Las soluciones a ambas problemáticas, sin embargo, no difieren tanto. La fotovoltaica es la tecnología eléctrica más versátil y flexible que existe, ya que puede llegar a los sitios más remotos, además de poder ser instalada en casi cualquier contexto. A este respecto, es evidente cómo el acceso a la electricidad mediante soluciones sencillas y eficaces tenga un papel central de cara a mejorar la vida de muchas personas y contribuir al desarrollo de sus sociedades. En los países en vías de desarrollo, el uso de la fotovoltaica aporta numerosos beneficios: esta tecnología abarata los costes de producción de electricidad, ya que su naturaleza descentralizada no significa grandes inversiones en redes; apoya la educación y el estudio en horas sin luz, permitiendo el acceso a la electricidad en zonas remotas; y reduce los riesgos de incendios y contaminación que tiene el keroseno. Si todo esto ya es posible, ¿por qué la fotovoltaica no se ha convertido todavía en una tecnología de uso masivo? En parte es un problema de pedagogía y de adaptación de la sociedad a la tecnología apropiada. Y, pese a lo que se pudiera pensar, ¿quién se adapta mejor a los cambios? Las organizaciones que trabajan en países en vías de desarrollo en temas de acceso a la energía, como el Barefoot College de India, lo tienen claro: son las mujeres. La metodología de esta organización consiste en formar a mujeres, muchas de las cuales no saben ni leer ni escribir, para que se conviertan en especialistas en energía solar fotovoltaica. Estas mujeres, que provienen de todas partes del mundo, se forman en India durante seis meses con el fin de aprender a instalar kits de autoconsumo aislado en sus comunidades, por lo que aprenden a mantener y reparar las instalaciones y, además, a formar a otras personas a hacer lo mismo. Las mujeres son las mejores candidatas porque, “aprenden con facilidad: tienen intereses personales en la aldea y ni se les pasa por la cabeza dejar de estudiar”. Además, la fotovoltaica desmitifica los preconceptos sobre la tecnología: no es ni tan costosa, ni tan complicada de instalar, ni de mantener. Por lo tanto, las propias comunidades se hacen cargo de sus necesidades energéticas haciendo suya la tecnología, lo que implica también organizarse y establecer un fondo para The solutions to both problems however are not so very different. PV is the most versatile and flexible technology in existence, as it can reach the remotest sites in addition to being able to be installed in almost any environment. In this respect, it is clear how access to electricity by means of simple and effective solutions plays a central role with a view to improving the life of many people and contributing to the development of their societies. In developing countries, the use of photovoltaic brings a host of benefits: this technology brings down the production costs of electricity given that its decentralised nature does not signify large investments in networks; it supports education and study during the hours of darkness, enabling access to electricity in remote areas; and it reduces the risks of fires and pollution inherent to kerosene. If all of this is already possible, why hasn’t PV become a mainstream technology? In part it is a problem of education and of adapting society to the appropriate technology. And despite what people think, who best adapts to change? Organisations that are working in developing countries on issues of access to energy, such as the Barefoot College of India, are under no illusions: women. The methodology of this organisation comprises educating women, many of whom do not know how to read or write, to turn them into solar PV power specialists. These women, from all corners of the world, receive six month’s training in India during which time they learn how to install off-grid self-consumption kits in their communities. This means they are learning to maintain and repair installations and, in addition, how to teach other people to do the same. Women are the best candidates because “they have an aptitude for learning: they have personal interests in the village and it never occurs to them not to keep studying”. Moreover, PV is demystifying preconceived ideas about the technology: it is not as expensive or so difficult to install or maintain. As such, the communities themselves are responsible for their own energy PV AS AN ESSENTIAL TECHNOLOGY TO ACHIEVE A CHANGE IN PARADIGM Giving a woman tools to change her community is more important than might be thought. When we speak of the need to empower women in the energy sector in the developed world and how it is necessary to lay the foundations for education and equality, from early on, so that the possibility exists for women to hold positions of power and decision-making capabilities in energy companies, we often forget the millions of people that experience other types of problems. This is the case, for example, of societies that live in regions most exposed to climate change, in countries that in addition do not have reliable electricity systems. LA FOTOVOLTAICA COMO TECNOLOGÍA ESENCIAL PARA REALIZAR UN CAMBIO DE PARADIGMA Dar a una mujer herramientas para cambiar su comunidad es más importante de lo que se pueda pensar. Cuando hablamos de la necesidad de empoderar a las mujeres en el sector energético en el mundo desarrollado, y de cómo es necesario sentar las bases de la educación y la igualdad, desde bien pronto, para que exista la posibilidad de que las mujeres ocupen espacios de poder y de capacidad de decisión en las empresas energéticas, muchas veces nos olvidamos de los millones de personas que tienen otra clase de problemas. Este es el caso, por ejemplo, de las sociedades que viven en las zonas más vulnerables al cambio climático, en países que además no cuentan con sistemas de electricidad fiables. Aida Gonzalez Responsable de Política Energética de UNEF Head of Energy Policy at UNEF, the Spanish PV Industry Association Mujeres y Energía | Women & Energy FuturEnergy | Mayo May 2018 www.futurenergyweb.es 27
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