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excepcionales y pueden ser cultivadas localmente como suplemento proteico. Para poder llevar a cabo la creación de las macetas que permitan el correcto desarrollo y vida de las algas y la producción de electricidad, se realizaron diversos modelos digitales de las macetas y se diseñó su integración en las fachadas, mientras se probaban diversos materiales para el sistema biofotovoltaico. Para ello, se seleccionó el sistema biofotovoltaico más eficiente y se optimizó el diseño para la monitorización, producción y conversión de energía, así como para facilitar el intercambio de agua entre las macetas. Tras varias iteraciones y la construcción del primer prototipo, se finalizó el diseño y se desarrolló un plan de integración para todos los sistemas. El prototipo consistió en diez macetas diferentes con el mismo sistema ánodo-cátodo, empleando tres tipos de macetas impresas en 3D. Posteriormente, con la instalación en un entorno real, se siguió investigando y probando diversas mejoras. La conclusión evaluó rendimiento, funcionalidad, confiabilidad, eficiencia, compatibilidad con la infraestructura existente, relación costo-efectividad, impacto ambiental y sostenibilidad. La información resultante determinó la factibilidad y viabilidad de una producción a gran escala y proporcionó conocimientos para futuras mejoras. Asimismo, gracias a la complementariedad de los socios implicados en el proyecto, se realizaron diferentes mejoras significativas en el diseño, como, por ejemplo, mediante una impresión más eficiente de las macetas, una mejor recolección de agua y sombreado, y un sistema de batería más eficiente, complementado con una plataforma para recopilar y analizar datos de rendimiento y monitoreo de las macetas. PILOTOS Y SOLUCIONES DESARROLLADAS Para llevar a cabo su desarrollo, el proyecto instaló 10 macetas internas y externas para verificar la integración de los sistemas. Para ello, se concibieron unas macetas impresas en 3D, que tuviera en consideración un diseño paramétrico para lograr flexibilidad en distintas aplicaciones, adaptándose a diferentes climas, estéticas y superficies de instalación y que permitiera aumentar su eficiencia para la recolección de agua y generar sombra, para bajar la temperatura dentro de las macetas. Además, se incluyó para las internas, tecnología termoshaping con ánodos y cátodos para tecnología biofotovoltaica. Complementariamente, para poder personalizar el diseño y ajustarlo a las necesidades de cada instalación, se desarrolló un algoritmo paramétrico basado en: • Tamaño: para establecer las proporciones en lo largo para que los módulos se adapten a varias dimensiones. • Frecuencia rugosidad por el largo y el ancho: este input permite definir la textura de la maceta entre una lisa y una más rugosa, con efecto en las prestaciones térmicas, la rapidez de crecimiento de las algas y la necesidad de sombreado de la pared detrás del sistema. • Offset: para controlar el espesor de la cámara de aire entre la maceta interna con las algas y las macetas externas impresas en 3D. Esta cámara de aire permite crear un microclima más favorable en términos de humedad y temperatura para las algas en caso de climas más fríos. Para las macetas externas, se decidió imprimirlas con polietileno tereftalato glicol (PETG) y que incluyeran tres paneles de rugosidad diferente. Asimismo, se integraron sistemas de conversión de energía, monitoreo, anclaje a la pared e intercambio de agua. Para ello, se imprimieron diez módulos completos compuestos de dos partes cada uno. Las pruebas previas permitieron evitar trabajos de post proceso después de la impresión, y así garantizar una producción limpia y sostenible, desde la concepción de un diseño hasta su realización. Con un peso de 1,5 kg por cada pieza y una impresión en 3D en dos horas, se realizaron a una temperatura de 215 grados centígrados para la fundición del polímero y 75 grados para la cama caliente, permitiendo que la pieza quede enganchada perfectamente durante todo el proceso. Uno de los retos más importantes a los cuales se ha enfrentado el consorcio ha sido, bajo la perspectiva de la impresión 3D, garantizar los enganches entre las partes de arriba y de abajo. Para ello, las piezas han sido optimizadas para ser impresas con mínima tolerancia y permitir un montaje y desmontaje fáciles. Asimismo, durante el proceso, se conectaron los cables a las macetas interiores para medir el voltaje producido por el ánodo y el cátodo, y se insertó el cable para el intercambio Para llevar a cabo su desarrollo, el proyecto instaló 10 macetas internas y externas para verificar la integración de los sistemas 32 FOTOVOLTAICA

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