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48 Por esta razón, valoramos con cierta inquietud la propuesta actual del PNIEC, dado que no refleja adecuadamente la capacidad potencial de producción de nuestro país -hasta 163 TWh o un 45% de la demanda nacional de gas natural- identificado en el estudio el ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano en España’ elaborado por Sedigas en colaboración con PwC y Biovic, y presentado hace ahora justo un año. Con estas cifras en la mano, sería de todo menos descabellado proponer un objetivo mínimo vinculante de 35 TWh de biometano en la mezcla de gases para 2030, lo que pone más de relieve si cabe lo cortos que se quedan los objetivos planteados en esta revisión, de tan solo 20 TWh anuales de biogás (equivalente en términos de biometano a menos de un 1% de la demanda de gas natural). Porque España tiene la oportunidad de convertirse en hub gasista europeo gracias a esos gases renovables, pero alcanzar esa meta requiere de un marco regulatorio cierto, estable y ambicioso que atraiga y movilice las inversiones necesarias para poder disfrutar os beneficios medioambientales, sociales y económicos de la apuesta por una energía autóctona, eficiente y sostenible. La demostración más clara de este déficit es que, pese a todo el potencial antes descrito, a fecha de hoy solo encontramos nueve plantas de biometano operativas en España, cuando nuestro país reúne las características para albergar más de 2.300 instalaciones que podrían movilizar una inversión próxima a los 40.500 millones de euros (un 3,6% del PIB). Precisamente, y volviendo a la necesidad de un marco normativo adecuado, celebramos que se dé respuesta a demandas generalizadas por parte de todo el sector, como es el caso de la propuesta de Resolución recientemente presentada por la CNMC para establecer un procedimiento de gestión de la conexión de las plantas de producción de biometano con la infraestructura de transporte y distribución gasista. Otro asunto al que vamos a prestar gran interés en 2024 es el debate alrededor de la descarbonización de la calefacción en los hogares, con Europa basculando hacia el lado de la electrificación mediante bombas de calor como una de las soluciones “eficientes” en detrimento de otras también sostenibles y más asequibles para la ciudadanía. “No sería descabellado proponer un objetivo mínimo vinculante de 35 TWh de biometano en la mezcla de gases para 2030”

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