TRIBUNA DE OPINIÓN 43 En el año 2023, el sector de autoconsumo fotovoltaico ha instalado casi 2 GW, aproximadamente un 20% menos que el año de récord de 2022, según APPA Renovables, pero aún en línea con las necesidades anuales para alcanzar el objetivo de 19 GW instalados en 2030, conforme al objetivo del último PNIEC actualizado. No obstante, si comparamos las cifras del año 2023 con las del año 2021, la realidad es que el segmento residencial crece un 108% en número de instalaciones realizadas, y el segmento C&I (Commercial and Industrial) crece un 21%. El protagonismo del autoconsumo en todas sus vertientes es crucial, ya que aproximadamente un taciones sobre el territorio son mucho mayores y donde, en algunos casos, con mayor o menor razonabilidad, ya se están produciendo escenarios de oposición social a las mismas. En todo caso, para que estos modelos de autoconsumo colectivo puedan alcanzar todo su potencial, desde distintas asociaciones empresariales como Appa Renovables, Anese o Unef, y organismos como la propia CNMC e Idae, se está demandando mejoras normativas adicionales. Si bien el proceso de tramitación de estos proyectos se ha ido simplificado, la velocidad a la que se otorgan los permisos y autorizaciones es en general mejorable, aunque varía dependiendo de la electricidad, la comunidad autónoma y el municipio donde se encuentre ubicada la instalación. La introducción de la figura del Gestor de Autoconsumo es otro aspecto que se entiende clave en lo que a tramitación se refiere. La situación actual conlleva el reto de ir adaptándose a las necesidades de los distintos inversores, financiadores, agentes/partícipes y a los distintos avances regulatorios y burocráticos. Actualmente, nos encontramos en una fase temprana, pero con numerosos casos de éxito, lo que hace necesario que se estructuren alternativas de financiación a medida que impulsen este tipo de autoconsumo colectivo y comunidades solares, con una asignación clara de riesgos y responsabilidades, entre los distintos partícipes, aprovechando, en algunos casos, el acceso a las ayudas y garantías que se ofrecen desde la UE para llevar a cabo este tipo de instalaciones, todo ello esencial para atender esta nueva modalidad de generar y consumir energía de manera distribuida, sostenible, eficiente y, a la vez, económica y financieramente viable. tercio del total de la capacidad solar fotovoltaica instalada en España en los últimos años ha sido de autoconsumo. Con un número de suministros activos en España próximo a los 29 millones tras haberse acogido al autoconsumo en el sector industrial/empresarial un total de 69.000 empresas y en el sector residencial más de 400.000 hogares, el subsector de instalaciones colectivas, el conocido como autoconsumo colectivo o compartido supone un gran reto a futuro, tanto por la necesidad de consolidación como por su crecimiento. Aunque las cifras aún son relativamente bajas, ya existen numerosos casos de éxito y se espera que estas fórmulas de autoconsumo colectivo, también conocidas como comunidades solares, sigan una tendencia significativa al alza en los próximos años. Esta modalidad de autoconsumo se basa en la posibilidad de suministrar o vender a través de la red ya existente —2 kilómetros a la redonda— la electricidad excedentaria generada por una instalación de autoconsumo desarrollada normalmente por uno o varios promotores, ya sean empresas, entes públicos o personas físicas, de acuerdo con el Real Decreto 244/2019 y Real Decreto-ley 20/2022. El autoconsumo colectivo no sólo es válido para edificios de pisos –de acuerdo a Idae, el 71,8% de las viviendas en España se corresponden con edificios de este tipo—, sino también para urbanizaciones o zonas residenciales, polígonos industriales, centros de ocio/educativos, edificios y equipamientos públicos, entre otros. Igualmente, el autoconsumo colectivo se posiciona como un modelo complementario a las plantas utility scale de vertido a la red, cuyas afec-
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