Eólica. Mercado | Wind Power. Market FuturEnergy | Junio June 2016 www.futurenergyweb.es 76 conocido como garantía física). En otras palabras, en teoría, hay un excedente, pero en la práctica este excedente está sobrestimado y desaparecerá rápidamente en el caso de una hidrología desfavorable y/o incluso con la más ligera recuperación económica. En segundo lugar, es esencial tener en cuenta el tiempo que se necesita para movilizar la energía. Una subasta de energía no va a resolver la demanda de mañana, ni siquiera de la próxima semana. Una planificación eficiente requiere examinar la energía que se necesitará al menos durante los próximos cinco años. Este es el concepto de seguridad energética, y Brasil tiene que empezar a aplicarlo. No hacerlo en el pasado dio lugar a graves crisis de abastecimiento, la más reciente resultó en costes exorbitantes ya que hubo que poner en funcionamiento las plantas térmicas. Planificar utilizando el concepto de seguridad energética es aún más importante en este momento, en el que el gobierno está haciendo todo lo posible por poner al país en una senda de crecimiento, comprometiendo nuevas inversiones en infraestructura, por ejemplo. Por tanto, la subasta de reserva para contratar energía eólica es esencial para asegurarse de que la energía, que tanto se va a necesitar para la inevitable y muy esperada recuperación económica, ha sido contratada, aunque esta recuperación viniese lentamente. Por otra parte, es esencial analizar la situación del suministro de toda la industria, teniendo en cuenta tanto el riesgo como el coste total de operación. En los últimos años la energía eólica se ha convertido cada vez más en un componente esencial de la red eléctrica del país. Las iniciativas del gobierno para reducir la presión fiscal sobre la cadena de fabricación han tenido éxito, entregando beneficios claros y cuantificables para todo el país. Durante la crisis de la energía, por ejemplo, el 10% de la energía provino de parques eólicos, ayudando a sufragar el coste de poner en marcha las centrales térmicas. Debido a esto el gobierno ahorró más de 6 millones de reales brasileños, al no tener que poner en marcha tantas unidades térmicas. En el último año, Brasil fue el cuarto país de más rápido crecimiento en energía eólica en el mundo, de acuerdo con el informe anual del Consejo Mundial de la Energía Eólica. En 2015 se invirtieron 16.500 millones de reales, creando 41.000 empleos. A finales de 2015 Brasil ocupó el puesto número 10 por el GWEC en términos de capacidad instalada acumulada, y el país debe pasará al noveno clasificado, Italia, muy pronto. La situación favorable de la industria eólica puede ser explicarse por el excelente recurso eólico y por las inversiones de las empresas que, en el transcurso de los últimos cinco (also known as the physical guarantee). In other words, in theory there is a surplus, but in practice this surplus is over-estimated and will quickly disappear in the event of unfavourable hydrology and/or even the slightest economic recovery. Secondly, it is essential to bear in mind the time it takes to mobilise energy. An energy auction will not solve tomorrow’s demand, or even next week’s. Efficient planning requires taking into account the energy that the country will need over at least the next five years. Brazil has to start to apply this concept of energy security. Failure to do so in the past resulted in serious supply crises, the most recent resulting in exorbitant costs as thermal plants had to be switched on. Planning using the concept of energy security is even more important today, as the government makes every effort to put the country back on a path towards growth, for example, signalling new infrastructure investments. As such, the reserve auction to contract wind power is essential to make sure that the energy the country so desperately needs for the inevitable and anxiously awaited economic recovery has been contracted, even if this recovery is slow. Furthermore, it is essential to analyse the supply situation of the entire industry, bearing in mind both risk and the total operating cost. In recent years wind power has increasingly become an essential component of the nation’s power grid. Government initiatives to reduce the tax burden on the manufacturing chain have been successful, delivering clear and measurable benefits for the entire country. During the energy crisis for example, 10% of the energy came from wind farms, helping defray the cost of switching on thermal plants. Because of this the government saved over R$6m by not having to switch on as many thermal units. In the past year, Brazil was the fourth fastest growing wind energy country in the world, according to the Annual Global Wind Energy Council report. R$16.5bn were invested in 2015, creating 41,000 jobs. By late 2015, Brazil was ranked 10th by the GWEC in terms of aggregate installed capacity and the country should pass 9th ranked Italy very soon. The favourable situation of the wind energy industry can be explained by the excellent wind resource available and corporate investments that, over the course of the past five years, have created a local manufacturing chain capable of supporting the commitments made and fulfil the huge potential for growth this energy source offers. The future lies in
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