FY56 - FuturEnergy

A fondo: Análisis 2018 | In depth: 2018 Analysis www.futurenergyweb.es 22 FuturEnergy | Diciembre 2018-Enero 2019 December 2018-January 2019 En palabras del secretario general de la ONU, António Guterres: “El cambio climático es el asunto más importante que enfrentamos”. Pero, a pesar de esta importante afirmación, no debemos caer en la tentación de pensar que la motivación de este fuerte cambio de tendencia es únicamente medioambiental. Los últimos informes de Bloomberg certifican año tras año, que las energías renovables, especialmente en el caso de la eólica terrestre son más competitivas en costes que las plantas de gas de ciclo combinado, una tendencia que va a ir a más, según las distintas tecnologías renovables vayan recorriendo su curva de aprendizaje. Esta tendencia nos devuelve a la pregunta que abre el artículo. ¿Veremos en 2019 y los años posteriores precios más baratos de la electricidad? La respuesta es un rotundo “sí” para aquellos que decidan apostar por estas energías. En junio, una de las principales eléctricas de este país provocó una verdadera debacle en el sector al devaluar a la mitad sus centrales nucleares, de carbón y gas. Esto sucedió casi de forma simultánea con su cambio de nombre comercial a uno mucho más “natural”. En paralelo, hemos visto como importantes empresas petrolíferas invertían en activos renovables, realizando importantes adquisiciones que seguramente continúen en 2019. Tanto la devaluación de los activos no renovables como la adquisición de parques eólicos, plantas solares y centrales hidráulicas pertenecen a un claro viraje que, como puede intuir el lector, no obedece a una conversión ecológica de los consejeros de estas compañías. Las grandes empresas de este país buscan beneficiarse de unos costes competitivos, que les permitan blindar sus cuentas de resultados frente a la variabilidad de los precios de los combustibles fósiles, que cotizan según si Qatar abandona o no la OPEP, algo que introduce una alarmante falta de control en las compañías. Son, precisamente, las empresas, las verdaderas beneficiarias del cambio regulatorio que introduce el RDL 15/2018 que acaba con el mal llamado “impuesto al sol”. Mal llamado porque hizo creer a ciudadanos y compañías que el autoconsumo era algo perseguido o ilegal, cuando lo cierto es que, antes incluso de la mejora normativa, las cuentas ya salían para numerosas empresas y, especialmente, para los particulares, a los que la inmensa mayoría no afectaba la anterior regulación. Al igual que ocurre con aquellos que invierten en aislamiento térmico o en eficiencia energética, el autoconsumo beneficiará a aquellos que se preocupen por su consumo energético, permitiéndoles un cierto grado de desconexión de la variabilidad del precio de la electricidad. El autoconsumo no persigue, en la mayor parte de los proyectos, desconectar al consumidor de la red, simplemente con generar a un coste mucho más bajo parte de su electricidad, ya será rentable la inversión. Estos proyectos, que suelen amortizarse en entre seis y nueve años, tienen una vida útil superior a los veinte años, por lo que, durante todo ese tiempo, los consumidores disfrutan de una era de energía limpia y barata. Si queremos disfrutar, como sociedad, de estos abaratamientos, podemos hacerlo. Las importaciones energéticas de combustibles fósiles suponen un 85% de nuestra balanza comercial. ¿La solución? Apostar por las energías renovables desde el consenso político y la estabilidad regulatoria. Desde la planificación a medio y largo plazo y no desde la improvisación. En su momento decidimos no competir por el liderazgo renovable mundial que habíamos ganado. Es la hora de luchar por recuperarlo. Es la hora de entrar en una nueva era de energía limpia y barata. corresponded to renewable technologies, with wind, PV and biomass leading the way. In the words of the Secretary-General of the UN, António Guterres: “Climate change is the most important issue we face”. However, despite this key statement, we must not be tempted to think that the motivation behind this significant trend change is solely environmental. The latest reports from Bloomberg confirm that, year after year, renewable energy, particularly in the case of onshore wind power, is more competitive in terms of costs than combined-cycle gas plants, a trend that will continue as the different renewable technologies follow their learning curve. This trend brings us back to the question at the start of the article.Will we see cheaper electricity prices in 2019 and thereafter? The answer is a resounding “yes” for those who decide to commit to these energies. In June, one of the leading utilities in Spain caused a real debacle in the sector by devaluing half of its nuclear power, coal and gas plants. This happened almost at the same time as its change in commercial name to one that is “greener”. In parallel, we have seen important oil companies investing in renewable assets, making significant acquisitions that will surely continue into 2019. Both the devaluation of non-renewable assets and the acquisition of wind farms, solar PV plants and hydro power plants represent a turning point that, as the reader can guess, is not the result of the ecological conversion of these companies’ executives. Large companies in Spain are looking to benefit from some competitive costs that will enable them to protect their balance sheets from volatility in the prices of fossil fuels that are listed depending on whether Qatar quits OPEC or not, something that introduces an alarming lack of control to companies. It is these companies that are the real beneficiaries of the regulatory change introduced by Royal Decree-Law 15/2018 that has done away with the so-called “sun tax”. So-called because it made citizens and companies believe that self-consumption was something sought-after or illegal, when the truth is that, even before the regulatory improvement, the numbers were already positive for many companies and, particularly, for the vast majority of individuals who were unaffected by the previous regulation. As has happened with those who invest in thermal insulation or energy efficiency, self-consumption will benefit those who are concerned about their energy consumption, allowing them a certain degree of independence from the variability in the electricity price. In most projects, self-consumption does not seek to disconnect the consumer from the grid, simply by generating part of their electricity at a much lower cost, given that the investment will be cost-effective. These projects, which are usually amortised over six to nine years, have a service life of more than twenty years, meaning that throughout this entire time consumers can enjoy a period of clean and cheap energy. If we, as a society, would like to take advantage of these lower costs, we can. Energy imports of fossil fuels represent 85% of Spain’s trade balance. The solution? A commitment to renewable energy accompanied by political consensus and regulatory stability, with medium- and long-term planning rather than improvisation. At the time, we decided not to compete for the global renewable leadership that we had once enjoyed. But the time has come to fight to recover this position: it is time to embark on a new era of clean and cheap energy.

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