de transporte, como en la red de distribución. • Adecuar la normativa de planificación actual tanto para la red de transporte como para la de distribución al nuevo paradigma de producción, distribución y demanda de electricidad, ya que cuando no hay claridad o certeza sobre los plazos y costes de conexión, los nuevos proyectos industriales se estancan o se abandonan, perdiéndose la oportunidad económica de reindustrializar España. Por último, concluye que es imperativo revisar el sistema retributivo para las empresas, de manera que se debe establecer un mecanismo claro y transparente que refleje adecuadamente los costos y riesgos asociados a la gestión de las redes de transporte y distribución y que proporcione una rentabilidad justa y competitiva. n ATE considera que la transición energética debe ser algo más que un “plan” y que se debe actuar con rapidez y determinación para dotar al sistema eléctrico de las infraestructuras necesarias. tenemos que esperar 20 años a que esté madura. Para que esa tecnología se aplique, para que las redes puedan responder a las demandas de consumo y electrificación, son necesarias inversiones". El documento señala que sin redes eléctricas no es posible la consecución del objetivo país de descarbonización y reindustrialización, y para ello hay que adoptar esta medidas: • Anticipar las inversiones que el sistema eléctrico va a necesitar, en vez de ir atendiendo petición a petición de manera individual. • Reconocer una inversión en redes mucho más ambicioso. La ATE estima que se debe duplicar la inversión actual en redes eléctricas y eliminar el límite legal que existe para las mismas, con el fin de reforzarlas, modernizarlas y ampliar sus conexiones. • Establecer un marco retributivo más simple, estable y predecible para las empresas que gestionan las redes eléctricas, alineado con las mejores prácticas y adaptado a los nuevos retos y roles que ofrece la transición energética. La ATE aboga por una tasa de retribución financiera acorde al contexto actual, aplicando inversiones y costes actualizados y adaptados al mercado, que suponga un impacto positivo en la economía española y en el resto de los sectores. • Disponer de una planificación flexible que se revise de una manera ágil para que se pueda dar respuesta a las nuevas necesidades de conexión de la generación y del consumo en un tiempo razonable. La ATE recomienda revisar los planes de desarrollo de red cada 2 años y advierte de que el plan vigente (2021-2026) está en revisión actualmente y es una oportunidad que no se puede desaprovechar para incluir todas aquellas actuaciones necesarias para dar respuesta a la demanda de energía descarbonizada actual, tanto en la red 115 REDES ELÉCTRICAS
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