A fondo: Análisis 2018 | In depth: 2018 Analysis www.futurenergyweb.es 40 FuturEnergy | Diciembre 2018-Enero 2019 December 2018-January 2019 térmicas de muchos -refino, química, alimentación, azulejo, papel, siderurgia y otros-, hacen por el momento inviable otra solución que no sea el gas natural. La sustitución de otros combustibles, como el carbón o los hidrocarburos líquidos, por el gas natural tuvo lugar ya hace décadas y en el momento actual la mitad del gas consumido por la industria lo es en cogeneraciones de alta eficiencia, que generan electricidad y calor, reportando múltiples ventajas medioambientales. Mientras no exista una alternativa viable, seguirá siendo necesaria la utilización de gas natural, por ser el combustible con menor impacto ambiental y que permite el uso de infraestructuras ya existentes y de buena calidad; crear otras para producción y distribución de una hipotética energía alternativa supondría un alto coste para el consumidor industrial y para el país, un gasto extraordinario y un alto impacto ambiental en su realización. Consciente de ello, la industria se ha aplicado en avanzar en la sostenibilidad energética poniendo empeño en diseñar y llevar a cabo procesos cada vez más eficientes, reduciendo el consumo específico de energía por unidad producida hasta alcanzar en muchos casos niveles superiores al 25% del consumo unitario de hace una década. El objetivo es permanente y continuado y la industria pone esfuerzo e inversiones para ser cada día más eficiente. Corolario de todo ello es que la transición energética no debe de ser causa de pérdida de competitividad de la industria, ya que, de ser así, al final no habría industria y sin industria no podría existir un futuro energético sostenible. El precio del gas natural El año gasista (octubre 2018-septiembre 2019) ha arrancado para todos los industriales con una gran preocupación: la incertidumbre sobre cuál va a ser la evolución del precio del gas. Cuando GasINDUSTRIAL inició su andadura hace tres años, los costes del término energía de gas natural se encontraban en mínimos de la década y los expertos auguraban más de un lustro de bonanza de precios, que supuestamente se mantendría por la entrada en operación de nuevos yacimientos en diversas partes del mundo y sobre todo por el crecimiento imparable del gas de “fracking” en EE.UU. Pero la realidad es tozuda, y una vez más los hechos no concuerdan con las previsiones. Las causas de esa divergencia tan negativa para los consumidores y en especial para los españoles, de ese cambio de tendencia son claras. La primera es el incremento acelerado de la demanda de gas natural en los gigantes asiáticos, China e India, en su lucha para desplazar el consumo de carbón. Después, resulta significativo el incremento de consumo en la mayor parte de los países de Oriente Medio y, pese a que algunos son productores, sus exportaciones se han visto reducidas sustancialmente. Además, en Europa vemos el acelerado declinar de la producción propia, lo que supone un auThe industrial demand for gas – which has remained stable even during the crisis - has reached more than 200 TWh/year, 60% of total domestic consumption, a stability that represents a high utilisation factor of the gas pipelines, resulting in efficient use with a lower environmental impact, unlike generation consumption that is more occasional and residential consumption, despite a cold winter. There is consensus in that the sustainable energy future is shifting towards progressive energy decarbonisation. The issue is no less important for Spanish industry, where the sectors are firmly committed to the energy transition, which affects it differently depending on the processes in question. The thermal needs of many, including refining, chemicals, food, ceramics, paper and steelmaking, make any other solution that is not natural gas unfeasible for the present. Replacing other fossil fuels, such as coal and liquid hydrocarbons, with natural gas, already occurred decades ago and currently, half of the gas consumed by industry takes place in high efficiency cogeneration that produces electricity and heat, with multiple environmental advantages. While no viable alternative exists, the use of natural gas will continue to be necessary, as it is the fuel with the lowest environmental impact and enables already existing and good quality infrastructures to be used. Creating other infrastructures for the production and distribution of a hypothetical energy alternative would involve a high cost for the industrial consumer and for the country; an extraordinary expense and a high environmental impact as regards its implementation. Aware of this, industry has focused on making progress towards energy sustainability, placing emphasis on designing and implementing increasingly more efficient processes, reducing the specific consumption of energy per unit produced to achieve, in many cases, levels in excess of 25% per unit of consumption compared to a decade ago. The objective is permanent and ongoing, and every day industry is making the effort and investment to become more efficient. The corollary of all this is that the energy transition must not be the reason for industry losing its competitiveness. If this occurred, in the end there would be no industry and without industry, a sustainable energy future could not exist. The price of natural gas The gas year (October 2018-September 2019) started with a major concern for every industry: uncertainty over the evolution of the gas price. When GasINDUSTRIAL started out on its journey three years ago, the costs of the natural gas power term were at 10-year lows and experts were forecasting a further decade of a bonanza on prices, that would of course be maintained by the entry into operation of new deposits in different parts of the world and, above all, by the unstoppable growth of fracking gas in the US. But reality is uncompromising, and events increasingly do not match up to forecasts. The causes of this very negative divergence for consumers and particularly for the Spanish, and of this trend change are clear. The first is the accelerated increase in demand for natural gas by the Asian giants, China and India, in their fight to replace coal consumption. Next, the increase in consumption in most of the countries in the Middle East has been significant and, despite some being producers, their exports have been substantially
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