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60 ENTREVISTA El informe prevé también que se multiplicará por cuatro la capacidad renovable instalada para 2050, con un aumento de la capacidad de energía solar a 230 GW y de la de energía eólica a 120 GW, ¿Qué desafíos técnicos y económicos enfrenta España para cumplir estas expectativas, y qué políticas públicas serían necesarias para asegurar este crecimiento? El consumo energético total en España está en tendencia decreciente debido a la mejora continua en eficiencia energética, incluso mientras la economía crece. A nivel doméstico, esto es evidente con la incorporación de electrodomésticos más eficientes que permiten reducir el consumo energético, a pesar del aumento en su uso. Sin embargo, el porcentaje de energía consumida que proviene de la electricidad sigue en ascenso, lo que implicará un aumento en la demanda eléctrica y, por ende, la necesidad de ampliar y reforzar las redes eléctricas. España ha contado con una red eléctrica robusta, gracias a inversiones significativas que han permitido absorber el despliegue masivo de energías renovables con problemas menores en comparación con otros países europeos. Sin embargo, ahora es necesario reforzarla. El desafío no se limita a instalar más infraestructura de generación, como aerogeneradores, sino también a construir y fortalecer las redes eléctricas que soporten este crecimiento. Por tanto, los retos para el desarrollo del sector eléctrico en España se centran en tres aspectos principales. Por una parte, la capacidad de conexión eléctrica. La disponibilidad de la red es un factor crítico, ya que en muchos casos proyectos renovables no pueden avanzar debido a limitaciones en la infraestructura de conexión. El segundo aspecto importante, es tener en cuenta la creciente exigencia en términos de sostenibilidad y respeto al medio ambiente que ha añadido un nivel de complejidad necesario en la planificación y ejecución de proyectos. Y, por último, la gestión de precios y almacenamiento de energía. El comportamiento de los precios de la energía hace necesario invertir en almacenamiento, esencial para garantizar la estabilidad y eficiencia del sistema energético en el futuro. España es un país competitivo en el coste de generación de energías renovables. ¿Cómo puede aprovechar esta ventaja para posicionarse como líder europeo en la transición energética? España se está consolidando como un destino atractivo para inversores internacionales en el sector energético. Esto se debe, en parte, a la presencia de empresas nacionales muy sólidas, como Iberdrola, Endesa, Naturgy, Acciona y EDP que lideran el mercado. Además, empresas internacionales de relevancia están mostrando interés en operar en el país. Incluso compañías tradicionales del sector energético español, como Repsol y Cepsa, están adaptándose a las nuevas dinámicas del mercado, con Cepsa recientemente cambiando su enfoque y su marca. Este dinamismo empresarial es positivo para el desarrollo de las infraestructuras necesarias para alcanzar los objetivos de transición energética. Sin embargo, para garantizar que las inversiones se materialicen de manera efectiva, es fundamental ofrecer a los inversores estabilidad regulatoria. Esto les dará la seguridad necesaria para acometer proyectos de gran envergadura dentro de los plazos requeridos. En el caso específico de las infraestructuras eléctricas, aunque son ejecutadas mayoritariamente por empresas privadas, requieren la supervisión y regulación del Estado para garantizar que la red eléctrica se expanda y opere de forma eficiente y segura. La colaboración entre el sector público y privado será fundamental para que España pueda seguir atrayendo inversiones y avanzando en la transición energética. ¿Cuáles son los principales retos y oportunidades para el desarrollo del almacenamiento energético en España, y cómo podría evolucionar su papel en el sistema eléctrico a corto y mediano plazo? En la actualidad, el almacenamiento energético en España está más cercano a convertirse en una realidad tangible que el hidrógeno, especialmente en términos de proyectos concretos. El creciente excedente de energía renovable, principalmente solar durante el verano, pone de manifiesto la necesidad de soluciones de almacenamiento que permitan aprovechar mejor esta energía. Aunque todavía no es estrictamente rentable, la tendencia apunta a que pronto lo será. No obstante, es necesario desarrollar la regulación para dar soporte al despliegue de almacenamiento. Para llegar a estos objetivos de electrificación habría que abordar con fuerza el impulso del vehículo eléctrico e incrementar la electrificación de edificios. ¿Qué acciones se deberían llegar a cabo para acelerar esta transición? El avance del coche eléctrico en España está rezagado en comparación con otros países, no solo frente a economías como Noruega, sino incluso respecto a Portugal. Esto se debe a una combinación de factores culturales, de infraestructuras y regulatorios. Existe todavía una percepción entre algunos consumidores de que los coches eléctricos tienen limitaciones significativas, como una menor autonomía o la falta

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