El constante desarrollo de fuentes de energía alternativas renovables, muy acentuado en recientes décadas, ha acrecentado aún más esta necesidad. Según datos del REN21 (Informe Global Anual 2017) el 24% de la producción energética mundial procede ya de fuentes renovables. De ésta, 800 GW corresponden a fuentes de energía intermitentes, por tanto, poco o nada controlables como son la eólica y la solar. Según datos de UNEF (Informe Anual 2017), de los 55 MW instalados en 2016 en España, un 30% (16 MW) corresponden a instalaciones aisladas. Muchas de estas instalaciones están siendo traccionadas desde el sector agropecuario, fruto de la necesidad de encontrar alternativas limpias y económicas al diésel. La reducción drástica de los costes de la tecnología fotovoltaica, la convierten hoy día en una alternativa altamente competitiva. El almacenamiento en baterías, junto con la electrónica de potencia, se presenta como eje vertebrador de toda instalación energética que combina diferentes fuentes generación, también denominadas instalaciones híbridas. Permite, entre otras muchas ventajas, responder de forma inmediata a la demanda de potencia, estabilizar la energía proveniente de la fotovoltaica, así como incrementar el índice de autoconsumo, reduciendo o eliminando el consumo de combustibles fósiles. Desde el siglo pasado las baterías de plomo han sido la única respuesta posible para cubrir la demanda de este tipo de instalaciones. Su bajo coste, la madurez de su tecnología y la falta de alternativas reales, eran suficientes argumentos para su implantación. Por otra parte, dos de los mercados con mayor capacidad de inversión en el aspecto tecnológico como son el automóvil y la electrónica de consumo, capacitados por volúmenes de negocio multimillonarios, han permitido el desarrollo de tecnologías de almacenamiento mucho más eficientes. Sus economías de escala han facilitado que tecnologías con extraordinarias prestaciones sean accesibles hoy día en otros sectores y aplicaciones. Al igual que nos ha ocurrido con desarrollos como el de la telefonía móvil o internet, si al instalador del siglo pasado le hubiéramos dicho que su homónimo del S.XXI tendría a su alcance una batería con capacidad de realizar más de 6.000 ciclos, que nunca tendría que realizar ningún tipo de mantenimiento, que para cubrir sus necesidades no tendría que verse obligado a transportar ni instalar el doble de lo necesario, y que por encima de todo, gracias a todas estas virtudes, el coste €/kWh en la vida del sistema podría llegar a ser la mitad del plomo, nunca lo hubiera creído posible. Por primera vez, tecnologías como el Litio-ion han facilitado que las expectativas de vida de una batería sean casi equiparables a las de un panel solar, superando los 15 años. ¿Quién renunciaría hoy día a la hora de comprar un panel a sus 25 años de vida estimada?, ¿Por qué deberíamos hacerlo entonces con la batería? The constant development of alternative renewable energy sources, highly accentuated in recent decades, has strengthened this need yet further. According to data from REN21 (Global Annual Report 2017), 24% of global energy production already comes from renewable sources. Of this, 800 GW corresponds to intermittent energy sources that are sometimes difficult to control such as solar and wind power. According to data fromUNEF, the Spanish PV Industry Association (Annual Report 2017), of the 55 MW installed in 2016 in Spain, 30% (16MW) corresponds to off-grid installations.Many of these installations are being developed in the agricultural sector as the result of the need to find clean and economical, alternatives to diesel. The drastic reduction in the costs of PV technology are now turning it into a highly competitive alternative. Battery storage, together with power electronics, represents the main axis of the entire energy installation that combines different sources of generation, also known as hybrid installations. Among many other advantages, it can respond immediately to demand output, stabilise the energy originating from PV, as well as increase the rate of self-consumption, reducing or eliminating the consumption of fossil fuels. Since the last century, lead batteries have been the only possible response to cover the demand of this type of installations. Their low cost, mature technology and the lack of real alternatives were sufficient arguments for their implementation. However, two of the markets with the greatest investment capacity as regards technology, such as the automotive sector and consumer electronics, capable of handling multimillion business volumes, have enabled the development of much more efficient storage technologies. Economies of scale have allowed technologies with extraordinary features to be accessed by other sectors and applications today. THE ENERGY STORAGE REVOLUTION There are few products with a more volatile life than electricity. Until very recent times, it was not possible to separate generation from consumption, thus giving rise to one of the great technological challenges which, since its earliest days, involves the ability to manage electricity through its storage. LA REVOLUCIÓN EN EL ALMACENAMIENTO ENERGÉTICO Existen pocos productos con una vida más volátil que la electricidad. Hasta fechas muy recientes no era posible desligar generación y consumo, de ahí que uno de los grandes retos tecnológicos que la envuelven desde sus inicios es la capacidad de poder gestionarla a través de su almacenamiento. Almacenamiento de energía | Energy storage FuturEnergy | Abril April 2018 www.futurenergyweb.es 81
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