelerando a su vez el despliegue de la infraestructura de carga, y abordando la resistencia cultural al cambio para adoptar nuevas tecnologías en un sector que se ha mantenido fiel a la combustión a lo largo del siglo XX. Así sucede en países como Chile, que pretende liderar en Latinoamérica esa transformación hacia las cero emisiones y cuya Estrategia Nacional de Electromovilidad, impulsada por el Ministro de Energía del anterior Ejecutivo, Andrés Rebolledo, se enfoca a que el 40% de los vehículos particulares y el 100% de los vehículos de transporte público sean eléctricos en 2050 y para lo que las ministras de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, y de Energía, Susana Jiménez, del actual Gobierno, han promovido la firma The truth is that, in this initial phase, the market in the region remains small. The fleet of plug-in electric vehicles (EVs) in most Latin American countries has not yet reached four digits. Nevertheless, the sector event last February, to be replicated in Medellín this June, has turned the spotlight on the huge potential for development and the capacity of the different governments to undertake State projects in a coordinated manner. Such projects will drive a transformation that not only aims to take action on the noxious effects of climate change, the product of road transport emissions, but also highlights opportunities for the development of industry, technology, business and services associated with a new, electrified urban mobility. Curiously, those of us who attended the summit to lecture and disseminate the experiences and good practices of regions such as Europe, where e-mobility is comparatively better developed and more advanced in quantitative terms, have ended up learning how to address a challenge that not only requires an ambitious vision in order to resolve the major problems for the health and quality of life of citizens, but also the generosity and vision of the State on the part of the governments, when the time comes to convert challenges into opportunities and do so in a coordinated and collaborative fashion with every agent involved, taking political differences and politicised decisions out of the equation that have to be adopted, over and above scheduled projects that are subject to the arbitrary nature of the general elections in each country. At national level, the governments from each country are working to establish programmes that offer incentives, infrastructure and cultural changes in order to help reduce the initial price of EVs. These in turn will accelerate the deployment of the charging infrastructure and address cultural resistance to change to adopt new technologies in a sector that has remained faithful to the combustion engine throughout the 20th Century. This is what is happening in countries such as Chile that aims to lead this transformation towards zero-emissions in Latin America. Chile’s National E-Mobility Strategy, promoted by the Minister of Energy of the previous Executive, Andrés Rebolledo, has a target of 40% of private vehicles and 100% of public transport vehicles being electric by 2050. Current Government Ministers for the Environment, Carolina Schmidt and Energy, Susana Jiménez, have promoted the MOVILIDAD ELÉCTRICA. LECCIONES APRENDIDAS EN LATINOAMÉRICA La movilidad de eléctrica está creciendo de forma exponencial en el mundo y la región de Latinoamérica y el Caribe no es ajena a este desarrollo. Prueba de ello es la celebración en Ciudad de México, en febrero pasado, del evento Latam Mobility Summit 2019, un encuentro que durante dos días reunió a expertos de diferentes países, que aportaron su conocimiento respecto a un mercado incipiente todavía, pero con una proyección de futuro espectacular, que ya se está empezando a hacer visible en la región más urbanizada del mundo, según la ONU-Hábitat, y cuya tasa de población urbana se espera que alcance el 89% en 2050. E-MOBILITY. LESSONS LEARNED IN LATIN AMERICA E-mobility is growing exponentially at global level and the region of Latin America and the Caribbean is not exempt from this development. Proof of this is the Latam Mobility Summit 2019 that took place in Mexico City last February, an event that brought together experts from different countries for two days during which they shared their knowledge of a still-nascent market, but one which offers excellent future prospects, and that is starting to become more visible in the most urbanised region of the world, according to UN-Habitat, where the urban population rate is expected to reach 89% by 2050. Movilidad Eléctrica | E-Mobility FuturEnergy | Abril April 2019 www.futurenergyweb.es 17
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