Hoy más que nunca, la eficiencia energética es fundamental para alcanzar una serie de objetivos políticos, incluyendo la seguridad energética, el crecimiento económico y la sostenibilidad medioambiental. Los fuertes aumentos de eficiencia, a pesar de la reciente caída de los precios de la energía, han tenido un impacto significativo en la demanda energética mundial, reduciendo las facturas energéticas de los consumidores, frenando el crecimiento de las emisiones y haciendo más seguros los sistemas energéticos. Sin embargo, el progreso mundial se ha vuelto dependiente de políticas de ayer, con la desaceleración de la implementación de nuevas políticas. Si el mundo va a realizar una transición hacia un futuro energético limpio, es necesario que entren en vigor una serie de nuevas políticas de eficiencia. En cambio, la baja tasa de implementación actual corre el riesgo de suponer un paso atrás. La intensidad energética de la economía mundial continúa disminuyendo La intensidad energética mundial, medida como la cantidad de demanda de energía primaria necesaria para producir una unidad de PIB, disminuyó un 1,8% en 2016. Desde 2010, la intensidad ha disminuido a una tasa promedio del 2,1% anual, que es un aumento significativo de la tasa promedio del 1,3% registrada entre 1970 y 2010. La mejora en la intensidad energética varía ampliamente entre países y regiones. En China, la intensidad disminuyó significativamente más rápido, reflejando los efectos continuados de las políticas de eficiencia. Sin China, la intensidad energética mundial solo habría mejorado un 1,1% en 2016. La mejora de la intensidad energética es la principal razón por la cual las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía se han estabilizado desde 2014. La menor intensidad energética fue responsable de compensar tres cuartas partes del aumento de las emisiones debido al crecimiento del PIB, el cambio a energías renovables y otros combustibles de bajas emisiones contribuyen con el cuarto restante. La disminución de la intensidad energética mundial significa que el mundo puede producir más PIB por cada unidad de energía consumida, un bonus de productividad energética. Medido como la diferencia entre el PIB real y el hipotético que se habría generado si la intensidad energética se hubiera mantenido en el nivel del año anterior, este bonus fue de 2,2 b$ en 2016, el doble del tamaño de la economía australiana. More than ever before, energy efficiency is central to achieving a range of policy goals, including energy security, economic growth and environmental sustainability. Despite the recent fall in energy prices, strong efficiency gains have had a significant impact on global energy demand, reducing consumers’ energy bills, holding back emissions growth and making energy systems more secure. However, global progress has become dependent on yesterday’s policies, with a slow-down in the implementation of new policies. For the world to transition to a clean energy future, a pipeline of new efficiency policies needs to come into force; if not, the current low rate of implementation risks a backward step. The energy intensity of the global economy continues to fall Global energy intensity,which is measured as the amount of primary energy demand needed to produce one unit of gross domestic product (GDP), fell by 1.8% in 2016. Since 2010, intensity has declined at an average rate of 2.1%per year,which is a significant increase from the average rate of 1.3%between 1970 and 2010. The improvement in intensity varies widely across countries and regions. In China, intensity fell significantly faster, reflecting the ongoing effects of efficiency policies.Without China, global energy intensity would have improved by only 1.1% in 2016. The improvement in energy intensity is the main reason why global energy-related greenhouse gas emissions have levelled off since 2014. Lower energy intensity was responsible for offsetting three-quarters of the increase in emissions due to GDP growth, with the shift to renewables and other lowemission fuels offsetting the other quarter. The decline in global energy intensity means that the world is able to produce more GDP for each unit of energy consumed – an energy productivity bonus. Measured as the difference between actual GDP and the hypothetical GDP that would have been generated had energy intensity stayed at the previous LA EFICIENCIA ENERGÉTICA EN UN CRUCE DE CAMINOS A comienzos de Octubre, la Agencia Internacional de la Energía, AIE, publicó el informe Energy Efficiency 2017, que señala que en 2016 la intensidad energética se redujo a nivel mundial en un 1,8%, síntoma de que la economía mundial generó más valor a partir de la energía empleada. Sin embargo, la AIE señala que este progreso enmascara algunas tendencias políticas preocupantes. Si bien los códigos y normas de eficiencia crecieron hasta cubrir en 2016 aproximadamente el 32% del uso de energía final a nivel mundial, casi todo el aumento en la cobertura provino de políticas existentes y aún están por cubrir más de dos tercios del uso final de energía global. Este artículo recoge algunas de las principales conclusiones que se presentan en este estudio. ENERGY EFFICIENCY AT A CROSSROADS In early October, the International Energy Agency, IEA, released its report Energy Efficiency 2017, which identifies a 1.8% fall in global energy intensity in 2016. This is due to the fact that the global economy has generated more value from the energy utilised. Nevertheless, the IEA highlights that this progress is hiding some worrying political trends. Even though efficiency standards have grown to cover around 32% of global energy use in 2016, almost the entire increase in coverage came from existing policies, leaving more than two-thirds of global energy use at yet uncovered. This article sets out some of the main conclusions drawn by this study. FuturEnergy | Octubre October 2017 www.futurenergyweb.es 13 Eficiencia Energética | Energy Efficiency
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