Movilidad Eléctrica | E-Mobility FuturEnergy | Agosto-Septiembre August-September 2018 www.futurenergyweb.es 35 cial o en el centro de trabajo por cada vehículo eléctrico, dos en zonas urbanas por cada diez eléctricos en circulación y, en autovías, uno por cada 500 vehículos. Esta cuantía correría a cargo del consumidor final “como parte del coste del vehículo eléctrico”. El reto de cambiar de hábitos eléctricos La electrificación del parque no implicaría la necesidad de grandes reformas en el sector eléctrico, pero sí sería necesario un cambio de hábitos por parte de los usuarios. En 2050, con un parque totalmente alternativo, la demanda final de electricidad crecería apenas un 6%, lo que permitiría, según los autores del estudio, gestionar fácilmente las inversiones necesarias hasta entonces para adaptar la infraestructura. Sin embargo, la adopción masiva de vehículos eléctricos implicaría que la red eléctrica debe adaptarse a sus necesidades de recarga. Si, por ejemplo, los vehículos eléctricos se cargan al llegar a casa (carga pasiva), se incrementaría significativamente el pico de demanda de electricidad durante la tarde, requiriéndose inversiones para reforzar las redes de distribución, además de para dotar de una capacidad adicional a las plantas de generación eléctrica. Por el contrario, si la recarga es inteligente, se evitarían los picos de demanda y las inversiones en infraestructura de red y de nuevas necesidades de generación. Más aún, la utilización de fuentes renovables variables, como la eólica o la solar, podría incrementarse desplazando la demanda de electricidad para recarga de automóvil hacia horas de gran producción renovable. Asimismo, los servicios de estabilización de la red son una fuente adicional de beneficios. En su forma más simple, estos servicios conectarán y desconectarán remotamente la carga para contribuir a gestionar los picos de demanda, y para contribuir a mantener una frecuencia estable. A corto plazo, estos servicios podrían ofrecer beneficios a los propietarios de vehículos eléctricos y facilitar su penetración y la infraestructura de recarga inteligente. El análisis muestra que el desarrollo de la recarga inteligente supondría unos beneficios aproximados de 320 M€ anuales en 2030, en comparación con la recarga pasiva. Estos beneficios podrían incrementarse si las baterías de los vehículos eléctricos se utilizasen también para almacenar energía y devolverla a la red en los momentos más adecuados para el sistema eléctrico, conocido como V2G (vehicle-to-grid). Esa opción muestra una cantidad mucho mayor de ahorro en la producción de electricidad que en el escenario de recarga inteligente. En España, la alta producción de energía solar en el futuro superará en ocasiones la demanda. La tecnología V2G permite que el exceso de energía generado durante el día compense el déficit de renovables en horario nocturno. Los vehículos eléctricos se cargarían con exceso de energía durante el día y, la energía adicional recibida volvería a la red por las tardes para responder a la demanda residencial de energía, sin afectar los hábitos del usuario. Esto implicaría utilizar cantidades significativas de energías renovables que, de otro modo, se perderían. Con ello, los vehículos eléctricos ayudarían a reducir en un tercio la intensidad en carbono de la energía eléctrica en relación a un escenario sin V2G, así como a reducir el coste de la electricidad. La tecnología V2G requeriría un despliegue de puntos de recarga compatibles, para asegurar que los vehículos eléctricos puedan cargarse durante el día y suministrar energía a la red durante la tarde/ noche. La inversión en esta infraestructura aportaría beneficios significativos y permitiría una mayor reducción de emisiones. to equipping power generation plants with additional capacity. By contrast, if charging is smart, demand peaks and investments in grid infrastructure and new generation needs would be avoided. Furthermore, the use of variable renewable energy sources, such as wind and solar, could increase, shifting electricity demand for charging the car towards hours when renewable production is higher. Similarly, grid stabilisation services are an additional source of advantages. In its simplest form, these services remotely connect and disconnect the charge in order to manage demand peaks and help maintain a stable frequency. In the short-term, these services could offer advantages to EV owners and facilitate their deployment and that of the smart charging infrastructure. The analysis shows that the development of smart charging would represent annual earnings of €320m by 2030, compared to passive charging. These earnings could rise if EV batteries are also used to store energy and return it to the grid at more appropriate times for the electrical system, a process known as V2G (vehicle-to-grid). The option shows a much higher level of saving in the production of electricity compared to the smart charging scenario. In Spain, the future high level of solar energy production will occasionally exceed demand. V2G technology allows the excess energy generated during the day to offset the renewables deficit at night. EVs would be charged using surplus energy during the day with the additional power received being returned to the grid in the evenings to respond to residential demand for energy, without affecting the habits of the user. This would involve using considerable quantities of renewable energy sources that would otherwise be wasted. As a result, EVs would help reduce the carbon intensity of electricity by one third compared to a scenario without V2G, as well as reducing the cost of electricity. V2G technology would require a deployment of compatible charging points to ensure that EVs can be charged during the day and to supply energy to the grid during the evening/ night. Investment in this infrastructure would bring significant benefits and would allow a greater emissions reduction.
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