DOSIER EÓLICA 33 ¿Qué papel tiene la energía eólica en la transición energética? La energía eólica es la tecnología protagonista en la transición energética como líder para contribuir a un mix energético libre de emisiones, así como disminuir la dependencia energética del exterior, abaratar la electricidad y contribuir en la lucha contra el cambio climático. La aportación de la eólica en España ha ido incrementándose gradualmente y nos quedan años intensos para llegar a 2030 con más de 50 GW eólicos instalados según los objetivos actuales del PNIEC, lo que supone instalar más de 3 GW al año. Para ello, la aceleración de la tramitación administrativa es el punto crítico sobre el que hay que actuar con urgencia. Es imprescindible simplificar y acelerar los trámites. ¿En qué momento se encuentra el sector eólico español y cuáles son sus principales retos? En 2022, se han instalado más de 1.200 MW eólicos y en la actualidad superamos los 30 GW de potencia instalada en España. La eólica se ha consolidado como una de las primeras tecnologías del sistema energético español, alcanzando el 25% de la electricidad que consumimos. España es un país que cuenta con viento y tenemos una industria muy potente que cubre el 100% de la cadena de valor. El sector eólico aporta un 0,49% al PIB. Nuestros más de 250 centros industriales están preparados para el necesario incremento de potencia eólica. En España somo lideres en la fabricación de aerogeneradores y destacamos como uno de los países con mayor exportación de máquinas. En España lideramos el desarrollo de la tecnología eólica, siendo el 6º país a nivel mundial en patentes eólicas y el 1º en el desarrollo de prototipos de eólica marina flotante. El sector eólico tiene como principales vectores para el avance hacia los objetivos de descarbonización la estabilidad regulatoria, la seguridad jurídica y la atracción de inversores hacia entornos de confianza. Desde AEE consideramos que un buen diseño de mercado debe basarse en una serie de pilares que contribuyan a generar entornos atractivos para los inversores, haciendo convivir todas las posibilidades de operación en el mercado, además de garantizar la estabilidad regulatoria y la seguridad jurídica, asegurando que en ningún caso haya efectos retroactivos sobre los contratos en vigor, ni impacto sobre los agentes del sector que puedan poner en peligro la rentabilidad de sus inversiones. La industria eólica necesita sostenibilidad y confortabilidad en toda la cadena de valor para ser competitiva. Por supuesto, es necesario tener visibilidad a largo plazo para poder realizar una planificación estratégica adecuada que conlleve una optimización de costes. Es clave avanzar a un ritmo constante y planificado en base a la demanda real, y así llegar a 2030 con la aportación renovable que establezca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), siempre maximizando los beneficios en los territorios y el respeto al medio ambiente. La tramitación administrativa es uno de los principales caballos de batalla y, por ello, todos los países debemos sumar fuerzas y priorizarla como un asunto crítico para nuestra resiliencia energética, económica e industrial. Para hacer viable el PNIEC, deberíamos superar los 3 GW de proyectos con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable cada año, ya que de esos proyectos saldrán las instalaciones en operación. Otro de los retos en 2023 es el diseño y convocatoria de las subastas, ya que son instrumentos necesarios para la incorporación de potencia eólica y deben estar enfocadas a valor y no a puro precio, y adaptarse a las circunstancias de los costes de las tecnologías de forma realista, contabilizando también la indexación de los ingresos futuros a la evolución del IPC. ¿Cuáles son las expectativas de crecimiento del sector eólico en España? AEE propone aumentar el objetivo de energías renovables en energía final hasta un 53% para España (partiendo del 42% del actual PNIEC) y alcanzar un 82% de electricidad
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