FY56 - FuturEnergy

Que la cosa no va de vender vehículos, sino de vender movilidad es evidente. Los nuevos modos de movilidad compartida, impulsados en su mayoría por los propios fabricantes, están transformando en tan solo cinco años el concepto de propiedad por el de uso de los vehículos en entornos urbanos, donde se concentrará más del 80% de la población en las próximas décadas. Madrid, con su desarrollo en ofertas de sharing de bici, moto y coche, es un ejemplo evidente de esa transformación y sobre todo, de la respuesta positiva de los ciudadanos a este tipo de propuestas. Los objetivos de descarbonización del transporte a escala mundial y con la mira puesta en 2050 en Europa, en base a los acuerdos de París y la propuesta de la Comisión Europea, ponen aún más de relieve que esa transformación se va a realizar con mayor contundencia y celeridad. Según un análisis de PwC, los principales afectados serán los trabajadores de las fábricas dedicadas a la producción de vehículos, ya que los datos apuntan que hasta un 60% de los operarios perderán su trabajo para el 2030, sustituyéndose por robots capaces de realizar las mismas funciones con eficiencia, precisión y seguridad, y por la ya mencionada movilidad compartida, que implicará una menor demanda de vehículos. A todo ello hay que sumar que, en España, el 80% de los vehículos que se fabrican se exporta a mercados que han puesto fechas de caducidad a la combustión, incluso más ambiciosas que la que ha establecido España a 2040. Por otro lado, los órganos de decisión de las industrias de automoción en España se encuentran en Alemania, Francia e Italia, por lo que resulta imprescindible hacer de nuestro país un mercado atractivo, que apueste por un ecosistema basado en la movilidad eléctrica, capaz de dar respuesta a las necesidades de un mercado creciente. Esa situación se hace más urgente cuando China pretende inundar Europa de coches eléctricos baratos e India también quiere liderar este mercado. Por lo pronto, Great Wall Motor pretende expandir It is clear that the issue is not selling vehicles, but rather selling mobility. The new modes of shared mobility, mostly promoted by the manufacturers themselves, have, in just five years, transformed the concept of ownership due to the use of these vehicles in urban environments, where more than 80% of the population will be concentrated in the coming decades. Madrid, with its deployment of bicycle, scooter and car sharing schemes, is a clear example of this transformation and above all, of the positive response by residents to this type of offer. Global transport decarbonisation objectives, Europe’s sights set on 2050 based on the Paris Agreements and the resolution of the European Commission highlight yet further that this transformation is going to take place more forcefully and more swiftly. According to an analysis by PwC, the main parties affected will be the workers at factories dedicated to vehicle production, with figures indicating that up to 60% of operatives will lose their jobs by 2030, being replaced by robots capable of carrying out the same functions efficiently, accurately and safely, and due to the alreadymentioned shared mobility that will decrease demand for vehicles. To all this must be added that in Spain, 80% of the vehicles manufactured are exported to markets that have already placed expiry dates on the combustion engine, which are even more ambitious than those established by Spain to 2040. Furthermore, the decision-making bodies of the automotive industries in Spain are situated in Germany, France and Italy thereby making it necessary for us to become an attractive market that is committed to an ecosystem based on e-mobility and able to respond to the needs of a growing sector. This situation becomes even more urgent given that China aims to inundate Europe with cheap electric cars and where India also wishes to lead this market. For the time being, Great Wall Motor plans to expand its Ora brand into Europe with 350 km-range vehicles costing under €15,000. Fortunately, the automotive industry is ready to take on the challenges facing this sector. Lex Kerssemakers, member of the Board and vice president of Volvo for the EMEA region, recently confirmed that “Spain could be another example for Europe in the full transformation towards electrification. As manufacturers, we are very happy with this vision of the Spanish Government” as regards its announcement on banning the LA COSA NO VA DE VEHÍCULOS, VA DE MOVILIDAD Junto con la inteligencia artificial, los nuevos métodos de pago, la convergencia informática y el comercio electrónico, la transformación industrial es uno de los cinco cambios tecnológicos que mayor impacto económico va a generar en el mundo en los próximos años. Como parte de esa transformación industrial, la automoción está asistiendo a un proceso de revolución tecnológica y de servicios en la movilidad rodada, que van a darle la vuelta a un sector que, con ligeras adaptaciones y con independencia de su crecimiento, lleva funcionando más de un siglo a las mismas revoluciones. THE ISSUE IS NOT VEHICLES, BUT MOBILITY Along with artificial intelligence, new methods of payment, IT convergence and e-commerce, the industrial transformation is one of the five technological changes that will have the greatest economic impact on the world over the coming years. As part of that industrial transformation, automotion is witnessing a process of technological and services revolution as regards road mobility which is going to transform a sector that, despite slight adaptations and regardless of its growth, has been working at the same pace for over a century. FuturEnergy | Diciembre 2018-Enero 2019 December 2018-January 2019 www.futurenergyweb.es 61 Movilidad Eléctrica | E-Mobility

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