FY36 - FuturEnergy

A fondo: Análisis 2016 | In depth: 2016 Analysis FuturEnergy | Diciembre December 2016 www.futurenergyweb.es 51 mente por las manos de un gestor de carga, ha provocado el efecto del “perro del hortelano”, por el que hoteles, centros comerciales, restaurantes, supermercados y un largo etcétera de edificios vinculados a la prestación de servicios optan por esperar a que el mercado se aclare, lo que no beneficia ni a los propios gestores de carga, que no obtienen negocio, ni a los usuarios de vehículos eléctricos, que no acaban de disponer de una red de puntos de recarga de oportunidad, como sucede en otros países vecinos con una idea más claras de lo que hay que hacer para incentivar el mercado. Las ciudades, claves en el impulso a las cero emisiones Otra de las evidencias que han marcado la movilidad eléctrica en 2016 y que se seguirá dejando notar a lo largo de 2017, es la decisión por parte de los gestores locales, esto es, de los ayuntamientos, para activar protocolos que protejan los entornos urbanos de episodios de contaminación, en especial de aquellos asociados a los óxidos de nitrógeno y partículas, procedentes de los motores de combustión. El protocolo sobre el tráfico activado por el ayuntamiento de Madrid a finales de 2016 ha sido impopular para mucha gente. Es comprensible y probablemente puedan mejorarse, al menos, aspectos como la comunicación y la disponibilidad de alternativas para desplazarse. Pero responde al mismo principio de otra medida que fue también impopular en su momento: prohibir fumar en entornos públicos cerrados. Al final, el ciudadano acepta esas medidas sobre la base de que la libertad de uno acaba donde limita la de otro. ¿Por qué por el hecho de residir en una ciudad debemos de aceptar que nuestra salud y la de nuestras familias se deteriore o incluso peligre por que otros circulen con sus coches de combustión? Madrid es, además, especialmente agraciada por un transporte público sobresaliente, algo que corroborará cualquiera que haya viajado a países incluso de nuestro entorno, y opciones de sharing y VTC (vehículos de alquiler con conductor) cero emisiones únicas en Europa. Una climatología como la que hemos experimentado en España durante estas pasadas navidades es el caldo de cultivo ideal para acelerar la acumulación de agentes tóxicos en las ciudades vinculados al tráfico, en un país donde además, la mitad del parque automovilístico tiene una obsolescencia superior a los 11 años. Los protocolos contra el tráfico contaminante no se ceñirán, además, a la ciudad de Madrid y ya son otras como el área metropolitana de Barcelona las que han anunciado medidas para luchar contra los episodios de contaminación. En definitiva, afrontamos un año crucial para el vehículo eléctrico, en el que un empujón tecnológico por parte de la industria, unido al impulso de las administraciones para derribar barreras normativas, organizarse e incentivar adecuadamente al mercado permitirá que la movilidad cero emisiones avance en España al ritmo que están imprimiendo otros países vecinos, mejorando la competitividad empresarial, ofreciendo nuevas oportunidades laborales y de negocio, mejorando la calidad ambiental de nuestras ciudades y promoviendo un nuevo modelo de movilidad sostenible acorde a la realidad actual. infrastructures have to be handled by a charge manager. This has resulted in the “dog in the manger” effect in which hotels, shopping centres, supermarkets and many other buildings linked to the provision of services have chosen to wait until the situation is resolved. This does not benefit either the charge managers themselves, who miss out on business, or the vehicle users that still lack a network of opportunity charging points, unlike in our neighbouring countries who have clearer ideas regarding what has to be done to incentivise the market. Cities: key factors in driving zero emissions More proof that has characterised e-mobility in 2016 and that will continue to be seen throughout 2017 is the decision by local managers, i.e. by the city halls, to put into place protocols that protect the urban environments from periods of contamination, particularly those associated with nitrogen oxides and particles emanating from combustion engines. The traffic protocol instigated by the Madrid City Hall in late 2016 was unpopular with many people. This is understandable and aspects such as communication and the availability of alternatives to move around the city could probably be improved upon. Nevertheless, it reflects the same principle as another measure that was also unpopular in its day: banning smoking in closed public spaces. In the end, residents accept these measures on the basis that the freedom of one ends when it limits that of the other.Why should it be that because we live in a city should we accept that our health and that of our families deteriorates or is even endangered because others drive around in their combustion engine cars? Madrid is moreover particularly blessed with an outstanding public transport system, something corroborated by anyone who has travelled to neighbouring countries, with options for zero-emission sharing and VTCs (chauffeur-driven rental vehicles) that are unique in Europe. Weather conditions such as those experienced in Spain this past Christmas provide the ideal breeding ground to accelerate the accumulation of toxic agents in the cities linked to traffic, in a country where furthermore half of the automotive stock is over 11 years old. Such protocols to control pollutant traffic are not limited to the city of Madrid and there are already others, such as the metropolitan area of Barcelona that have announced measures to combat periods of contamination. In short, we are facing a crucial year for the electric vehicle in which a technological boost by industry, combined with the impetus given by administrations to bring down regulatory barriers, proper market organisation and incentives, will allow zero-emissions mobility to progress in Spain at same pace as our neighbours, to improve business competitiveness, create new job and business opportunities, improve the environmental quality of our cities and promote a new model of sustainable mobility that is in line with current reality.

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