FY105

LAS INFRAESTRUCTURAS PREEXISTENTES La optimización de infraestructuras existentes es una pieza clave en el rompecabezas de la transición hacia una generación de energía más sostenible y eficiente. En lugar de descartar por completo las instalaciones de energía existentes basadas en combustibles fósiles, como las centrales eléctricas de carbón o petróleo, se están explorando soluciones para reutilizar y mejorar estos activos, reduciendo su huella ambiental. Una de las estrategias más notables es la adaptación de centrales eléctricas convencionales para funcionar con biocombustibles o captura de carbono. Esto no solo reduce las emisiones de carbono, sino que también aprovecha la infraestructura y la experiencia acumulada en la operación de estas instalaciones a lo largo de los años. En lugar de abandonar instalaciones completas, se están explorando alternativas para aprovechar equipos y sistemas en otros proyectos. Por ejemplo, una central de carbón puede ser transformada en una planta de cogeneración que produce electricidad y calor para una comunidad. Esto no solo prolonga la vida útil de los activos, sino que también reduce el desperdicio y ahorra recursos. Estos cambios requieren la modificación y el mantenimiento de equipos y sistemas para asegurarse de que funcionen de manera óptima con los nuevos combustibles o tecnologías. En este esfuerzo por optimizar la infraestructura energética existente, también se están realizando mejoras en la generación de energía. La modernización de equipos y sistemas, como la instalación de turbinas más eficientes y la actualización de sistemas de control, puede aumentar la eficiencia y reducir las emisiones. El mantenimiento regular es crucial para garantizar que estos componentes operen de manera eficiente. En la generación de energía a partir de combustibles fósiles, el mantenimiento tradicionalmente ha tenido un enfoque reactivo o de mantenimiento preventivo programado. Las intervenciones se realizaban en función de calendarios preestablecidos o cuando surgían problemas evidentes. Pero en la era de las energías limpias, la necesidad de una mayor eficiencia, confiabilidad y seguridad ha elevado la importancia del mantenimiento predictivo y proactivo. Las instalaciones de generación de energía renovable, como las plantas solares y eólicas, dependen de la tecnología avanzada y la automatización para funcionar eficazmente. El mantenimiento predictivo, que se basa en la recopilación y análisis de datos en tiempo real, permite prever problemas potenciales antes de que se conviertan en fallas graves. Esto es esencial para garantizar que estas fuentes de energía sean confiables y eficientes. MANTENIMIENTO PREDICTIVO El mantenimiento predictivo es una estrategia crucial en la gestión de activos que se ha convertido en una herramienta esencial en la transición hacia una generación de energía más eficiente y sostenible. En esencia, esta estrategia se basa en la vigilancia constante y el análisis de datos en tiempo real para anticipar y prevenir posibles fallos en maquinaria, equipos y sistemas de generación de energía. La recopilación continua de datos es fundamental. Sensores y sistemas de telemetría capturan una variedad de información, desde la temperatura y la vibración hasta la presión y el flujo de fluidos. Estos datos se someten a análisis detallados utilizando algoritmos y modelos matemáticos avanzados. El resultado de este análisis es la capacidad de predecir cuándo es probable que ocurra un fallo o una interrupción en la operación. Esta predicción se basa en una combinación de datos en tiempo real y patrones históricos de funcionamiento. Cuando las alertas indican la aproximación de un problema, el sistema de mantenimiento predictivo notifica a los técnicos para que tomen medidas antes de que el problema se convierta en una avería. Las ventajas del mantenimiento predictivo son significativas en el ámbito de la generación de energía. No solo se reducen los costos de mantenimiento al evitar intervenciones innecesarias, sino que también se mejora la disponibilidad de los equipos al prevenir tiempos de inactividad no planificados. Esto, a su vez, prolonga la vida útil de los activos, mejora la seguridad en la operación de las instalaciones y contribuye a una operación más eficiente, al garantizar que los equipos funcionen en sus niveles óptimos y reduzcan el consumo de recursos. La planificación de recursos se vuelve más efectiva, ya que las empresas pueden asignarlos de manera precisa según las necesidades predichas. Además, la estrategia se beneficia de tecnologías avanzadas, como la Internet de las Cosas (IoT) y el aprendizaje automático, lo que permite un monitoreo y análisis de datos más sofisticados. Por otro lado, el mantenimiento predictivo desempeña un papel crucial en la resiliencia climática. Al monitorear de cerca el estado de los equipos y la infraestructura, se pueden identificar problemas potenciales antes de que se conviertan en fallos catastróficos. El mantenimiento preventivo planificado, junto con el monitoreo continuo, asegura que los sistemas de generación de energía estén en óptimas condiciones, reduciendo el riesgo de interrupciones debidas a eventos climáticos extremos. RESILIENCIA CLIMÁTICA La resiliencia ante los desafíos climáticos se ha vuelto un aspecto crítico en la industria de la generación de energía en la era de la transición hacia fuentes de energía más limpias y sos38 MANTENIMIENTO

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