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11 ESPECIAL Empecemos por un breve repaso a lo que ha pasado en los últimos años en el panorama energético. La recesión de 2008 obvió el análisis de la demanda energética culpabilizando a las renovables de la pérdida de ingresos y de los déficits del sistema eléctrico y gasista. Se obvió el análisis de los costes reales del sistema y, sin auditarlos, se dieron por buenos los costes reconocidos a eléctricas y gasistas que se beneficiaron del tercer rescate de su historia, después de la moratoria nuclear de 1984 y de los costes de transición a la competencia de 1998. A partir de 2010 se paralizó el sector renovable y se aplicó el negacionismo climático. Con la energía más cara y contaminante, los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Javier García Breva Experto en nuevos Modelos de Negocio Energéticos ¿Para qué sirven las renovables? En 2010 la gestión que la Unión Europea hizo de la crisis antepuso la economía a las personas y empobreció a millones de familias. En 2020 la parálisis de sus instituciones revela la misma fractura norte-sur de entonces. La contraposición entre la economía y las personas es la misma que se produce entre la economía y la sanidad o el medioambiente. En la política energética se ha antepuesto el interés de las grandes corporaciones al de los consumidores, la biodiversidad, la salud o el medioambiente. La alternativa es la economía sostenible con generación renovable distribuida, de proximidad o Km 0, y gestión de la demanda. La caída del consumo y de los precios de la energía ha llevado a una pérdida de rentabilidad del modelo centralizado de grandes plantas de generación, incluidas las renovables, que dependen de incrementos constantes del consumo. Ese modelo ha dejado de ser viable desde que la demanda se mantiene al mismo nivel de hace una década, con tendencia a seguir estancada. La consecuencia es que la regulación, según la Ley 24/2013 del sector eléctrico, obliga a los consumidores a pagar los déficits del sistema, independientemente de su causa, para que las energéticas mantengan sus ingresos y la rentabilidad de los activos. La caída estructural de la demanda obliga a modificar el modelo energético. Si hasta la fecha los consumidores pagaban para hacer rentable la oferta de generación centralizada, a partir de ahora los consumidores utilizarán en cada centro de consumo las tecnologías de gestión de la demanda para generar, almacenar, usar y vender su propia energía renovable y participar en losmercados directamente omediante agregadores independientes. UN NUEVO MODELO ENERGÉTICO El nuevo modelo energético no depende del mayor consumo sino de la mayor eficiencia. Cuanto más eficiente, más rentable y las empresas venderán servicios energéticos antes que energía. Es el modelo de las directivas europeas de renovables, edificios y mercado interior de la electricidad para alcanzar el objetivo del 40% de reducción de emisiones en 2030, establecido en el Acuerdo de París. Durante la Covid-19 y la recesión que provocó la paralización de la actividad económica se cometieron errores por falta de comprensión de un problema global inédito que se ha pretendido gestionar como una crisis local. La paradoja del impacto del coronavirus es que, a la vez que provoca la reducción de las emisiones, representa una amenaza para la inversión en energías renovables y el cumplimiento de los objetivos climáticos. Es el análisis de la Agencia Internacional de la Energía (AIE); sin embargo, insiste en que la respuesta de los gobiernos al impacto económico de la pandemia no debe perder de vista el desafío de nuestro tiempo: la transición hacia la energía limpia. Su director, Fatih Birol, considera que los paquetes de estímulo que los gobiernos están poniendo en marcha para afrontar la recesión

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