Redes Urbanas de Frio y Calor | DHC Networks FuturEnergy | Junio June 2018 www.futurenergyweb.es 85 y cuya referencia son los agentes implicados en su aplicación, teniendo en cuenta en este sentido las lógicas sectoriales y los distintos niveles administrativos que entran en juego en cada caso. Así, el primer grupo de directrices plantea la mejora del marco normativo, tratando de corregir problemas identificados para la implantación de las instalaciones de redes y para su gestión. Se propone, por ejemplo, que la gestión forestal contemple específicamente la obtención de recursos destinados a su aprovechamiento energético sostenible, la elaboración de ordenanzas municipales específicas sobre redes de calor, para facilitar su despliegue, o la consideración normativa de las redes de calor como un servicio urbano, en condiciones de igualdad con cualquier otro. El segundo grupo de directrices pretende una orientación positiva de los proyectos de redes de calor, a partir de la experiencia compartida en el Regional Living Lab. Las directrices recomiendan la realización de estudios previos de localización participados para las centrales de producción de calor, ya que es una cuestión que en algunas ocasiones ha dado lugar a fenómenos de rechazo social “NIMBY”. También se recomienda que los proyectos garanticen la consecución de la masa crítica de consumo mediante edificios públicos, que se realicen obligatoriamente estudios de viabilidad, que se busque la máxima optimización energética con la inclusión de soluciones complementarias y que, en paralelo, se fomente la mejora de los edificios servidos por la red de calor mediante soluciones bioclimáticas. El tercer grupo está vinculado a estrategias de planificación espacial. Se propone en este sentido la incorporación de las redes de calor y sus sistemas en el planeamiento urbanístico municipal, así como el fomento de estas soluciones tanto en actuaciones de regeneración urbana como en ámbitos de nuevo desarrollo. También se incluyen criterios de buena práctica en el diseño y desarrollo de las redes, como el fomento complementario de un diseño más sostenible de los espacios públicos urbanos. En cuarto lugar se agrupan las directrices que plantean buenas prácticas de gobierno y gestión. Se incluyen aquí recomendaciones como la adopción del enfoque Living Lab en el diseño y desarrollo de proyectos, la creación de equipos de trabajo interdepartamentales en las Administraciones Públicas, el impulso de la promoción y gestión mixta (público/privada) de redes de calor o el empleo avanzado de TIC en su gestión. Finalmente, el quinto y último grupo de directrices contempla la puesta en marcha de acciones de comunicación y divulgación con las que combatir el desconocimiento que, sobre estas cuestiones, sigue detectándose en la ciudadanía. Así, se propone la organización de procesos participativos durante el diseño y desarrollo de cada proyecto concreto, y la organización de actividades divulgativas y formativas orientadas tanto a técnicos como a la ciudadanía, con especial atención a la población joven. in their application, taking into account sectoral logic and the different administrative levels that come into play in each case. The first group of directives seeks to improve the regulatory framework, aiming to correct problems identified for the deployment of DHC installations and for their management. It proposes for example that forestry management specifically incorporates obtaining resources destined for sustainable energy use; drawing up specific municipal ordinances on DHC networks to facilitate their roll-out; and the regulatory consideration of DHC networks as an urban service that is on an equal footing with any other. The second group of directives seeks to positively orientate the DHC projects based on the shared experience of the Regional Living Lab. The directives recommend undertaking preliminary location studies involving local residents for the heat production plants as this issue has sometimes resulted in the phenomena of social rejection (NIMBY). It is also recommended that the projects guarantee the achievement of critical mass consumption in public buildings; mandatory feasibility studies; the achievement of maximum energy optimisation by including complementary solutions; and that, in parallel, the improvement of buildings served by the DHC network via bioclimatic solutions is incentivised. The third group is linked to spatial planning strategies. In this regard the proposal aims to incorporate DHC networks and their systems into municipal urban planning, in addition to promoting these solutions in urban regeneration actions and areas of new development. Good practice criteria are also included in the design and deployment of the networks, as well as the complementary promotion of a more sustainable design of urban public spaces. The fourth group covers directives concerned with good governance and management practices. This includes recommendations such as the adoption of the Living Lab approach in the design and development of projects; the creation of cross-departmental working teams in the Public Administrations; encouraging the promotion and mixed management (public/private) of DHC networks; and the advanced use of ICT management tools. The fifth and final group of directives focuses on the implementation of communication and dissemination actions that aim to address the lack of knowledge which continues to be identified among the local population. To which end, the organisation of participatory processes is proposed during the design and implementation of each specific project along with educational and dissemination activities designed for both technicians and the general public, with a particular focus on young people.
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