FY57 - FuturEnergy

Eólica | Wind Power www.futurenergyweb.es 68 FuturEnergy | Febrero February 2019 y proporcionan la protección requerida contra la corrosión. Si un revestimiento está dañado localmente, a menudo se puede vincular a daños mecánicos (impactos de objetos flotantes o botes de servicio) o una aplicación inadecuada. También se ha observado que el espesor del recubrimiento en la zona de salpicadura puede disminuir con el tiempo, como resultado de la acción de pulido de las olas. Sin embargo, esto se puede tomar en cuenta fácilmente en la etapa de diseño. Como el daño y la corrosión del recubrimiento en esta zona se deben principalmente a daños mecánicos, un recubrimiento más flexible y tolerante al daño podría ser una solución. Para reducir el LCOE, se intenta reducir el coste del sistema de recubrimiento, sin comprometer la durabilidad. Se plantea reducir el espesor del recubrimiento, reduciendo el número de capas, lo que reduce los costes, no por el uso de menos material, sino por el menor número de horas necesario para su aplicación (el coste de mano de obra es mucho más alto que el coste de la pintura). Por tanto, en principio, una reducción del número de capas en el sistema de revestimiento sería efectiva; si bien trae consigo una cuestión de fiabilidad. En un sistema multicapa, un defecto en una capa no resulta, necesariamente, en un defecto de recubrimiento, lo que hace que el sistema multicapa sea relativamente tolerante a los defectos de aplicación. En un sistema monocapa, un defecto de capa resulta, evidentemente, en un defecto de recubrimiento. Por tanto, pasar a sistemas de recubrimiento con menos capas es una cuestión de control de calidad. La aceptación generalizada del uso de recubrimientosmonocapa, podría implicar el desarrollo de un mecanismo de control para verificar que el recubrimiento no presente defectos en toda la extensión de la estructura (no solo en las inspecciones puntuales). En la zona sumergida, la estructura de la cimentación está protegida por protección catódica (con o sin revestimiento adicional). Si se diseña correctamente, esto evita efectivamente la corrosión. Sin embargo, hay algunos puntos a destacar: Corrosión microbiológica alrededor de la línea de lodo. Aunque representa una amenaza, no está claro cómo podrían protegerse las bases contra ella. No hay evidencia concluyente que demuestre si la protección catódica con corriente impresa ayuda o no a prevenirla (también por debajo de la línea de barro) y cuál es el potencial de protección requerido (ahora se toma generalmente 950mV). Los recubrimientos pueden ser una solución. Pero los cimientos se clavan en el suelo, a menudo a través de la capa de protección contra socavación depositada en el lechomarino. La pregunta sigue siendo si la integridad del recubrimiento no se ve comprometida después de un tratamiento tan agresivo. Corrosión en el interior de cimientos monopilotes. Inicialmente se creía que no se daba corrosión en el interior de los monopilotes. Estos eran sellados y se consideraban herméticos debido a que en su interior el oxígeno se agotaría rápidamente, evitando la corrosión. Sin embargo, se ha demostrado que el agua de mar y el oxígeno penetran en el monopilote, lo que hace necesario algún tipo de protección contra la corrosión. Ésta puede ser un recubrimiento, una protección catódica o una combinación de ambos. En el caso de que se splash zone may decrease over time, as a result of the grinding action of waves. However, this can easily be taken into account in the design stage. As coating damage and corrosion in this zone are mainly due to mechanical damage, a more flexible and damage-tolerant coating could be a solution. To reduce the levelised cost of energy (LCOE), attempts are made to reduce the cost of the coating system, without compromising durability. A reduction to the coating thickness is proposed to reduce the number of layers, rather than the amount of material used, thus bringing down the cost: fewer layers take less time to apply so savings are made given that the labour cost is much higher than the cost of the paint. In principle, a reduction in the number of layers in the coating system would be effective, however it does raise questions as regards reliability. In a multi-layer system, a defect in an individual layer does not necessarily result in a coating defect, thus the multi-layer system is relatively tolerant to application defects. In a single layer system, a layer defect evidently results in a coating defect. Moving to coating systems with fewer layers is therefore a question of quality control. The widespread acceptance of single layer coatings might involve the development of a control mechanism to verify that the coating is defect-free over the entire surface of the structure (not just during spot checks). In the submerged zone, the foundation structure has a cathodic protection (with or without an additional coating). If properly designed, this effectively prevents corrosion however there are some points that should be highlighted: Microbiologically-Influenced Corrosion (MIC) around the mudline. Although MIC poses a threat, it is unclear how foundations could be protected against it. There is no conclusive evidence showing whether or not impressed current cathodic protection helps to prevent MIC or not (also below the mudline) and what the required protection potential is (now generally taken at -950mV). Coatings may be a solution however, foundations are hammered into the ground, often through the layer of scour protection deposited on the sea bed. The question remains whether the coating integrity is not compromised after such aggressive treatment. Corrosion on the inside of monopile foundations. It was initially believed that such corrosion did not occur as monopiles were sealed and considered airtight. In such an enclosure, oxygen would be rapidly used up, thereby preventing corrosion. However, it has been shown that seawater and oxygen do penetrate into the monopile, making some formof anti-corrosion protection necessary.

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