25 de contribución económica, está en nuestras manos. En Europa existe un amplio consenso sobre la dirección que debe tomar la política energética; se espera que, a pesar del habitual desencuentro en nuestros parlamentos, este sector sea un punto de acuerdo entre los partidos políticos y contribuya al crecimiento del país. El año 2023 ha supuesto significativos avances y desafíos para el sector de las energías renovables en España. Un cierre de año marcado por revelaciones destacadas, desde la reconocida ambición renovable en la COP28 hasta las medidas concretas del Real Decretoley 8/2023, que no solo amplía plazos administrativos para los proyectos, sino que también impulsa aspectos clave como el autoconsumo y el almacenamiento hidráulico. Sin embargo, también hemos visto que la industria eólica ha experimentado cierta fatiga y ralentización, evidenvar a poder elegir cuándo consumir, cuándo vender y cuándo recargar su almacenamiento. La fotovoltaica, en contraste con el desarrollo eólico del pasado año, ha mantenido un ritmo instalador constante, cimentando su éxito en una menor complejidad tecnológica y unos costes muy competitivos. Aunque el Real Decreto-ley 8/2023 ha mejorado los plazos, se mantiene el desafío fundamental de la adecuación entre oferta y demanda. Este problema, que ya experimentamos con horas a precio cero y vertidos, subraya la necesidad de electrificar la demanda en áreas clave como el transporte y los usos térmicos para evitar desequilibrios en el sistema y los mercados. El autoconsumo cierra el año con signos de consolidación y ligeras correcciones en la capacidad anual instalada, indicando una estabilidad positiva y progresos hacia los ambiciosos objetivos marcados para 2030. En términos generales, 2023 ha sido un año positivo, pero no exento de señales de agotamiento que deberemos corregir para alcanzar la senda que nos lleve a las metas de 2030. La diversidad tecnológica se erige como un factor clave para aprovechar la complementariedad de las renovables, según lo destaca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). En este sentido, la transición hacia un futuro energético sostenible requiere un enfoque integral y la aportación de las diversas tecnologías, siendo necesario que nuestro desarrollo futuro se haga con el PNIEC y la demanda en mente. España, en esta encrucijada, define su posición en el escenario mundial de las energías renovables. En nuestras manos está convertir el reto de la Transición Energética en una oportunidad para la industrialización del país. Atrayendo a empresas que busquen una energía competitiva y limpia, convirtiendo a las energías renovables en la ventaja diferenciadora que necesitamos. n ciada en la reducción de la potencia anual instalada en 2023. A pesar de ser una tecnología madura y competitiva, la energía eólica se enfrenta a una complejidad mayor en su instalación, destacando la importancia de abordar de forma positiva la aceptación social, entre otros aspectos como mayor complejidad en la tecnología y la tramitación. El almacenamiento, esencial para la transición, ha sufrido también obstáculos en su despliegue en España. La clave de su éxito reside en la necesidad de una regulación clara que no penalice y favorezca la integración de renovables, junto con una retribución adecuada para impulsar su desarrollo. En este contexto, cobran mayor protagonismo los consumidores, ya sea una instalación industrial o un hogar. El poder que ahora tienen sobre su energía, en esa combinación de autoconsumo y almacenamiento, les debería lle- "La fotovoltaica, en contraste con el desarrollo eólico del pasado año, ha mantenido un ritmo instalador constante, cimentando su éxito en una menor complejidad tecnológica y unos costes muy competitivos"
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx