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A lo largo de la historia el concepto ha evolucionado mucho más allá de la simple comprensión de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, hoy por hoy, su significado de alguna manera es capaz de englobar aspectos fundamentales tales como: • Equidad del acceso al transporte. • Seguridad vial. • Calidad del aire. • Salud pública. • Movilidad urbana sostenible. • Multimodalidad. • Planificación urbana integrada. De hecho, si hacemos un promedio de todos estos vectores podremos comenzar a apreciar una tendencia que, cada vez más, tiende a converger en una serie de principios clave de la movilidad sostenible: • Promoción del transporte público eficiente. • Fomento del transporte no motorizado (caminar, bicicleta, patinetes, etc.). • Implementación de tecnologías limpias en los vehículos. • Mejora de las infraestructuras para una movilidad eficiente y segura Y ahora, entonces sí, remarcar una de las variables más importantes a tener en cuenta para que este término de movilidad sostenible pueda perpetuarse en constante desarrollo y evolución a medida que va cambiando el sistema y se desarrollan diferentes tecnologías, políticas, ideologías, oportunidades y desafíos que es sin lugar a duda: la energía. LA ENERGÍA La energía siempre ha sido esencial para todas nuestras actividades como individuos y como sociedad moderna. Existen varias definiciones donde se explica que la energía es un atributo físico y presente en cualquier sistema físico que puede manifestarse en forma de trabajo útil o de calor. La energía que requieren los seres humanos debería de ser absolutamente esencial, segura y limpia. La energía no solo es fundamental, sino que es una necesidad diaria en todas nuestras interacciones con lo que nos rodea: la utilizamos a diario en forma de combustibles fósiles, electricidad, calor y hasta para cocinar o mantener nuestra comida fresca. A partir del año 2018 las principales fuentes de energía primaria del mundo consistieron en petróleo (34%), carbón (27%) y gas natural (24%). Estas estadísticas representan una participación del 85% de los combustibles fósiles en el consumo de energía primaria mundial (Imagen 1). Lo que nos lleva a un punto como sociedad en donde nos encontramos de frente con un desafío pivotante, dado que el consumo actual de energía que estamos generando no solo es degenerativo, sino que también es mayormente finito. Este consumo desmedido y la búsqueda de confort constante seguirá incrementando y Imagen 1: Global primary energy consuption by source. Fuente: Our World in Data based on Vaclav Smil (2017) & BP Statistical Reveniew of World Energy, s.f. 69 VEHÍCULO ELÉCTRICO

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