Movilidad sostenible.Vehículo eléctrico | Sustainable mobility. EV FuturEnergy | Diciembre December 2016 www.futurenergyweb.es 54 En el mundo se están produciendo cambios tecnológicos, que permiten personalizar y gestionar en tiempo real la demanda y la generación eléctrica en los propios centros de consumo. El almacenamiento en baja tensión, el punto de recarga, el autoconsumo, las redes y contadores inteligentes, modifican el papel del consumidor. El consumidor se convierte en el centro del sistema eléctrico al gestionar directamente su demanda energética. El vehículo eléctrico se integra en el sistema eléctrico como un instrumento de gestión de la demanda y de integración de renovables a través de los puntos de recarga. La batería del coche eléctrico es al transporte lo que el autoconsumo fotovoltaico a la edificación. El futuro será la integración de ambos. Los edificios y el transporte son responsables de más de la mitad de las emisiones contaminantes. El transporte es el mayor contribuyente al cambio climático al ser el primer foco de la contaminación en las ciudades. Representa el 40% del gasto energético total y consume el 65% del petróleo que se importa. Por otra parte, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte en España han crecido un 60% entre 1990 y 2011, por abastecerse en un 94% de petróleo. El 90% del transporte utiliza la carretera y determina la ordenación del territorio al ocupar el 30% del espacio urbano y el 40% en las nuevas urbanizaciones. Edificación y transporte se interrelacionan para acercar la demanda y la oferta de energía a través del almacenamiento eléctrico. El almacenamiento local va a cambiar la forma de generar, distribuir y utilizar la energía y el incremento de su capacidad va unido al desarrollo de las renovables. La función del almacenamiento es que la generación siga a la demanda sin incrementar los costes a la red. La red eléctrica debe adaptarse al desarrollo de la generación distribuida, la presencia de renovables, la participación de los consumidores, al vehículo eléctrico y el almacenamiento. Esa es la función de las redes inteligentes. El resultado es aproximar la generación a la demanda para ahorrar costes gracias a un modelo descentralizado. La viabilidad de este nuevo paradigma está garantizada por los ahorros producidos en importaciones energéticas y emisiones. El hecho de que los consumidores puedan almacenar electricidad tendrá un impacto en la red y en la demanda, que obligará a un cambio regulatorio por la pérdida de ingresos del sistema y el crecimiento del autoconsumo en los edificios. La capacidad de almacenamiento y la inversión renovable se van a multiplicar en paralelo. Para cumplir la hoja de ruta de la UE y reducir las emisiones de CO2 entre un 80% y 95% en 2050 se necesitará que el 100% de los vehículos sean eléctricos y el 50% del transporte de mercancías se haga por ferrocarril. El parque de edificios deberá adaptarse al concepto de consumo de energía casi nulo. Technological changes are taking place in the world that allow real time customisation and management of the electricity generation and demand at the centres of consumption themselves. Low voltage storage, charging points, selfconsumption, smart grids and smart meters change the role of the consumer, who becomes the centre of the electrical system, directly managing their energy demand. The electric vehicle integrates into the electrical system as a demand management and renewables integration instrument via the charging points. The battery of the electric car is to transport what PV self-consumption is to building. The integration of both is the future. Buildings and transport are responsible for more than half of contaminant emissions. Transport is the largest contributor to climate change by being the primary cause of pollution in our cities. It represents 40% of total energy expenditure and consumes 65% of oil imports. Moreover, greenhouse gas (GHG) emissions in Spanish transport have grown 60% between 1990 and 2011 as it is 94% oil-powered. 90% of transport uses the road and this dictates land planning by occupying 30% of the urban footprint and 40% of new residential developments. Building and transport interrelate to bring energy supply and demand closer to each other by means of electricity storage. Local storage will change the way that energy is generated, distributed and used and the increase in its capacity is linked to the development of renewables. The function of storage is to enable generation to follow demand without increasing the costs to the grid. The electrical grid has to adapt to the development of distributed generation, the presence of renewables, consumer participation, the electric vehicle and storage. This is the function of smart grids. The result is to bring generation into line with demand to save costs thanks to a decentralised model. The savings made in terms of energy imports and emissions guarantee the feasibility of this new paradigm. The fact that consumers can store electricity will influence both the grid and demand, requiring a regulatory change due to the loss of revenue from the system and the growth of self-consumption in buildings. Storage capacity and investment in renewables will multiply in parallel. To comply with the EU’s road map and reduce CO2 emissions by between 80% and 95% by 2050, 100% of vehicles will need to be electric and 50% of goods transport must take place via rail. The buildings stock will also have to adapt to the concept of nearly zero energy consumption. With shared self-consumption and the aggregation of different sources of distributed generation at the centres of
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx