FY111

también se limita el crecimiento económico de nuestro país y se pierde la oportunidad que ofrece la descarbonización, al reducirse las externalidades positivas en materia de inversión, crecimiento, I+D, empleo e impuestos de los nuevos proyectos industriales a los que no es posible brindarles acceso, conllevando a su vez a un riesgo de fuga de las inversiones hacia otros países en los que el conseguir el acceso a la red sea más sencillo. Tampoco debe olvidarse el impacto más directo: la ralentización de las inversiones en redes lastra el impulso tractor en toda una cadena de valor industrial, mayoritariamente nacional. Para la consecución de los objetivos de transición energética, la regulación y los reguladores deben cambiar su enfoque tradicional, reactivo y gradual, hacia una visión proactiva y dinámica y para ello es esencial que los distribuidores puedan invertir anticipando las necesidades futuras de las redes. Desde Europa nos marcan la senda, y no podemos desde España desaprovechar esta oportunidad ya que de no afrontar el desarrollo de las redes de distribución perjudicamos al consumidor al no permitirle beneficiarse de la reducción de costes futuros que conlleva la electrificación de la economía. n En otros países, no solo no se imponen restricciones a la inversión en redes eléctricas, sino que se hacen esfuerzos por configurar un marco favorable para estas inversiones. La propia Comisión Europea, consciente de la necesidad de acelerar el despliegue de esta infraestructura, ha presentado recientemente su Plan de Acción para las Redes Eléctricas, para asegurar que Europa cuente con una infraestructura de red moderna que permita tanto a consumidores como a empresas beneficiarse de una energía más barata y limpia. Para lograr este objetivo, la reforma europea de diseño de mercado plantea la necesidad de reconocer las inversiones anticipadas. 19 DOSIER REDES INTELIGENTES

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